Conocemos bastante sobre la Operación Cóndor, pero todavía hay mucho más por descubrir. Ya han sido publicados varios libros, en español e inglés (incluyendo el mío). Pero hay elementos—indudablemente en los archivos secretos de EE.UU. y otros países—que todavía se encuentran escondidos.
Como sabemos, La Operación Cóndor fue un programa multinacional encubierto de “operaciones oscuras” organizado por seis países de América Latina (Argentina, Brasil, Bolivia, Chile, Uruguay y Paraguay), al que también se sumaron más tarde Ecuador y Perú. El sistema contó con sustento secreto de Washington D.C. Los agentes operativos de Cóndor llevaron a cabo detenciones-desapariciones de opositores exiliados a través de las fronteras. A veces los entregaron a sus países natales y otras veces fueron asesinados afuera. Todos fueron sometidos a tortura y detención ilegal. Los escuadrones de Cóndor también asesinaron o intentaron asesinar a dirigentes clave de la oposición política que se encontraban exiliados en América Latina, Europa y los Estados Unidos. Este aspecto, el más secreto, se llamó fase III. Uno de esos blancos fue Orlando Letelier, ex ministro de Chile y crítico prominente del régimen de Pinochet. Murió en 1976 en un atentado en Washington junto con Ronni Moffitt, su joven colega estadounidense, con un bomba colocada en su auto.
Washington apoyó de manera encubierta el sistema Cóndor con información de inteligencia, entrenamiento militar, tecnología y financiamiento a los organismos de inteligencia clave de Cóndor. Varios documentos desclasificados de EE.UU. indican que, durante el apogeo de la Guerra Fría y las campañas anticomunistas globales de Washington, las principales agencias de seguridad e inteligencia del gobierno de los EE.UU. consideraron a Cóndor como una organización «contraterrorista” útil y legítima. Muchos documentos desclasificados de los Estados Unidos se referían a Cóndor con lenguaje favorable. Un informe de 1976 de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA), por ejemplo, destacaba que una unidad de asesinatos de Cóndor estaba “estructurada de manera muy similar a un equipo estadounidense de Fuerzas Especiales” y describía las “operaciones conjuntas de contrainsurgencia” para “eliminar actividades marxistas terroristas”.
La Operación Cóndor surgió de un largo proceso de colaboración e intercambio entre las fuerzas armadas del continente. Se ajustó completamente en la doctrina de seguridad nacional y la estrategia contrainsurgente de la Guerra Fría, como un programa de “caza y muerte”.
En 2019, después de una nueva desclasificación de documentos estadounidenses, aprendimos de un elemento nuevo en fase III: la formación de Teseo, una unidad ultrasecreta enfocada en encontrar y asesinar a los “enemigos comunes” de las dictaduras sudamericanas en Europa. (En la mitología griega, Teseo fue enviado a matar al minotauro.) EE.UU. desclasificó miles de archivos sobre Argentina en este año. Descubrimos más detalles sobre Condortel, el sistema de comunicaciones de la Operación Cóndor, y sobre Condoreje, el centro de operaciones de la Operación Cóndor en Buenos Aires.
Esta desclasificación estaba menos tachada que las de antes y contenía muchos nombres tanto de víctimas como de perpetradores, lo cual es muy importante para los casos de derechos humanos, así como para los historiadores. Los archivos revelaron que la inteligencia de EE.UU estaba plenamente consciente de la suerte de muchas personas «desaparecidas» en ese momento, incluidos ciudadanos estadounidenses, y conocía detalles sobre casos de desaparición, tortura y asesinato y de qué operativos los llevaron a cabo. Los archivos estadounidenses contenían información precisa sobre la ubicación de los centros secretos de tortura. Es decir, confirmaron el hecho de que Washington tuvo mucha información privilegiada y pronta.
Un documento de la CIA de septiembre de 1976 mostró que los oficiales de Cóndor habían firmado un acuerdo titulado “Regulación de Teseo, Centro de Operaciones”, para esclarecer las reglas de cooperación, financiamiento, logística, seguridad, comunicaciones y “selección de objetivos”. La CIA contó con una copia del acuerdo, aunque la circulación fue muy limitada. El documento explicó, con muchos detalles burocráticos, cómo cada unidad de inteligencia contribuiría al programa internacional de asesinatos. La CIA informó que el centro de Teseo se instaló en Buenos Aires, con un staff de representantes permanentes de los miembros del sistema Cóndor. Los archivos de Cóndor estaban situados en Chile, Cóndor 3. (Argentina era Cóndor 1; Bolivia, Cóndor 2; Chile, Cóndor 3; Paraguay, Cóndor 4; Uruguay, Cóndor 5; Perú y Ecuador se juntaron a Cóndor en 1978.) Los oficiales de Argentina, Uruguay, Chile, Paraguay y Bolivia discutirían juntos los blancos de las operaciones de Cóndor y cada delegado presentaba una “propuesta operativa”. Luego los elegían por un voto con mayoría simple. Teseo usaría la red de comunicaciones, Condortel, para comunicarse entre el Centro de Operaciones en Buenos Aires y los grupos de tareas en el exterior.
