- De acuerdo con el último estudio publicado por Oceana, la creciente demanda internacional y el aumento en el precio del recurso, han dado pie a una actividad ilegal sin precedentes, poniendo en peligro a las comunidades costeras del norte.
- En seminario organizado por la ONG, se discutieron propuestas para frenar la extracción desmedida de bosques de macroalgas pardas, responsables de sostener la vida de los ecosistemas marinos.
VALPARAÍSO – La problemática de seguridad se tomó gran parte del seminario «Bosques Azules: ¿Qué estamos haciendo frente a la creciente extracción de huiro en Chile?«, llevado adelante por la organización de conservación marina Oceana, donde pescadoras y pescadores artesanales de las regiones de Atacama y Coquimbo, expresaron sus preocupaciones ante el aumento de robos de algas pardas desde sus áreas de manejo, así como también en las zonas de acopio o secado
«Nosotros como pescadores artesanales estamos muy conscientes de la gravedad en la que se encuentran los bosques de algas y somos los principales interesados en mantenerlos, pero hoy la ilegalidad es nuestro principal problema y está agotando este recurso que es de importancia para nuestras familias», afirmó Nibaldo Yáñez, recolector de orilla de Freirina y representante de la Mesa Comunal. «Este es un problema que ha venido creciendo con los años, por lo que es urgente dotar de más recursos a la entidad fiscalizadora», añadió.
Desde Sernapesca reconocen que enfrentan un problema grave con la ilegalidad y la seguridad de sus funcionarios y funcionarias. «Los altos precios que se están pagando por el recurso han generado bastantes inconvenientes a la fiscalización y al control de la extracción de las algas pardas en Chile, afectando a los recolectores y recolectoras que trabajan legalmente», afirmó el Director Regional (S) de Sernapesca de Atacama, Claudio Ramírez. «Además, tenemos un problema logístico si consideramos que contamos con sólo 24 fiscalizadores para una región que tiene más de 500 kilómetros de costa, la misma distancia que hay de Santiago a Concepción, lo que nos demanda a tener una mayor presencia como Estado en nuestras caletas», agregó Ramírez.
Al encuentro desarrollado en el Museo Marítimo de Valparaíso, asistieron miembros de distintas caletas de recolectores y recolectoras de algas de las regiones de Atacama y Coquimbo, autoridades sectoriales y representantes de la academia, contando con la participación de la Dra. Fadia Tala, destacada científica de la Universidad Católica del Norte, Directora del CIDTA e investigadora del Instituto Milenio Secos, quien relevó la importancia ecosistémica de los bosques de algas.
«Las algas son cruciales para la vida, además de absorber el dióxido de carbono, son el hogar de muchas especies que las usan como refugio y lugar de reproducción» afirmó Tala, agregando que «si perdemos las algas, se pierden recursos de importancia biológica, económica y social. De hecho, de acuerdo con nuestros registros, si terminamos con los bosques de algas de las regiones de Atacama y Coquimbo, las pérdidas ascienden a 500 mil millones de dólares, considerando sus servicios ecosistémicos», puntualizó la académica. Tala señaló también que, al año, se están extrayendo aproximadamente 300 mil toneladas de algas pardas en el país, una cifra que sería imposible de igualar a través del cultivo en la costa de Chile, considerando las condiciones ambientales óptimas para su crecimiento».
En búsqueda de soluciones
En el encuentro, Oceana presentó el estudio «Caracterización e identificación de prácticas de manejo sostenible en la pesquería de algas pardas en la macrozona norte de Chile«, el cual tuvo por objetivo analizar el desembarque histórico de algas pardas, con énfasis en los planes de manejo y áreas de manejo de las regiones de Arica y Parinacota, Tarapacá, Antofagasta, Atacama y Coquimbo. Además, se describen los principales aspectos normativos y organizacionales que regulan la práctica de recolección y extracción de algas pardas en los territorios de la macrozona norte.
«De este informe podemos concluir la importancia de tener una buena estadística de desembarque y que los comités de manejo deben cumplir las metas sociales y económicas al igual que las biológicas», afirmó César Astete, Director de la campaña de pesquerías de Oceana. «No hay duda de que es urgente también mejorar la fiscalización y la investigación respecto a las algas», puntualizó Astete.
«El propósito de este encuentro no es sólo presentar las conclusiones del estudio que desarrollamos, sino que también recoger las preocupaciones y el conocimiento de cada una de las partes involucradas, para así proponer una política pública que permita detener la grave deforestación de los bosques azules», señaló Liesbeth van der Meer, Directora Ejecutiva de Oceana Chile. «Debemos tomar en cuenta la experiencia de prácticas sustentables y exitosas que han logrado algunas caletas de nuestro país, sin olvidarnos de que las realidades son muy distintas en cada región y debemos trabajar considerando esas distintas realidades», concluyó van der Meer.