SANTIAGO – Un atardecer de fines de febrero nos encuentra en las calles de Bajos de Mena. Nos acercamos a una gruta construida en honor de Cristian Valdebenito, un obrero de 48 años muerto por el impacto de una bomba lacrimógena a metros de Plaza Dignidad.
La gruta y la conmemoración nos hablan de la memoria. De una memoria que es vida y está encarnada en grupos humanos. Una memoria que habita en un nosotros. Una gruta, una fecha y un acto recordatorio que se constituyen en un derecho. El derechos a recordar.
Hace pocos días, un viernes Marcos, trabajador de la construcción fue detenido con toda su familia a pocas cuadras de Plaza Dignidad. Habían recorrido la distancia entre Bajos de Mena y la Plaza en el “camioncito” familiar. Viajaron con banderas mapuche y pancartas. Al momento de estacionarse un contigente de Carabineros los rodean, los detienen y procedieron a enviar a los adultos a la 19° comisaría y a la 33° a cinco adolescentes, donde fueron amenazados con ser enviados a recintos del SENAME: una práctica ilegal con que algunos policías buscan intimidar a niños y adolescentes.
La policía trató de justificar la detención de esta familia aludiendo a la pandemia, a que no portaban mascarillas o porque usaban overoles y cascos. “En ningún momento nos quedó claro las razones por las cuales nos detuvieron durante ocho horas -recuerda Marcos-, liberándonos alrededor de las 03.00 de la madrugada. Nosotros sabemos que nos detuvieron porque somos familiares de Cristian Valdebenito” Marcos asegura que se trató de una persecución, pues escuchó en el traslado a la comisaría las comunicaciones de carabineros que informaban sobre su grupo familiar.
“Conejo”
Cristián del Tránsito Valdebenito Valdebenito nació el año 1971 y vivió su infancia en el campamento Villa O’higgins, de la comuna de La Florida. Era el mayor que asumió el cuidado y la protección de sus cinco hermanos. En la década de los noventa llegó junto a su familia a vivir a los departamentos sociales en Bajos de Mena. Luego se casó y vivía cerca de su madre. Con el estallido social se suma a las multitudinarias demostraciones de descontento, en una de las cuales, el 7 de marzo de 2020, pierde la vida tras recibir el impacto de una bomba lacrimógena. Según su certificado de defunción, la causa de muerte fue por una “laceración de arteria comunicante anterior derecha y traumatismo cérvico cráneo encefálico por impacto con objeto”.
Para Marcos la muerte de Cristian es una verdadera tragedia familiar. “Su ausencia es notoria y es difícil encontrar el motivo y la razón de su asesinato. Más aún cuando Cristian fue asesinado por pedir salud, dignidad, mejores pensiones para los viejitos. La vida de toda la familia Valdebenito cambió. Ya nadie es igual como era antes de la muerte del “conejo” como le decían a Cristian. Todos estamos viviendo la tristeza de que no esté con nosotros” reflexiona Marcos.
Marcos nos cuenta que participan en la Agrupación de Asesinados del Estallido, y que han tenido encuentro con los familiares de Mauricio Fredes y Mario Acuña víctimas también de la acción policial. Con motivo del próximo aniversario de la caída de Cristian, es más importante que nunca la solidaridad y retomar la lucha por dignidad”
La principal motivación para ir a la Plaza de la Dignidad, asegura Marcos “es para exigir Justicia por mi hermano. Que los responsables no queden impunes. Y los responsables, en el caso de mi hermano son los carabineros y quienes les dan las ordenes”.
Anochece. En la gruta los familiares encienden velas. Acordaron conmemorar a Cristian. La memoria sigue viva como punto de partida del futuro, como una invitación a rendir tributo a los caídos.
- La querella presentada por la familia de Cristian Valdebenito, es patrocinada por equipo Jurídico de la Corporación de Promoción y Defensa de los Derechos del Pueblo (CODEPU).