- Los investigadores tuvieron que realizar procesos de análisis químico de alta complejidad tecnológica.
Investigadores del servicio de detección de drogas de la Universidad Nacional de Australia (UNA) identificaron, en una muestra enviada para su examen, una droga ilícita análoga a la ketamina, nunca antes vista en Australia y sin información clínica asociada de ninguna parte del mundo. Para revelar la identidad del nuevo fármaco, al que denominaron ‘CanKet’, los investigadores tuvieron que realizar procesos de análisis químico de alta complejidad tecnológica, comunicaron este viernes David Caldicott y Malcolm McLeod, profesores de la UNA.
En un primer momento la muestra desconocida (X) fue analizada con un espectrómetro de infrarrojos (FTIR, por sus siglas en ingles). Este es un procedimiento estándar en los programas de detección de estupefacientes en todo el mundo, que revela una ‘huella química’ de la sustancia que es posible comparar con más de 30.000 ‘huellas’ almacenadas en bases de datos, en busca de cualquier coincidencia.
Con base en los resultados, el analista Patrick Yates, de la UNA, sugirió que podría ser un análogo de la ketamina relativamente nuevo denominado ‘2-FDCK’. Sin embargo, aún sospechaba que podría tratarse de otra sustancia. Para esclarecer su duda la muestra ‘X’ se analizó mediante una técnica de cromatografía líquida de rendimiento ultra-alto con matriz de fotodiodos (UPLC-PDA, por sus siglas en inglés) con capacidad resolutiva suficiente como para poder detectar diferencias sutiles en la composición y la estructura de las sustancias químicas.
Sin embargo, el desconcierto continuó creciendo cuando la analista Cassidy Whitefield encontró que, aunque la velocidad a la que el químico X se desplazó por el dispositivo de análisis fue similar al análogo de la ketamina, su capacidad de absorción de radiación ultravioleta era diferente a 2-FDCK.
Si la muestra ‘X‘ no era ni ketamina ni 2-FDCK, entonces ¿qué era?
Ante esta situación, la sustancia ‘X’ se sometió a un método llamado ‘cromatografía de gases-espectrometría de masas’ (GC-MS, por sus siglas en inglés), en el que la molécula original se rompe en pedazos para obtener más ‘huellas químicas’. En efecto, se obtuvo esta vez que la muestra ‘X’ estaba estrechamente emparentada con un derivado de la ketamina conocido como ‘fluorexetamina’. Sin embargo, quedaba la duda de que se estuviera ante presencia de dos compuestos con la misma fórmula molecular, pero con los átomos dispuestos de manera diferente.
Convencidos de que la identificación requería del empleo de tecnologías más potentes, los investigadores recurrieron al análisis con un espectrómetro de resonancia magnética nuclear que les permitió descubrir que había cuatro átomos de hidrógeno en una posición diferente a la fluorexetamina. Al final, el químico ‘X‘ se denominó ‘2’-fluoro-2-oxo-fenilciclohexiletilamina’. Los investigadores, denominaron finalmente a la sustancia ‘X’ como ‘CanKet’ (‘ketamina de Canberra’).
Trascendencia del hallazgo
Reconocidos expertos en el tema, así como especialistas de la Oficina de Control de Drogas de la ONU y el Centro Europeo de Monitoreo de Drogas y Toxicomanías indicaron que nunca antes habían visto tal sustancia. Una exhaustiva búsqueda reveló que en una muestra forense analizada en China se describió este compuesto con otro nombre. Caldicott y McLeod consideran que, aunque no se conocen todos los efectos farmacológicos, ahora ya se puede identificar a CanKet sin ningún tipo de dificultad, gracias al trabajo realizado.