Finalmente, no está claro si Teseo operó alguna vez en Europa, aunque hubo un entrenamiento de dos meses de agentes de Cóndor en Buenos Aires y aparentemente había una lista acordada de blancos.
También han sido revelados aspectos contundentes sobre Condortel. En 2020, el Washington Post publicó la historia de Crypto AG, una empresa suiza supuestamente privada que produjo y vendió máquinas de cifrado a muchos gobiernos, por décadas. El diario reveló que Crypto AG estuvo colaborando en secreto con la inteligencia de los EE.UU. durante unos 50 años, y fue adquirido directamente por la CIA y la inteligencia de Alemania Occidental (BND) en 1970. Es decir, la CIA y la BND podía descifrar fácilmente todos los informes y mensajes vía un código clave programado en la máquina. Esto significa que la CIA estaba al tanto de todas las comunicaciones militares y diplomáticas de muchos países. Y hay más. Varios documentos desclasificados de EE.UU. confirmaron que los países de la Operación Cóndor usaron estas máquinas para sus comunicaciones secretas de Condortel.
Un informe de 1977 de la CIA dijo, por ejemplo, que todos los miembros de la Operación Cóndor utilizaban estas máquinas criptográficas, proporcionadas por Brasil, para su red secreta de comunicaciones. Un informe de la Defense Intelligence Agency (DIA) de 1978 informó que Argentina donó un nuevo modelo al sistema Cóndor en este año. Según un informe secreto de la DIA, “A fines de 1977, Argentina proporcionó equipos Hagelin Crypto H-4605 a Condortel para mejorar la seguridad de sus redes de teletipos”. Un informe secreto de la Dirección de Operaciones de la CIA de 1977, “Sistema de comunicaciones empleado por la Organización Cóndor”, señaló que “todos los países pertenecientes a la organización Cóndor mantienen comunicaciones” (un párrafo tachado) y que “el sistema de cifrado empleado por Cóndor es una máquina manual sistema de origen suizo dado a todos los países Cóndor por los brasileños y que lleva la designación CX52.”
Esto implica que la CIA podía rastrear todas las comunicaciones de Cóndor a través de Crypto: a las ubicaciones específicas de los comandantes y equipos de Condor, las órdenes dadas, los planes compartidos, las operaciones transfronterizas específicas realizadas. En un caso semejante, el Dr. Duncan Campbell escribió que las máquinas Crypto del ejército indonesio permitieron a la inteligencia británica «ubicar las posiciones de los comandantes y unidades militares indonesios que enviaban, transmitían y recibían órdenes para la redada y el asesinato de aquellos supuestamente vinculados al PKI [el partido comunista]».
Ya se sabía que Washington tuvo conocimiento profundo sobre las operaciones de Cóndor. La CIA tuvo contactos estrechos con muchos oficiales y agentes de los Estados de seguridad nacional. Además, oficiales de Cóndor tuvieron acceso al sistema continental de comunicaciones en la sede militar estadounidense en la zona del Canal de Panamá. En 2001 durante mis investigaciones sobre Cóndor en los documentos desclasificados de EE.UU. encontré un cable de 1978. Un general paraguayo había dicho al embajador estadounidense que EE.UU. puso a la disposición de oficiales de la Operación Cóndor su red interamericana de comunicaciones. En esos años existían en esta base una gran estación de la CIA, la sede del Comando Sur, el centro de las Fuerzas Especiales y la Escuela de las Américas. Los oficiales de Cóndor usaron dicho sistema, “codificado dentro de la red de comunicaciones de EE.UU., para coordinar información de inteligencia en toda América Latina.” Este apoyo logístico obviamente fue muy importante para hacer el sistema Cóndor más avanzado tecnológicamente y más letal.
En 2022 todavía hay impunidad para comandantes y agentes que llevaron a cabo masivas campañas transnacionales de tortura y asesinato bajo la Operación Cóndor. Y también hay impunidad para los cómplices y socios, en EE.UU. y otras partes. En Argentina hubo un mega-juicio sumamente importante sobre Cóndor, que fue pionero en términos de la verdad y la justicia; pero todavía hay mucho que hacer para revelar y enjuiciar a los responsables del terror y trauma social en América Latina. Para que nunca más.