Bajó el dólar, bajó la bencina, bajó la delincuencia en la región de La Araucanía (hay que señalar que venían bajando los índices de delincuencia hace 5 meses, y que nunca fueron altos, en comparación a Santiago). Hay superávit fiscal y el empleo aumenta según el último reporte del INE. Más aún todavía, se ha anunciado una agenda de productividad. Diversos puntos y medidas son consideradas: por ejemplo, la des-notarización y digitalización de trámites y oficios en las empresas, la creación de un fondo de fondos de riesgos, que invierta efectivamente desde el mundo privado y vuelva protagónica esa inversión privada que se atreve y que es valiente. Mejora la ley de compras públicas abriéndola a las Mipymes e incentiva la innovación desde compras del estado inclusive. Sin embargo, hay dos cosas que llaman poderosamente la atención para nuestro sur.
La primera, por fin un gobierno que se hace cargo de superar la tara de baja productividad. En efecto, la productividad del trabajo aparece estancada hace décadas y bajo este mismo término, parece haberse hecho costumbre el asunto de permanecer mucho tiempo en el trabajo, sin rendir adecuadamente y extraviando la posibilidad de trabajar más en menos tiempo, como son las máximas de productividad. El hecho de que haya abordado esta agenda de productividad, la Ministra del trabajo Jeannette Jara, el Ministro de Hacienda Mario Marcel y el Ministro de Economía Nicolás Grau, en conjunto con el Vicepresidente de Corfo José Miguel Benavente, dan cuenta del extraordinario compromiso que tiene el Presidente Gabriel Boric, con conseguir elevar y volver virtuosa las iniciativas de productividad en el país.
Luego hay un segundo tópico que también llama mucho la atención, como es la pertenencia y pertinencia del trabajador respecto a su trabajo; vale decir, difícilmente un trabajador se la juegue por una empresa en donde no sienta que esa empresa en grado o su trabajo, le pertenece. Plantearse así la cuestión, nos moviliza a las soluciones, pues la motivación laboral difiere de la psicología laboral, y nos habla más bien de mecanismos económicos en la misma cadena de producción que procrean y logran aquella motivación e identidad del trabajador con la empresa. Por ejemplo, los departamentos de derechos humanos que combaten la discriminación, con los departamentos de ética en las empresas que colocan la responsabilidad de los actos, como rector de la igualdad de derechos y deberes, con respecto a la empresa, más allá del salario o rol jerárquico que ocupen los trabajadores y empleados.
Esta concepción, la Seremía de la región de La Araucanía, ha sido pionera al establecer compromisos con el Instituto Nacional de derechos humanos INDH, en torno al relevamiento de los derechos económicos sociales, como parte del corpus de derechos fundamentales.
Silente pero categóricamente el gobierno del presidente Gabriel Boric, logra en la región, mediante la aplicación del Buen vivir, desestigmatizarla, luciendo datos objetivos se supera el matonaje cuñero y los dichos de odio que tanto daño le han hecho a la región, desdibujándola desde su matriz de oportunidad, que la define en su alto valor.
Como la agenda de productividad son 49 acciones que se deben verter en procesos, la oportunidad se maximiza para nuestro sur, puesto que nos posibilita colocarnos como un verdadero norte de la propuesta; vale decir, colocar al sur como al norte de la propuesta, y a su vez posicionarnos como un ariete de perfeccionamiento continuo. Se consolida en consecuencia el crisol del trabajo en equipo colaborativo, hundiendo su razón de ser en la ancestralidad de la rica historia nuestra y con la afirmación de la eficiencia y efectividad de la justicia, la belleza y la educación financiera, práctica y tecnológica.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE LA RAZÓN
Vicente Painel Seguel – Seremi de Economía / Región de La Araucanía.
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