A dos años del inicio de la pandemia por COVID-19 no existen estudio serios y concluyentes sobre lo que el virus y la vacuna contra este podrían ocasionar en los ciclos menstruales de las mujeres, quienes han padecido varios tipos de alteraciones hormonales.
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Por Daniela Díaz
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La última vez que Melissa, mexicana de 34 años, tuvo su periodo fue en junio de 2021. Ese mismo mes recibió la primera dosis de la vacuna contra el virus y desde ese entonces su periodo no ha vuelto.
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«He sentido otros cambios en mi cuerpo, como que me da toda la sensación previa al sangrado cada mes, pero no ocurre tal; por ejemplo, dolores de cabeza, un poco de dolor en las mamas y en la espalda baja», cuenta en entrevista Melissa.
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Al respecto, la doctora Josefina Lira Plascencia, expresidenta del Colegio Mexicano de Ginecología y Obstetricia, explica que los retrasos en los periodos menstruales han sido una constante desde el inicio de la pandemia.
«Hay pacientes que se vacunaron y se les retrasó la menstruación. La verdad no sabemos hasta ahora si es una situación de la vacuna o una situación de estrés. Puede ser que sea una anovulación; es decir, que no ovularon, por el estrés o por la vacuna misma», explica en entrevista la especialista; sin embargo, a más de dos años del inicio de la pandemia no se tienen datos duros al respecto.
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De acuerdo con la doctora Lira Plascencia, las alteraciones que destacan más o que han sido mayormente referidas por sus pacientes son justamente los retrasos menstruales y los sangrados entre ciclos, los cuales en algunos casos se extienden durante semanas.
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«Eso es lo que en lo personal he visto, sobre todo en mujeres jóvenes ya vacunadas y la gran mayoría con Pfizer o Moderna; pero sea una vacuna o sea otra, los retrasos y manchados se han dado con la mayoría de las dosis», indica.
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Zuri González, de 24 años, señala que desde que fue vacunada el síndrome premenstrual ha sido intenso y su periodo más abundante, un síntoma que también ha experimentado Brenda, quien en enero de 2022 se contagió de la enfermedad.
«La gran mayoría de las mujeres que coincide su etapa menstrual con un contagio de COVID se puede entender que tengan más molestias menstruales y es normal porque el COVID tiene una etapa inflamatoria aguda severa sistémica, no es nada más las vías respiratorias, sino todas la glándulas en el cuerpo sufren una inflación importante incluyendo el área pélvica», explica la especialista en ginecología.
Cuando se presenta fiebre, explica la médica, el útero se dilata más y sangra más lo que provoca que haya cólicos menstruales más severos.
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Ante la falta de datos respecto a las posibles alteraciones hormonales debido a la vacuna contra COVID-19 y la enfermedad, el Colegio Mexicano de Ginecología y Obstetricia está por lanzar una encuesta para estudiar las implicaciones que la pandemia ha generado en la salud menstrual de las mujeres en México.
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De acuerdo con Plascencia Lira, se prevé que el estudio sea lanzado en tres semanas y que los primeros resultados estén disponibles en alrededor de cuatro meses.
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