El abecé sobre la caída de la economía chilena

El producto interno bruto (PIB) de Chile registró en el segundo trimestre del 2023 el tercer retroceso trimestral consecutivo. ¿A qué se debe este caída y cuáles son sus efectos en la economía? 
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Por Alexis Polo González
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El último informe de Cuentas Nacionales del país sudamericano, emitido por el Banco Central de Chile (BCCh), evidenció una caída de la actividad económica del 1,1% en el segundo trimestre de 2023 respecto al mismo periodo del año anterior.
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Este registro negativo significa el tercer trimestre de retroceso consecutivo. Entre octubre y diciembre de 2022, la actividad económica cayó 2,3%, mientras que entre enero y marzo de 2023 hubo una baja del 0,8%.
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El informe del BCCh destaca que la caída del PIB fue incidida, principalmente, por las actividades de comercio, transporte, minería e industria manufacturera. Asimismo, la demanda interna disminuyó en un 5,6% como resultado de un menor consumo de los hogares e inversión.
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El experto en materias de regulación financiera Álvaro Gallegos consideró que «el decrecimiento de la actividad responde a un mal diagnóstico que hace el BBCh«.
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Gallegos, ingeniero comercial, exasesor del Ministerio de Hacienda y ex superintendente de Pensiones durante la segunda administración de Michelle Bachelet (2006-2010, 2014-2018), explicó que el BCCh subestima la incidencia de los precios internacionales que han ido al alza desde la pandemia de COVID-19.
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El experto destacó otros factores externos que inciden en las presiones inflacionarias, «en particular, las alzas de precios de alimentos y energía que son consecuencia, principalmente, del conflicto en Ucrania«.

«Esos factores no son sensibles a alzas en la tasa de interés doméstica. La política monetaria restrictiva ha afectado de manera significativa la demanda interna y, luego, a los sectores productivos más dependientes de ella», agregó Gallegos.

Política monetaria

El doctor en economía Manuel Pérez Trujillo, profesor de la Universidad Católica del Norte y director de la maestría en gerencia pública y desarrollo regional, explicó que la caída del PIB «es el resultado de la política monetaria contractiva impulsada por el BCCh«.
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La tasa política monetaria (TPM) es un instrumento que utiliza el ente financiero para estructurar su política monetaria en función de metas de inflación. Actualmente, el objetivo de esta es mantener la estabilidad de los precios, con un valor meta de 3% y rango de variación entre 2% y 4%, en un horizonte de 24 meses.

Peréz explicó que con la TPM —por encima del 10%— lo que está haciendo el BCCh es disminuir la capacidad de consumo y endeudamiento de los hogares y, por tanto, está impactando de forma negativa sobre la demanda interna, que es el elemento principal que está contribuyendo a esta caída del PIB a nivel nacional.

El informe de BBCh detalla que el consumo de los hogares disminuyó un 6,1%, con caídas en todos sus componentes, destacando la baja en el consumo de vestuario y alimentos.
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«El sector del comercio y servicios financieros tienen relación con la capacidad de compra de los hogares y de endeudamiento. Estos son los sectores que más han caído a nivel nacional en este lapso que se analiza por parte del BCCh, lo cual tiene relación con este encarecimiento del endeudamiento, la subida de los tipos de interés y la política monetaria contractiva», dijo Peréz.
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El problema de la devaluación

Peréz explicó que el panorama económico es complejo, puesto que las tasas de interés de las principales economías a nivel mundial van al alza, como sucede en Estados Unidos y en la Unión Europea. Esto, dijo, puede «derivar en la devaluación del peso».

«La intención del BCCh de aliviar la presión de la política monetaria permitió bajar los tipos de interés. No obstante, a la par subieron los tipos de interés de la Reserva Federal estadounidense. El diferencial se manifestó en una subida del tipo de cambio, devaluando el peso chileno», agregó Peréz.

El economista explicó que la devaluación de la divisa chilena genera un problema de inflación, principalmente en las importaciones, puesto que suben los costos de los insumos que son necesarios para la economía del país.

«El insumo energético para producir a nivel nacional se encarecería todavía más, lo cual pudiera de alguna manera limitar el efecto de la política monetaria expansiva», agregó el economista.

Para Peréz, a pesar de que se bajen los tipos de interés, muy probablemente la inflación no disminuya al ritmo que se esperaba como producto derivado de la devaluación del peso chileno.
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Recesión «absolutamente innecesaria»

Gallegos explicó que el BBCh sigue los postulados del libro de texto de la política monetaria ortodoxa, que recomienda provocar una recesión para combatir el desequilibrio inflacionario para volver a equilibrar los precios de la economía.
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«Lo que está pasando es que se está generando la consecuencia prevista, que es una recesión —con todos los efectos negativos que ello tiene—, pero que en mi opinión es absolutamente innecesaria», dijo el analista.
A finales de julio, el BBCh bajó la tasa de interés del 11,25 al 10,25%. Es la primera baja que se realiza en tres años, la última había ocurrido en marzo de 2020. Pese a esto, tanto para Gallegos como para Peréz la TPM del BBCh sigue siendo «restrictiva».
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«El BCCh ha ido en los últimos días flexibilizando la política restrictiva bajando en 100 puntos base la TPM. Esperaría que en lo que queda de año mantenga esa línea flexibilizando el tono restrictivo de la política monetaria», finalizó el experto.