Incluso los que no conocemos a fondo la crisis climática, estamos alarmados por lo que sucede últimamente a nuestro alrededor.
Mientras en Alemania y partes de Europa las inundaciones masivas han cobrado cientos de vidas, pueblos completos en China e India han sido borrados por las fuertes lluvias, granizos gigantescos cayeron en Italia a mitad del verano, y en Suiza y Gran Bretaña se dejó caer clima salvaje y lluvioso. Por otro lado, Grecia y Siberia fueron golpeadas por incendios, en California las temperaturas llegaron a un record impensable de 56 grados, y en Chile se está viviendo uno de los inviernos más secos de la historia.
Considerando todo esto, el reporte publicado hace algunos días por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático, es una seria advertencia para todos nosotros. Debemos cambiar nuestras conductas y transitar hacia un estilo de vida y una economía que sostengan -y no dañen- el clima de la Tierra, la naturaleza y el medio ambiente.
Los testimonios de cientos de científicos que tomaron parte en la redacción de este reporte, basándose en miles de estudios de gran reputación, son concluyentes. El tiempo de cambiar ha llegado. Sin embargo, el cambio es difícil y necesitamos tener historias de éxito, aprender de nuestros semejantes y aplicar tecnologías que nos ayuden a movernos hacia una economía de cero emisiones para el año 2050, recortando al 50% las emisiones de gases de efecto invernadero para el 2030.
A la hora de buscar inspiración y buenas ideas, Israel puede ser un foco de atención. A través de las décadas pasadas, Israel ha aprendido a establecer agricultura en el desierto y áreas áridas, a reciclar 90% de su agua y desalinizar el agua para que sea potable. Ha desarrollado soluciones impresionantes de almacenamiento de energía, eficiencia energética y energía renovable; ha cultivado una industria de punta en sustitución de proteínas animales y sabe cómo preservar los bosques en tiempos de sequía y condiciones áridas. Israel es un laboratorio vivo para el desarrollo de soluciones prácticas de corto y largo plazo para la crisis climática.
Las innovaciones climáticas de Israel pueden ayudar al mundo entero a desarrollar las capacidades necesarias para adaptarse a los cambios climáticos y construir resiliencia. Un ejemplo son los increíbles desarrollos en institutos de investigación y en el sector privado israelí, en el naciente campo de la sustitución de proteínas animales. Productos como la carne, la leche, los huevos y otros, se están produciendo en los laboratorios usando métodos que casi no emiten gases de efecto invernadero y que permiten liberar vastos campos agrícolas que utiliza el ganado, para ser restaurados y reforestados ecológicamente. Si esto no es suficiente, estas tecnologías pavimentan el camino para incrementar la seguridad alimenticia durante la era de crisis climática.
A esto se suman otras innovaciones, que son muy útiles para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y proporcionar algunas soluciones fascinantes para el mundo actual en los campos de almacenamiento de energía comprimida, generación de energía de las olas marinas, y uso avanzado de herramientas de computación para manejar energía.
Como seres humanos tenemos que cooperar unos con otros. Está claro para todas y todos que no existe un país que, de manera individual, pueda afrontar esta crisis sin precedentes en la historia de la humanidad. Necesitamos aprovechar todas nuestras increíbles habilidades juntas y juntos, para enfilar este gigantesco barco que es nuestro planeta -en el que convivimos codo a codo- hacia un puerto seguro. La única manera de hacerlo es trabajando juntos, compartiendo información y experiencias.
Por eso la cooperación internacional para un desarrollo global sustentable es el camino indicado para enfrentar estos grandes desafíos.
En Israel estamos totalmente comprometidos con esta hoja de ruta y seguiremos profundizando nuestras acciones de cooperación, a través de nuestro Ministerio de RREE, de la División de Cooperación Internacional – Mashav y del trabajo de nuestras misiones diplomáticas en todo el mundo.
La Embajada de Israel en Chile ha intensificado su agenda medioambiental en los últimos años, particularmente en temas como gestión de recursos hídricos y energías renovables. Para esto, se han establecido alianzas virtuosas con el sector público, el sector privado, la sociedad civil y la academia, en una acción coordinada capaz de rescatar experiencias y soluciones israelíes, para ser evaluadas, adaptadas y probadas en Chile.
La meta de cero emisiones para el año 2050 parece lejana, pero está a la vuelta de la esquina, así que debemos apurar el tranco, uniendo fuerzas y reforzando la cooperación internacional.
LA OPINIÓN DE LA AUTORA NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE LA RAZÓN
Marina Rosenberg – Embajadora de Israel en Chile
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