El prestigioso periodista estadounidense, quien en los últimos meses ha investigado la voladura de los gasoductos Nord Stream, habló además sobre los problemas que afectan al Ejército ucraniano.
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«Esta [contraofensiva] no será buena para Ucrania, no será buena para la OTAN, ciertamente no será buena para la administración Biden», dijo el ganador del premio Pulitzer en una entrevista con el presentador George Galloway.
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Cuando se le preguntó si existe la posibilidad de que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) esté a punto de sumarse en pleno al conflicto en Ucrania, el periodista dijo que el bloque «probablemente ya está en él».
Y explicó: «En términos de entrenamiento y asesoramiento, ahora hay muchos grupos dispares en el Ejército ucraniano… Es como si tuvieras 15 equipos de baile diferentes que hubieran estado practicando juntos o por separado durante mucho tiempo. Y si los llevas a un gran auditorio y les dices: ‘tienen una hora, o un día o tres días para organizar una rutina entre todos ustedes’, eso sería imposible. Y eso es lo que está sucediendo en este momento con el Ejército ucraniano», analogizó el periodista.
Ucrania ha promocionado su «contraofensiva» desde fines de 2022. Primero se programó para la primavera boreal y luego se reubicó para las vísperas del verano boreal. El régimen de Kiev argumentó que el aplazamiento se debió a la escasez de armas, mientras presionaba a sus financistas occidentales para que suministraran armas cada vez más pesadas, incluidos tanques, drones y aviones de combate.
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El 4 de junio, las Fuerzas Armadas ucranianas lanzaron una ofensiva a gran escala en cinco sectores de la dirección sur de Donetsk y no lograron sus objetivos, dijo el Ministerio de Defensa ruso.
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Este 9 de junio, el presidente ruso, Vladímir Putin, dijo a periodistas que la ofensiva ucraniana en la zona de operaciones militares especiales ya había comenzado. Al día siguiente, en respuesta a la declaración del mandatario, el líder del régimen de Kiev, Volodímir Zelenski, apuntó que las operaciones de contraofensiva ucranianas ya estaban en marcha, sin dar más precisiones.
Hasta el momento, el consenso de acuerdo a los analistas es que la contraofensiva ha sido un rotundo fracaso, con reportes de tanques Leopard y vehículos de combate de infantería Bradley completamente destrozados, además de enormes bajas en las fuerzas ucranianas.