La Agencia de Proyectos Avanzados de Defensa de EEUU (DARPA, por sus siglas en inglés) ha logrado realizar una recuperación de un dron X-61A Gremlins en pleno vuelo y colocarlo dentro de un avión de transporte militar C-130 Hercules.
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La prueba tuvo lugar en un lugar indeterminado en el mes de octubre, y en el marco de la misma prueba también se demostró que es posible rehabilitar a uno de estos drones para la siguiente misión en menos de 24 horas. Inicialmente, dichas pruebas estaban previstas para 2019, pero la operación resultó ser más complicada de lo esperado.
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Por ello primero fue aplazada hasta 2020 y luego hasta 2021. La DARPA no logró validar la capacidad de recuperación en pleno vuelo en 2020 y, según lo explicó el responsable del programa de Gremlins, Scott Wierzbanowski, en «cada intento» el dron se quedaba corto por unos centímetros.
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El sistema puesto a prueba consiste de un cubo de acoplamiento similar al que se usa para los repostajes aéreos, que se despliega por la parte trasera de la aeronave nodriza. Una vez conectado al dispositivo, el dron apaga sus motores y es recuperado con la ayuda de una mano robótica que lo coloca en el compartimento de carga del C-130
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En caso de que este sistema falle durante una misión, el dron también está equipado con un paracaídas de emergencia. Se supone que el uso del sistema de recuperación de drones en pleno vuelo les permitirá a los militares emplear con una mayor eficacia los enjambres de drones de bajo coste que se podrán lanzar desde otros aviones.
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Uno de los principales puntos de enfoque es la reducción del costo que este sistema podría significar, así como una mayor flexibilidad, ya que los drones X-61A Gremlins se pueden dotar con toda clase de complejos para realizar tanto misiones de reconocimiento, como de guerra electrónica e incluso ataques aéreos. Eso permitirá desplegar unos drones más simples a una mayor distancia.
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