El escándalo mediático que involucra al futbolista argentino del Paris Saint Germain Mauro Icardi, su esposa, la empresaria Wanda Nara, y a la actriz argentina Eugenia ‘China’ Suárez no solo sirvió para llenar de contenido a portales y programas de TV sobre la farándula sino que trajo un debate más serio: ¿a quién culpamos por una infidelidad?
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Los problemas de la pareja Nara-Icardi salieron a la luz cuando la empresaria y mánager del futbolista publicó un mensaje en su cuenta de Instagram: «Otra familia que te cargaste por zorra». Un repaso por las cuentas a las que había dejado de seguir llevaron a los medios argentinos a mirar hacia Suárez, que en el pasado también había sido señalada por iniciar una relación con el actor chileno Benjamín Vicuña cuando aún mantenía una relación.
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Las redes sociales, especialmente en Argentina, se hicieron eco del escándalo y dividieron las aguas: algunos apoyaron el reclamo de Nara, otros se burlaron de los intentos de Icardi por volver a congraciarse con su esposa pero la gran mayoría atacó a Eugenia Suárez y su presunta vocación de ‘robamaridos‘.
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El escarnio contra la actriz, que se encuentra en Madrid rodando la película Objetos junto a Álvaro Morte, motivó la reacción de mujeres feministas argentinas que aprovecharon la ocasión para recordar que utilizar motes como ‘zorra’ o ‘robamaridos‘ es el reflejo del machismo ante una infidelidad.
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La periodista argentina especializada en género Luciana Peker ha intentado dar una explicación de por qué la condena social parece recaer mucho más en Suárez que en Icardi.
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«¿Se puede condenar a una mujer por lo que hace un varón? No. Ser infiel o no serlo es una decisión de un hombre con la esposa o novia (y no con la tercera en discordia) y un pacto —si existe— que cumple el marido con su esposa, si es el pacto es de fidelidad mutua», escribió Peker en una columna en el portal Infobae.
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La periodista insistió en que «una mujer no roba a un marido, en principio, porque los hombres no son una pertenencia. No solo por respeto a las mujeres, sino por respeto a ellos, que no son objetos inanimados —como una caja fuerte— que se dejan saquear sin que su deseo o decisión pulse enter o dé la clave para abrir su cuerpo o su corazón».
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La también periodista argentina Mariana Carbajal aportó, en el diario argentino Página 12, un ‘decálogo para seguir el escándalo’ sin caer en posturas machistas. El primer punto recuerda que «no hay ‘robamaridos'».
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«Los maridos tienen capacidad para aceptar o rechazar una propuesta sexual y/o amorosa. La culpa no es de ellas. ¿O es que si la rechazan ellos se sienten menos machos o creen que sus pares los van a ver así?», agregó.
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Carbajal señaló que «hay mujeres para las cuales que un hombre esté casado no implica un límite» pero eso no implica que sean «zorras».
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«Son mujeres con los mismos códigos de hombres para los cuales que una mujer esté casada no implica un límite», escribió.
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¿La ‘China’ Suárez padece el síndrome de Fortunata?
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La extensa cobertura mediática del escándalo también tuvo a psicólogos intentando analizar lo sucedido y vinculando la reiteración de triángulos amorosos en la vida de la ‘China’ Suárez con lo que llaman Síndrome de Fortunata.
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La psicóloga y comunicadora argentina Carolina Sorondo explicó, en el programa A la tarde de América TV, que las personas que padecen este tipo de síndromes «atraviesan una gran y fuerte dependencia emocional de un objeto deseado hacia alguien prohibido».
La China Suarez y el karma de las infidelidades: ¿Qué es el Síndrome de Fortunata ?🤔#ALaTarde @carobsorondo pic.twitter.com/eU7lGdZNDQ
— JOTAX (@JotaxTV) October 19, 2021
Según la profesional, existe en la persona que lo padece «cierto goce y placer» en la situación, así como una «amor persistente y mucha lealtad» hacia este vínculo. Aun así, estas personas «no sienten culpa» por lo que hacen debido a que «lo importante es lo que ellas quieren». «En su modelo mental ‘tu marido es mío y te lo voy a quitar'», agregó.