Día del libro: una buena oportunidad para fomentar el gusto por la lectura

A pocas horas del día internacional del libro el próximo 23 de abril, académico USS nos recomienda lecturas para niños, niñas y adolescentes, y consejos para incorporar la lectura como una actividad diaria y entretenida dentro de la vida en familia.

SANTIAGO – En abril se celebra el mes del libro, dándonos una buena oportunidad de recordar y poner en práctica diferentes estrategias para hacer de la lectura algo habitual y entretenido. Y es que leer no solo nos abre a conocer distintos mundos, sino que además ayuda a potenciar la imaginación y el aprendizaje, fortaleciendo la memoria y la comprensión y estimulando la curiosidad y creatividad.
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César Díaz-Cid, director de Pedagogía de Educación Media en Lenguaje y Comunicación de la USS y doctor en Literatura, entrega recomendaciones para padres cuyos niños no tienen el hábito de leer, y nos da algunas ideas de libros para niños, niñas y adolescentes para todas las edades.

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  • Una buena idea para los padres que deseen motivar a sus hijos, es que prueben con mostrar lecturas que a ellos le gustaban a su edad. “Si no tenían preferencias o no recuerdan lo que leyeron de niños, pueden acudir a amigos o cercanos y conversar el tema con ellos, o bien con profesores del niño o la niña”, afirma. Otra idea, asegura, es acercarse a una librería y pedir recomendaciones a los entendidos en la materia.
  • Una vez adquirido el libro, una buena recomendación es leer con el niño o la niña. “Siempre es bueno tener una ayuda con el vocabulario, con palabras poco familiares al nuevo lector, pues se produce una comunicación diferente y además refuerza la relación familiar con los padres. Nada más maravilloso que viajar junto a la voz paterna o materna cuando se trata de la aventura de personajes al comienzo desconocidos que a través de las páginas se convierten en seres apreciados”, asegura el académico.
  • Los comics son un buen inicio para el lector novel y las lecturas con ilustraciones también. “A veces la conversación, si se lee en voz alta con los niños, se detiene en comentar la imagen que acompaña a la edición. Pienso por ejemplo en lo fundamental que son las ilustraciones de un libro como El principito. Ilustraciones que son parte del texto”, agrega Díaz-Cid.
  • ¿Hay algún lugar de la casa más recomendable que otro para que los niños lean? Esto dependerá de la estación del año o del punto geográfico donde estemos, o de la hora del día en que se hace esta actividad. Lo más importante es buscar un espacio íntimo, con el silencio adecuado para alcanzar una lectura concentrada.
  • ¿Soportes digitales serán mejores? Los soportes actuales como Kindle o iPad están diseñados para la lectura, son instrumentos muy de nuestro tiempo y no alteran la calidad de la lectura que se espera. El romanticismo del libro en papel puede ser un ingrediente extra, pero las “tablets” no impiden maravillarse con las aventuras o las peripecias de nuestros héroes literarios”, afirma el académico.
  • Asimismo, no hay horas más apropiadas; lo que es importante es el ambiente que se crea al momento de iniciar las lecturas.
  • ¿Recomendaciones de libros? “Los clásicos adaptados para niños siempre resultan atractivos para los lectores/as de 8 a 12. Hay muy buenas versiones de La Odisea, por ejemplo. Las mil y una noche, no fallan. Lo mismo que ocurre con la clásica colección de Papelucho”, afirma. Entre 13 y 18 la cosa se amplía y ya resulta en éxito o fracaso para el interés o la madurez de lectura adquirida previamente por el adolescente. Edgar Alan Poe, resulta interesante a los 13, como también ocurre con Alicia en el país de las maravillas. Por sobre los 16 años la literatura de las hermanas Bronte, los cuentos y novelas de Hemingway; El festín de Babette de Isak Dinesen, o incursionar por los derroteros del Moby-Dick de Melville. Contamos con un amplio repertorio de magníficas novelas en Latinoamérica. Narradores y narradoras chilenos de gran nivel literario” complementa.
  • El consejo definitivo para fomentar el hábito en la lectura, de acuerdo al académico “es siempre tener presente que si se advierte que la lectura no resulta grata y puede hasta dar signos de malestar, es mejor suspenderla, dejarla para otro momento o buscar otro libro. Es importante estar atentos a las reacciones que causa la lectura en el nuevo lector. La idea es que no resulte una imposición que es como castigar a alguien”, finaliza Díaz- Cid.
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