SANTIAGO – La OMS la catalogó como variante de preocupación. La mayor diferencia con otras como la Delta es la cantidad de mutaciones. Esto podría provocar que, aunque estemos vacunados o ya nos hubiéramos infectado con SARS-CoV-2, no estemos protegidos contra esta nueva variante.
Hace unos días la Organización Mundial de la Salud (OMS) levantó la alerta por una nueva variante del coronavirus SARS-Cov-2, llamada Ómicron (como la letra O del alfabeto griego), que se detectó por primera vez en Sudáfrica y que actualmente está presente en alrededor de 20 países, dentro de ellos: Australia, España, Italia, Reino Unido, Canadá y Brasil.
Esta situación ha llevado a algunos países a endurecer la política de apertura de fronteras, restringiendo los viajes desde los lugares donde hay casos confirmados, aunque hasta ahora no hay información que indique que los síntomas asociados con esta variante sean distintos a los ocasionados por las anteriores reportadas.
Lo que sí llama la atención de esta variante es la cantidad de mutaciones que presenta, más de 50 con respecto al genoma del virus original. Además, la evidencia preliminar sugiere un mayor riesgo de reinfección, es decir, personas que tuvieron COVID-19 podrían infectarse de nuevo por esta variante con más facilidad.
“Sabemos que pacientes en Sudáfrica que fueron infectados en una primera instancia con una cepa de coronavirus distinta, ahora han sido contagiados con Ómicron. Sin embargo, ya se tenía conocimiento de reinfecciones con SARS-CoV-2. La diferencia es que anteriormente no se sabía si estas reinfecciones ocurrieron con la misma o distinta variante del virus”, indica la viróloga de la Facultad de Medicina y Ciencia de la U. San Sebastián, Dra. Andrea Rivas.
Con respecto a las mutaciones, la especialista explica que “los virus tienen mecanismos de reparación de errores menos infalibles que otros organismos. Además, se propagan muy rápidamente, por lo tanto, generan mucha progenie. Eso hace que las posibilidades de generar mutaciones aumenten en comparación con cualquier otro organismo y estas mutaciones son al azar. Algunas van a mejorar la performance del virus, otras no. Las que no le permiten mejorar su infección, no van a ser buenas para el virus, por lo tanto, no se van a mantener. En cambio, las que le van a permitir generar un virus más eficiente, son las que perduran”.
Riesgo
En el caso de Ómicron las mutaciones generadas están esparcidas en todo su genoma, pero varias se concentran en la proteína Spike. “Ese es el gran problema que podría ocasionar esta variante. La proteína Spike es reconocida por los anticuerpos neutralizantes, entonces si hay muchas mutaciones, puede ser que los anticuerpos neutralizantes que nosotros tenemos estimulados gracias a las vacunas y a infecciones previas con otros coronavirus no reconozcan a esta variante Ómicron. Esto podría provocar que, aunque estemos vacunados o ya nos hubiéramos infectado con SARS-CoV-2, no estemos protegidos contra esta nueva variante. Pero es todavía una especulación porque aún no tenemos datos suficientes para confirmarlo”, sostiene la Dra. Rivas.
Prevención
En caso de llegar a Chile esta nueva variante, las medidas de prevención no son distintas a las que hemos estado utilizando: Uso de mascarilla, lavado frecuente de manos, distanciamiento físico, ventilación de los espacios cerrados y la vacunación contra el COVID-19.