El ataque militar estadounidense contra el gasoducto Nord Stream podría comprobar que los políticos del país están usando las instituciones y la inteligencia especializada para minar a sus competidores, en beneficio de sus propios intereses, consideró el analista Charles Ortel.
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«La paz a través de la fuerza parece haberse invertido de base para convertirse en una guerra perpetua en uso de la corrupción», estimó el también periodista.
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El periodista Seymour Hersh denunció en un reportaje este 8 de febrero que un equipo de buzos militares especializados de Estados Unidos se encargó de colocar explosivos en el gasoducto Nord Stream, que permite el suministro de gas de Rusia a Alemania, para sabotearlo en septiembre de 2022.
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Aunque la afirmación ha sido negada por los acusados, distintas voces han validado la versión del comunicador, y el también periodista estadounidense de investigación Hans Mahncke dijo a Sputnik que es posible que la fuente de Hersh reveló los hechos por estar preocupado por el involucramiento ascendente de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en favor de Ucrania, en el marco de su conflicto con Rusia.
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«Si la fuente de Hersh está en lo correcto, y no tenemos razón para dudar de la misma, la rama ejecutiva bajo [el presidente Joe] Biden decidió de manera unilateral llevar a cabo una guerra contra Rusia», apuntó Mahncke.
«Además del obvio sinsentido de tal decisión, hay muchos problemas legales, como la omisión de informar al Congreso o incluso la Banda de los Ocho legislativa. Es irónico que los jefes del servicio militar que por muchos años consideraron su principal trabajo mantener a [el presidente Donald] Trump bajo control, lo que incluyó tener conversaciones clandestinas con contrapartes chinas a espaldas de Trump, no despertaron ninguna alarma cuando Biden decidió hacer volar el Nord Stream 2″, ironizó el periodista y también abogado.
Charles Ortel señaló que una investigación subsecuente sobre el Nord Stream demostraría que la operación encubierta incrementó sustancialmente los precios energéticos. «En detrimento de incontables personas en todo el mundo y en probable beneficio de las compañías energéticas», declaró, refiriéndose, en particular, a los vínculos de la familia Biden con la empresa energética ucraniana y la notoria oligarquía del país.
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«Muchos de los detalles del reportaje de Seymour Hersh ya se conocían, pero los medios de comunicación occidentales no habían informado de ellos, incluido el hecho de que los gobiernos danés y estadounidense habían acordado estacionar personal militar de EEUU en Bornholm y el hecho de que el ejercicio militar Baltops de la OTAN en junio de 2022 tuvo lugar en la zona del bombardeo del Nord Stream 2. Hersh ha añadido algunos detalles sobre las modalidades exactas de cómo se llevó a cabo el sabotaje, que atribuye a una fuente. La trayectoria de Hersh es sólida y no hay motivos para creer que la fuente no sea creíble», subrayó Mahncke.
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¿Por qué Noruega?
«Noruega tiene personal militar altamente experimentado, especialmente en conexión con operaciones submarinas y navales», estimó Ortel, el analista de Wall Street y periodista de investigación Charles Ortel. «La participación de Noruega es natural, aunque parece muy desacertada. Otra serie de preguntas se refiere a por qué los gobiernos de Suecia y Dinamarca [estaban] dispuestos a seguir el juego, ya que fueron informados a altos niveles sobre este plan, según Hersh», reitera.
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De acuerdo con la denuncia de Hersh, las operaciones conducidas por noruegos y estadounidenses tuvieron que ser notificadas a mandos de Dinamarca y Suecia por el involucramiento de sus aguas territoriales en la maniobra.
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«Sorprendentemente, tras el sabotaje, Alemania, Dinamarca y Suecia iniciaron investigaciones separadas sobre el atentado. Al parecer, Suecia fue la primera en abandonar el equipo conjunto de investigación previsto; Dinamarca siguió su ejemplo. Así pues, Alemania tuvo que investigar el asunto por su cuenta», afirma el periodista de investigación noruego y veterano de los servicios de inteligencia Geir Furuseth.
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«Los Estados europeos no invitaron a los investigadores rusos a participar: en aquel momento, los medios de comunicación occidentales difundieron activamente la suposición infundada de que Moscú había volado los oleoductos por su cuenta. Es más, ninguno de los países europeos hizo públicas sus conclusiones«.
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«¿Por qué Suecia o cualquier otro de los gobiernos implicados no ha hecho públicas sus investigaciones? ¡Este secretismo socava toda credibilidad occidental!», se pregunta Furuseth.
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«La negativa verosímil puede ser una herramienta útil a veces, pero no funciona tan bien con la credibilidad», subrayó el comunicador noruego.
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Además, dudó que el Poder Legislativo de su país conduzca una investigación para deslindar responsabilidades de lo revelado por Hersh.
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En tanto, Mahncke consideró que el gran perdedor de todo este proceso sería Alemania, que habría demostrado su condición de vasallaje ante Estados Unidos y, como todos los países europeos, dependiente de las garantías de seguridad norteamericanas.
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«La realidad es que Estados Unidos está conduciendo un show entre los países occidentales. Las contribuciones norteamericanas a Ucrania exceden las de otros países por unas 20 veces o más. Así que si Estados Unidos decide hacer estallar el gasoducto, todos los demás pisarán la línea, independientemente de sus propios puntos de vista», acusó.