En enero de 2020 el litro de aceite en Chile costaba dos dólares, muy por debajo del precio actual, entre cuatro y cinco dólares. El aumento de su valor se debe, entre otras cosas, al conflicto en Ucrania y las sanciones impuestas a Rusia, sumado a la inflación producto de la pandemia de COVID-19 y a la casi nula competencia en el mercado local.
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Por Alexis Polo González
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Durante las últimas semanas el precio del aceite ha sufrido una considerable alza, la que se traduce en que se haya duplicado su valor en casi todo el país. Este aumento ha afectado a la totalidad de los hogares, puesto que el aceite es un bien de consumo esencial e insumo básico para la preparación de distintas comidas.
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Uno de los factores que podría explicar esta fuerte alza es la crisis económica global y al conflicto entre Rusia y Ucrania, dos países clave en el suministro de alimentos básicos en el mundo, especialmente del aceite de girasol a causa de las sanciones antirrusas de Occidente.
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Sin embargo, también existen factores internos, como la falta de competencia en el mercado y una posible colusión en el precio del aceite. Sin ir más lejos, la Organización de Consumidores y Usuarios de Chile (ODECU) solicitó una investigación a la Fiscalía Nacional Económica (FNE).
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Así lo señaló el presidente de ODECU, Stefan Larenas, quien anunció el pasado 12 de abril que solicitarán la intervención de la FNE y el Servicio Nacional del Consumidor (Sernac). Larenas comentó que «cuando el precio sube en forma desmedida, no solamente se puede culpar a los factores externos, acá hay factores internos que pueden estar influyendo en el precio del aceite».
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En esa misma línea, el ingeniero comercial Álvaro Gallegos —experto en materias de regulación financiera, exasesor del Ministerio de Hacienda y quien se desempeñó como superintendente de pensiones durante la segunda administración de Michelle Bachelet (2014-2018)— comentó que en el «caso de Chile esto se ve agudizado por la escasa competencia que hay en el mercado doméstico».
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«Se aprecia que hay un alza no justificada, porque nosotros somos importadores netos de esos productos y cuando se miran los precios en países como Argentina, Europa, uno no entiende por qué estamos pagando dos o tres veces los precios que pagan los argentinos o los ingleses», agregó Gallegos.
El ex superintendente de pensiones explicó que la única razón que podría justificar el alza es la falta de competición en el mercado doméstico.
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La relajación de la emergencia sanitaria: otro factor en el alza de precios
Otro punto que los expertos señalan como un factor en el alza de los precios, tanto del trigo, combustible y aceite, es la relajación de la emergencia sanitaria que comenzó a generar problemas adicionales en la cadena logística y de transporte, que impacta prácticamente en los precios de todos los productos, incluidos los alimentos.
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Gallegos explicó que esto se da, fundamentalmente, por los mayores costos y la menor fluidez en la gestión portuaria.
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«Todos estos productos son transportados por vía marítima, eso hizo que se encarecieran, primero los fletes por el alza del precio del petróleo y, posteriormente, todos los productos porque los gastos portuarios se elevaron fuertemente en todo el mundo, en China, aquí en Chile lo mismo», comentó Gallegos.
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«Hoy es mucho más caro sacar las mercaderías del puerto, entonces ya había un ambiente de alza en los precios que estaba generando inflación, no solo en Chile, sino que también en los países desarrollados y que se ve muy agravado por el conflicto que se produce en Ucrania, puesto que por una extrañísima razón, los estrategas geopolíticos no previeron que esto podría genera el efecto de alza de precios», cerró.
La importancia de Rusia y Ucrania en el mercado internacional
Según datos del Observatory for Economic Complexity (OEC) Rusia y Ucrania concentraron en 2020 más del 28% de las exportaciones de trigo a nivel mundial con un 19,5% y 8,97% respectivamente. A lo anterior, hay que sumar que las sanciones de Occidente a Rusia han llevado a un alza en los costos de materias primas, bienes y recursos, incluidos el trigo, el petróleo y el aceite.
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«Lo que tenemos es que Rusia y Ucrania son los principales exportadores de granos del mundo y se necesitan vías expeditas para transportar esa producción y esa es una cosa que impacta en el precio de los granos», comentó Gallegos.
«Lo que está impactando ahora, podríamos decir, que es un anticipo, porque con la guerra, obviamente, se perderá una cosecha entera, no estará la cosecha que viene, puesto que entre otras cosas, esto también ha afectado a los fertilizantes, de los que Rusia también es uno de los principales productores mundiales», agregó.
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El exsuperintendente explicó que se viene un panorama muy brutal en donde se podrá sembrar, y si se lograra, las superficies van a ser menores y la calidad será también menor porque no se tendrán las ofertas de fertilizantes que son necesarias para esos fines.
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El precio de los alimentos
Según Gallegos, el conflicto no da luces de un término y esto traerá un alza del precio de los alimentos.
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«Los rusos también son productores a nivel mundial del aceite de maravilla. Así que podemos esperar que dentro de este año exista una alza generalizada en el mundo de los precios de alimentos», comentó Gallegos.
Sin ir más lejos, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura —FAO por sus siglas en inglés— dio a conocer que durante el mes de marzo los precios de los alimentos en promedio subieron un 12,6% respecto a febrero, mientras que los cereales marcaron un récord de alza del 20,4% y los aceites, 23,2%.
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¿Por dónde debe caminar el Gobierno?
La inflación producto de la pandemia de COVID-19 ha golpeado, y lo sigue haciendo, a millones de hogares en el país. Además, a esto se le suma las consecuencias económicas del conflicto entre Rusia y Ucrania y que ha elevado a máximos históricos el valor de los productos esenciales.
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Gallegos explica que este fenómeno se mantendrá debido a que habrá menor producción a nivel mundial de granos, de fertilizantes, de aceites comestibles, por lo tanto, los costos solo irán al alza.
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«Yo no sé cuál será la línea de este Gobierno, pero en algún momento deberá tomar medidas como lo está haciendo Uruguay para eliminar el IVA para todos los productos derivados del trigo», comentó Gallegos.
«Esta es una crisis donde los Gobiernos deberán tomar decisiones complejas y requerirá gran flexibilidad y buen juicio de la toma decisiones en pos de la protección de los hogares que van a sufrir esta grave crisis», finalizó.
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