«La discusión constitucional en Chile es una falacia»

Mientras los consejeros constitucionales trabajan para entregar una nueva Carta Magna, distintas voces alertan sobre el retroceso democrático que contienen las enmiendas presentadas al texto y las encuestas revelan el poco convencimiento de que una nueva constitución surja en el 2023. 
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Por Alexis Polo González 
Periodista – Corresponsal de Sputnik en Chile
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El pasado 7 de junio se instaló el Consejo Constitucional, órgano electo por la ciudadanía chilena, con la misión de entregar una propuesta de nueva ley fundamental del Estado. Para ello trabajaron con el anteproyecto elaborado por la Comisión Experta, siguiendo las bases constitucionales acordadas previamente por los partidos políticos chilenos.
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Desde entonces, los consejeros constitucionales ingresaron 1.069 enmiendas a la propuesta. Algunas de estas modificaciones han sido consideradas un retroceso democrático por expertos y exmandatarios chilenos.
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«Hay sectores de derecha que se están planteando con un sentido revisionista muy superior a lo que se ha planteado en el pasado (…) rediscutir aquellos temas que pensamos que estaban resueltos», advirtió el expresidente Ricardo Lagos 2000-2006), en su exposición ante el Consejo Constitucional, en referencia a enmiendas propuestas por consejeros del Partido Republicano y la Unión Demócrata Independiente.
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Algunas de las modificaciones ingresadas fueron:
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  • Reponer el cuorúm supramayoritario para reformas constitucionales: el texto aprobado por los expertos había dejado en tres quintos de la mayoría parlamentaria para reformas de Estado.
  • Supremacía constitucional sobre las disposiciones de los tratados firmados por Chile a nivel internacional: esta enmienda pondría en peligro tratados internacionales de derechos humanos como, por ejemplo, el derecho al agua, consulta indígena, identidad de género, entre otros.
  • Aborto y derecho a la vida: podría dejar en la ilegalidad la Ley de aborto en tres causales: Peligro para la vida de la mujer, inviabilidad fetal de carácter letal y embarazo por violación.
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En un diálogo con Sputnik, la máster en Ciencia Política y licenciada en Gobierno y Gestión Pública de la Universidad de Chile, Francisca Quiroga, comentó que el actual proceso constitucional está pensado «para la restauración conservadora y la oligarquía chilena».
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De acuerdo con la analista, los partidos políticos se apresuraron a llegar a un acuerdo para avanzar el mencionado proceso y eso permitió que «en la elección [del 7 mayo] la mayoría circunstancial [en el Consejo] la obtuvieran los republicanos».
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En la elección de consejeros del 7 de mayo pasado, el Partido Republicano (derecha conservadora) obtuvo 22 escaños, lo que se tradujo en poder de veto en la votación, puesto que se requiere de tres quintos de los consejeros para su aprobación.
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Asimismo, si se le suman los 11 cupos obtenidos por Chile Seguro, la derecha se quedó con más de dos tercios de los cupos del Consejo, y podría aprobar las normas sin la necesidad de llegar a acuerdos con el Gobierno de centroizquierda.

«La derecha puede imponer íntegramente sus puntos de vista, la pregunta es si esta será una constitución aprobada por solo un sector», dijo el expresidente Lagos ante la Comisión de Sistema Político el 3 de agosto.

Según Francisca Quiroga, el triunfo de la derecha en la elección de consejeros «tiene que ver con un desgaste de la política, con un discurso de la seguridad del orden, que no tiene nada que ver con el proceso constituyente, y con un Gobierno muy débil en su relato y en la estrategia política de instalación».

Luego de que el 61,86% de los votantes chilenos, en el plebiscito del 4 de septiembre de 2022, rechazara la propuesta de nueva constitución emanada de la Convención Constitucional, los partidos políticos comenzaron una serie de negociaciones para habilitar un nuevo proceso constituyente, que fue sellado con el Acuerdo por Chile.
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Para ese pacto que dio inicio al actual intento para cambiar la Constitución impuesta en dictadura por Augusto Pinochet (1973-1990), las fuerzas políticas, a excepción del Partido Republicano, acordaron una serie de bases constitucionales para el nuevo proceso.
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El Acuerdo por Chile habilitó entonces la creación de una Comisión Experta, que fue la encargada de entregarle un borrador de nueva constitución al Consejo Constitucional.
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«Después del triunfo del rechazo [en el plebiscito] se requería un espacio de análisis y discusión política», consideró Quiroga. «En ese momento no se requería hacer un nuevo proceso constituyente», pero «el Gobierno de Gabriel Boric» lo promovió e impulsó, «con esta ilusión de querer firmar una constitución democrática, más que nada por una firma y un ego que una visión política», afirmó la analista política.
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Críticas «completamente infundadas»

También en una exposición ante el Consejo Constitucional, el contralor Jorge Bermúdez criticó algunas indicaciones, tanto del oficialismo como de la oposición, que modificarían las atribuciones de la Contraloría General de la República, ente autónomo que controla la legalidad de los actos de la Administración Pública.
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«Lo digo con este énfasis, porque entiendo que esto va a quedar en un acta y quiero que quede así para la historia. Estas enmiendas restringen el control administrativo, debilitan el control como pilar del estado de Derecho y, por lo tanto, debilitan la democracia«, señaló Bermúdez ante el órgano.
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En una conversación, el consejero constitucional del Partido Republicano, Luis Silva, señaló que le parecen «completamente infundados» los dichos de algunos expertos y figuras públicas que señalan que las enmiendas presentadas por su fuerza política son un retroceso democrático.
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«Esperaría que quien nos hace esa objeción precisara de qué enmienda en particular se trata, porque no hay ninguna, desde nuestro punto de vista, que limite la deliberación democrática», agregó el consejero.
«Todas [las enmiendas] se han presentado siguiendo el procedimiento democráticamente establecido por la reforma constitucional que le dio forma a este proceso. Hemos respetado siempre las reglas del procedimiento. Por lo tanto, creemos que es simplemente una manera de calificar desde la orilla opuesta enmiendas que no les gustan», finalizó Silva.
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Desgaste

Quiroga comentó que en la elección de mayo el centro político fue el gran perdedor. Para la analista, esto permitió al Partido Republicano y a la derecha «reivindicar la dictadura, profundizar el neoliberalismo y mantener los privilegios».
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La analista explicó que existe un desgaste total, puesto que el pueblo no participa de las discusiones ni deliberaciones. Esto permitiría que el resultado del Consejo Constitucional fuera tener «una constitución peor que la que se hizo la dictadura de Pinochet».
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La última edición de la Encuesta Research, correspondiente al mes de agosto, reveló que solo el 20% cree que Chile sí tendrá una nueva Constitución en 2023. Por el contrario, el 47% cree que es muy difícil que este 2023 haya una nueva carta magna.

«La discusión constituyente hoy es una falacia porque no es un proceso constituyente, es un espacio de las élites donde se reorganizan e intentan controlar la posibilidad y cerrar cualquier oportunidad de transformación del sistema político», finalizó Quiroga.