El Índice de Precios al Consumidor (IPC) de agosto anotó un aumento mensual de 1,2%, por lo que inflación acumulada es de 9,9% en lo que va del año y llega a su mayor nivel desde septiembre de 1992. Sputnik conversó con el economista Manuel Peréz para conocer las razones del alza inflacionaria y cómo afecta a la economía chilena.
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Por Alexis Polo González
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El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) dio a conocer que el IPC interanual subió hasta 14,1% en agosto, su mayor alza en 30 años. Chile se ubicó así como el tercer país en la región con mayor inflación interanual, detrás de Venezuela (114,1%) y Argentina (78,5%).
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La inflación se tradujo en una histórica alza de la canasta básica de alimentos, que alcanzó un 22,4% acumulado en los últimos 12 meses, el mayor aumento desde que se tiene registro. En agosto, el costo de la canasta básica alcanzó los 59.063 pesos (60 dólares), muy superior a los 48.260 pesos (48 dólares) de hace un año.
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Según el último informe del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, 67 de los 79 productos que componen la canasta básica familiar subieron en agosto, entre ellos el zapallo (6,6%); la carne de cerdo (6,3%); la carne de pollo (5,3%) y la palta con un 4,9%.
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«Al aumentar los precios debido a la inflación, los hogares no tienen la misma capacidad de consumo que antes con el mismo presupuesto, y a quien más está afectando es a los hogares más vulnerables», dijo el doctor en Economía Manuel Pérez Trujillo, profesor de la Universidad Católica del Norte y director del magíster en Gerencia Pública y Desarrollo Regional.
Pérez explicó que la importancia de la canasta básica se debe a que define la línea de la pobreza en Chile. «Son los más vulnerables quienes más están sufriendo este impacto y son ellos a quienes habría que apoyar por parte de una política pública».
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Ante esta crisis inflacionaria, el presidente Gabriel Boric presentó el pasado 7 de abril el programa de ayuda económica Chile Apoya: Plan de Recuperación Inclusiva, que movilizaba un total de 3.700 millones de dólares.
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La situación internacional como factor inflacionario
«El alza en la inflación a nivel nacional tiene que ver con diferentes elementos. Uno de ellos tiene su origen en las políticas que se inician en la fase de recuperación del COVID-19, sobre todo aquellos procesos de retiro y estímulos a la liquidez por parte del Estado», dijo Pérez.
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Durante el segundo Gobierno del expresidente Sebastián Piñera (2018-2022) se creó el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), una ayuda económica para mantener el nivel de consumo de los hogares más afectados por la crisis sanitaria, que se mantuvo hasta finales de 2021.
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Al IFE se suma el retiro de los fondos de pensiones, que introdujo mayor liquidez a la economía. Según Pérez estas ayudas impulsaron la demanda interna del consumo y tiraron al alza la inflación.
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Pérez explicó que la situación internacional también es un factor importante en la inflación y el encarecimiento de la vida que se vive en el país.
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«Con la reactivación de las cadenas de producción global que en un principio se encontraban paralizadas con el COVID-19, se generaron ciertas restricciones en cuanto a la oferta, lo cual impactó de forma negativa sobre los precios», dijo.
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El economista señaló que el conflicto en Ucrania y las sanciones de Occidente a Rusia también generaron un alza en los precios, principalmente en insumos básicos, como el grano, fertilizantes y el sector energético.
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«A todo esto, hay que añadir la inestabilidad geopolítica, lo que ha provocado un aumento en el precio del dólar, pensando en que el dólar es un activo refugio, lo cual aún más hace que incremente la inflación, porque gran parte de las divisas, sobre todo las latinoamericanas, se han visto depreciadas y entre ellas está el peso chileno», agregó.
Otro aspecto que ha incidido en la depreciación del peso es la inestabilidad institucional y la incertidumbre sobre qué pasará con el proceso constituyente después de que el plebiscito del 4 de septiembre rechazara el nuevo proyecto de carta magna.
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«Esa incertidumbre política también se vio reflejada en junio, cuando el precio del dólar llegó prácticamente a los $1.000 pesos», dijo Pérez.
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La depreciación del peso chileno impacta sobre todas las materias primas y servicios que el país necesita importar, entre ellos la energía, lo cual a su vez impacta transversalmente sobre la economía y se produce una subida en cadena de todos los precios.
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«Cuando sube la energía, impacta en el transporte, la distribución, la logística e inclusive también en la producción manufacturera. Eso hace que los precios tiendan a subir y el efecto inmediato es un deterioro en la renta real de los hogares», señaló Pérez.
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¿Cuáles son las proyecciones económicas?
El último Informe de Política Monetaria (IPoM) realizado por el Banco Central explica que los precios comenzarán a mostrar ritmos de aumentos menores a los de los meses previos, con lo que la inflación anual comenzará a reducirse paulatinamente.
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El documento establece que este año la inflación cerrará en 12%, cerca de dos puntos porcentuales por sobre lo proyectado en junio. Las sorpresas acumuladas en los precios volátiles y la depreciación reciente del peso explican buena parte de esta corrección.
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«La verdad es que existe mucha incertidumbre, tanto a nivel nacional como internacional, y eso lógicamente va a seguir impactando la economía. Por un lado impactará en alza del dólar como efecto internacional y la depreciación del peso chileno como efecto a nivel interno por la incertidumbre política», dijo Pérez.
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«Las expectativas de crecimiento que emiten los principales actores a nivel internacional, dan a entender que ya se está empezando a dibujar un período de desaceleración económica. Esto, sin lugar a dudas, va a impactar sobre Chile en su capacidad de crecimiento en el corto y mediano plazo», finalizó Pérez.