El pasado sábado 23 de enero, la población de Mozambique sufrió con la llegada del Ciclón Eloise, una tormenta tropical que afectó a cerca de 270 mil personas y que generó que estas tuvieran que trasladarse a distintos asentamientos. Una historia repetida para el Sudeste africano, que ha vivido en más de una ocasión este tipo de catástrofes y que en 2019, con el Ciclón Idai, sufrió su peor momento histórico y un terrible saldo de más de 600 muertos.
Las deficiencias en infraestructura y servicios básicos que se generaron después del desastre natural de 2019, hicieron que la fundación chilena, Fútbol Más, iniciara un proyecto junto a Unicef, con la intención de realizar actividades sociodeportivas en la región y entregar herramientas de contención emocional a los niños y niñas afectadas. Sin embargo, el programa que estaba preparado para desarrollarse durante el transcurso de este año, debió adelantarse con la llegada de una nueva tormenta, en busca de una solución más inmediata.
“Cuando aterrizamos en Mozambique, hubo un nuevo ciclón, lo que generó una nueva crisis en términos humanitarios. Por lo mismo, Unicef nos consultó qué podíamos hacer como Fútbol Más para ayudar en este suceso, por lo que conversamos con cuatro trabajadores (tres chilenos y una mexicana), para que viajaran de urgencia a ejecutar un programa de Emergencia”, comenta Javier Salazar, Coordinador administrativo de Fútbol Más en Mozambique. La Fundación, ya ha trabajado con programas de apoyo de Emergencias en Chile, Ecuador y México, después de terremotos, aluviones e incendios que afectaron en distintas zonas de los países mencionados.
De esta forma, los profesionales Matías Prado, Laura Rojas y Miguel Cuevas, armaron sus maletas desde Chile y emprendieron vuelo a un país del que poco conocían, pero en el que sabían la importancia de la intervención que debían realizar. Un trabajo de contención para la infancia y un proceso de distracción a los momentos de ocio que viven niños y niñas en sus nuevos asentamientos día a día.
LA EXPERIENCIA EN MOZAMBIQUE
Después de casi dos días de escalas y vuelos bastante largos, Matías, Laura y Miguel se instalaron en el sudeste africano. Y pese a la diferencia horaria y el cansancio del viaje, se lograron adaptar rápidamente al clima, la cultura y un idioma totalmente distinto al que estaban acostumbrados. El calor y la humedad del lugar se volvieron un detalle y comenzaron a preparar su labor.
“El proceso de adaptación ha sido bastante rápido y bueno. Nos encontramos con gente muy alegre, que te saluda aunque no te conozca. Las comunidades nos hacen sentir el cariño y tienen esa expectativa de saber qué es lo que nosotros podemos entregar tanto personal como profesionalmente”, comenta Miguel Cuevas, uno de los profesores de Fútbol Más en Chile, que viajó en apoyo a las comunidades de la Provincia de Sofala.
El programa de Emergencia tendrá una duración de 3 semanas, en el que, a través de distintas intervenciones en la provincia de Sofala, buscará conseguir dos objetivos primordiales. El primero, impactar a cerca de 3 mil niños y niñas del sector; el segundo, armar los cimientos y establecer confianza con las comunidades, para desarrollar el programa de Fundación Fútbol Más a largo plazo en Mozambique, con intervenciones sociodeportivas en distintos puntos del país afectados por la catástrofe.
“Las comunidades podrán conocer la metodología con este primer paso que se está dando. Además, la integración de tres profesores de Mozambique al equipo, permitirá que el espíritu y la rebeldía en torno a lo que hacemos cada día, sea transmitido con mucho más sentido. Nosotros estaremos un mes, pero ellos se van a quedar y podrán compartir esa alegría de soñar con comunidades mucho más protegidas y que puedan entregar espacio a la infancia de manera más consciente”, comenta Matías Prado, uno de los profesionales de Fútbol Más que viajó a la zona.
Un programa de ayuda social que se vio acelerado por circunstancias de la naturaleza. En el que quizás los mismos artífices no esperaban ser parte de un programa de emergencia, pero que como explica Laura Rojas, una de las profesoras en tierras africanas, “el idioma, la cultura y las condiciones del terreno pueden ser adversidades constantes, pero el juego y el fútbol son idiomas universales. Y cuando la Tarjeta Verde se incorpora al lenguaje, las comunidades siempre van a vibrar con ella”.
Fútbol Más ya tuvo sus primeras sesiones en Guara-Guara el viernes 26 de febrero y esperan que el balón siga rodando al menos por seis meses más, que es el tiempo que debería durar el programa original.