Si bien la OMS desmintió que exista un vínculo entre la vacuna de AstraZeneca y la formación de coágulos sanguíneos, dos estudios independientes demuestran que en algunos casos sí puede tener relación.
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El equipo de científicos del Hospital de la Universidad de Greifswald (Alemania), en cooperación con el Instituto Paul Ehrlich —responsable de la aprobación y seguimiento de las vacunas en Alemania— y sus colegas en Austria concluyó que en raras ocasiones la vacuna puede crear una reacción autoinmune que provoca la formación de coágulos de sangre en el cerebro del paciente.
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Durante el experimento, los investigadores examinaron muestras de pacientes que sufrieron trombosis cerebral tras haber sido vacunados y determinaron que fue el mecanismo defensivo lo que activó la formación excesiva de las plaquetas. Estos pequeños fragmentos citoplasmáticos —que normalmente ayudan a sanar las heridas e impedir el sangrado— comenzaron a formar coágulos de sangre en el cerebro de algunos pacientes.
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El autor principal del estudio, el profesor Andreas Greinacher, declaró en una rueda de prensa que «muy, muy pocas personas van a desarrollar esta complicación». Así, en Alemania, donde más de 1,6 millones de personas ya se habían vacunado con el fármaco de AstraZeneca, tan solo 13 personas —12 de ellas mujeres— sufrieron dicha condición, recoge la Asociación Alemana de Investigación de Trombosis y Hemostasia (GTH).
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Greinacher explicó que los pacientes que tuvieron síntomas como dolor de cabeza, vértigo o problemas de visión en los primeros cuatro días tras la vacunación podían someterse rápidamente a un test de sangre.
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«Si esto ocurre, sabemos cómo tratar a estos pacientes», afirmó el investigador, quien agregó que esta condición se puede tratar en la mayoría de los hospitales.
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Las conclusiones de los científicos alemanes coinciden con las del equipo del investigador noruego Pal André Holme, del Hospital de la Universidad de Oslo.
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Los investigadores noruegos sugieren que la formación de coágulos en los pacientes fue provocada por unos anticuerpos específicos capaces de activar las plaquetas y, por consecuencia, provocar el tromboembolismo.
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«Estoy bastante seguro de que los anticuerpos que descubrimos son la causa, y no veo otra cosa que los pueda provocar salvo la vacuna», sostiene Holme.
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El 19 de marzo, el Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia europeo, supeditado a la Agencia Europea de Medicamentos, también confirmó la seguridad de la vacuna de AstraZeneca y su eficacia contra el coronavirus.
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Después de esa conclusión, algunos países que previamente suspendieron el uso del fármaco comenzaron a usarlo nuevamente para inmunizar a la población, y Alemania está en la lista.
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