Israel está al borde de una guerra civil, ya que la estabilidad del Estado ha sido vulnerada con la reforma judicial que actualmente se discute en el Knéset (Parlamento unicameral israelí), aseguró el exprimer ministro del país, Ehud Olmert.
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«Hoy en día nos encaminamos hacia una guerra civil», aseguró Olmert en entrevista con la cadena Channel 4 News, al margen de las multitudinarias protestas que se han realizado a lo largo de esta nación de Medio Oriente durante al menos 29 semanas consecutivas.
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«Me refiero a una desobediencia civil con todas las ramificaciones posibles para la estabilidad del Estado, la capacidad del Ejecutivo para funcionar y la obediencia de gran parte de la población israelí hacia el Gobierno, que es percibido como ilegítimo por gran parte de la población», declaró el exprimer ministro.
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Durante la entrevista, Ehud Olmert aseguró que el Gobierno de Benjamin Netanyahu «ha decidido amenazar las bases de la democracia israelí» al impulsar una reforma judicial que permitiría al Ejecutivo asignar a los jueces de manera directa.
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La reforma, ya aprobada parcialmente por Knéset, limitaría además el poder de la Corte Suprema para derogar leyes o fallar contra el Poder Ejecutivo, lo que se ha considerado como un golpe directo contra la división de poderes del Estado.
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En la primera jornada legislativa donde se discutió la reforma, miles de israelíes salieron a las calles para protestar. En respuesta, las autoridades dispersaron a los manifestantes con tanques de agua.
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Por su parte, los principales diarios del país, pagados por representantes del sector tecnológico, publicaron una portada negra en señal de protesta por el inicio de la discusión legislativa.
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Según el medio The Times of Israel, al menos 10.000 reservistas han amenazado con darse de baja en caso de que la reforma judicial sea aprobada en los términos que se planteó.