El comunicador, que arriesgó su integridad hace 13 años para dar a conocer el drama que vivieron los chaiteninos luego de la erupción del Volcán Chaitén, nos cuenta parte de su experiencia y su intención de seguir aportando a la comunidad, ahora desde la vereda política como concejal.
Este sábado primero de mayo se cumplieron exactos trece años desde que Chaitén hizo noticia por una erupción volcánica que cambiaría para siempre la vida de sus habitantes. 300 años de inactividad terminaban de manera abrupta para el Volcán Chaitén, que recordaba su existencia con una serie de erupciones de gran explosividad.
Los días posteriores fueron de temor, evacuación completa del pueblo e incertidumbre, momento en que el trabajo de Bernardo Riquelme fue fundamental para dar a conocer qué pasaba realmente en la zona. Esa fue la forma que tuvo de poner al servicio de la comunidad, la experiencia de una vida ligada a las comunicaciones en una zona donde la lejanía del brazo estatal se ha hecho sentir, no sólo en ese momento, sino constantemente.
Fueron nueve los días que informó desde el pueblo sobre la evolución de los hechos, desde la emisora local 105.7 Radio Provincia de Palena, eso hasta que un recurso de protección lo obligó a abandonar su tierra como ya lo habían hecho el resto de sus residentes, dejando sus casas, enseres, mascotas, arraigos y recuerdos, en definitiva, dejando atrás sus vidas, sin entender bien que pasaba.
El periodista, que actualmente se presenta como candidato a Concejal por Chaitén, relata que “el recuerdo que tengo de esa fecha es que nuestro pequeño mundo en Chaitén cambió completamente. Estábamos en un momento en que pensábamos en el desarrollo de nuestra comuna y de un momento a otro ya no había nada, solo desolación”.
Bernardo, han pasado trece años desde la erupción, ¿cómo vez a Chaitén ahora?
Chaitén se despobló y lo que teníamos era solo incertidumbre, teníamos prohibición para acercarnos a lo nuestro y habían muy pocas esperanzas. Fue un momento muy difícil de olvidar por la magnitud del daño provocado, porque a las autoridades de la época les faltó visión para entender que volveríamos y porque fueron largas noches sin luz, sin agua y con poca claridad sobre nuestro futuro. El pueblo ahora está recuperado, no todo, porque hay heridas que no se han sanado y que no han tenido un buen tratamiento y han dejado de ser atendidas, pero aun con todo el pueblo funciona, es próspero y hay muchas energías de parte de sus habitantes para salir adelante.
UNA VIDA LIGADA A LA COMUNICACIÓN Y AL SERVICIO DE LA COMUNIDAD
Hablas de heridas abiertas que no han tenido tal vez un buen tratamiento. ¿Qué hace que te surja este interés y esta pasión por comunicar y ahora de participar y ayudar a la comunidad desde la política?
Lo de las comunicaciones viene desde niño, porque está comprobado que desde la radio uno ve que se pueden poner temas frente a la opinión pública y que con la fuerza de nuestros auditores se pueden solucionar, de esta forma se puede ayudar a quienes necesitan de sus vecinos porque están pasando por problemas y necesitan de la solidaridad del resto, y por otra parte, se puede dar a conocer algunas situaciones que afectan a la comunidad y que las autoridades deben poner atención, así como también resaltar a quienes se destacan en muchos ámbitos de sus actividades.
En lo relacionado con la política, en un momento entendí que desde adentro era mejor para plantear cosas y buscar la recuperación de Chaitén y ahora tiene que ver con que hay temas que volver a plantear para encontrar una solución. Hay cosas que han quedado postergadas y que mis vecinos me plantean a diario en mi labor de comunicador por lo que otra vez entiendo que dentro del sistema se pueden solucionar con más rapidez.
Hablas con cariño de esta zona, ¿qué es lo más lindo de vivir en ella y qué crees que hace falta para que sea un mejor lugar?
Lo más lindo de vivir en Chaitén, primero es que se trata de nuestro hábitat, nuestra zona de confort, un lugar donde por sobre todo existe la confianza, algo tan simple pero que cuando te das cuenta es todo un tesoro, dejas tu bicicleta en la calle y vas al otro día y está ahí, es nuestro paraíso.
Lo que falta para que sea perfecto es que se solucionen algunos temas pendientes como viviendas para todas las familias, mejores infraestructuras en salud y educación, se mejore el acceso a la justicia, se agilicen los trámites que se hacen en las oficinas públicas, en fin cosas que no debieran ser tan difíciles de solucionar y que solo requieren darle visibilidad y que quienes tienen en sus manos arreglarlas, se tomen el tiempo y lo hagan.