El diario chino ‘Global Times’ publicó un contundente editorial que condena el accionar del gobierno nipón, que con el respaldo del Organismo Internacional de la Energía Atómica, dependiente de la OTAN, comenzó a vaciar al océano más de un millón de toneladas de agua radioactiva procedente de la accidentada planta de energía nuclear.
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Según el reconocido diario, Japón ha comenzado una campaña anti-China en los últimos días para contrarrestar las críticas que está recibiendo por parte de organizaciones ecológicas, el sector pesquero y varios países vecinos, con motivo del anuncio de que empezó a verter al Pacífico el agua contaminada por el accidente nuclear de Fukushima, en el año 2011.
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De acuerdo al Global Times, el Gobierno de Japón lanzó una campaña de desinformación a gran escala en la esfera de la opinión pública, con el objetivo de desviar la atención internacional, crear confusión, proporcionar cobertura e incluso buscar justificación para sus acciones de eliminación de residuos nucleares, a las que tildan de «extremadamente irresponsables».
«China, que defiende una posición de justicia internacional con respecto a la cuestión del vertimiento al mar de aguas residuales contaminadas con armas nucleares (…), se ha convertido en el objetivo principal de los ataques de Japón», advierte el diario.
El editorial señala que Japón ha abandonado cualquier esfuerzo por entablar una comunicación racional con China sobre la cuestión del vertimiento de aguas residuales nucleares.
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En lugar de ello, observa la nota, el Gobierno nipón ha recurrido a difamaciones y contraacusaciones contra China, empleando tácticas para desviar la atención y defenderse atacando a Pekín.
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En primer lugar, Japón intenta enérgicamente presentarse como una víctima y no como un perpetrador, con el objetivo de ganarse la comprensión y la simpatía de la comunidad internacional. Por ejemplo, destaca el medio, se intenta crear la falsa impresión de que «Japón sufre los sentimientos antijaponeses de China».
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El diario menciona que los medios de comunicación japoneses destacan intencionadamente casos de ciudadanos chinos que realizan llamadas telefónicas de acoso a instituciones del archipiélago y el gobierno japonés afirma estar «extremadamente arrepentido y preocupado».
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«Convenientemente, la parte japonesa ha evitado mencionar que la causa fundamental de tal situación es su vertido al mar de aguas residuales contaminadas con material nuclear», destaca la publicación.
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El diario menciona que los medios de comunicación japoneses destacan intencionadamente casos de ciudadanos chinos que realizan llamadas telefónicas de acoso a instituciones del archipiélago y el gobierno japonés afirma estar «extremadamente arrepentido y preocupado».
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«Convenientemente, la parte japonesa ha evitado mencionar que la causa fundamental de tal situación es su vertido al mar de aguas residuales contaminadas con material nuclear», destaca la publicación.
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Además, según ha declarado el embajador chino en Tokio, Wu Jianghao, las oficinas diplomáticas de China en el país vecino también reciben numerosas llamadas telefónicas de acoso desde dentro de Japón, lo que ha perturbado gravemente sus operaciones normales.
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El editorial recuerda que se trata de una práctica a la que el Estado japonés está habituado. Por ejemplo, aseguran que el país nipón continúa buscando posicionarse como nada más que una víctima de bombardeos nucleares mientras minimiza su historia de agresión durante la Segunda Guerra Mundial.
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«Todo esto simboliza la distorsión maliciosa que Japón hace tanto de la historia como de la realidad», señala el Global Times.
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En segundo lugar, señala el diario, Japón distorsiona la fuerte oposición de China al vertido forzoso de agua contaminada diciendo que está impulsada por factores geopolíticos.
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Esto no solo difama a Pekín, valora el editorial, sino que exhibe «cómo piensan realmente Japón y Estados Unidos, lo que sugiere que nunca se han preocupado realmente por la justicia internacional y los intereses públicos».
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El diario afirma que Japón utiliza estos argumentos simplemente como excusas y supone que otros países, como China, comparten la misma mentalidad, algo que aseguran no es cierto, ya que la protección del medio ambiente ecológico marino es una tarea común de toda la humanidad.
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«La posición de China se basa en la justicia y la apertura y ha sido claramente declarada en múltiples ocasiones, mientras que los motivos detrás del apoyo y la indulgencia de Estados Unidos hacia las acciones de Japón son claramente cuestionables», aseveran.
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En tercer lugar, denuncia el Global Times, Japón y los medios occidentales buscan hacer foco en los presuntos desaciertos ambientales de China y equiparlos con el vertido del agua contamindada de Fukushima.
«China concede gran importancia a la protección del medio ambiente y no necesita que extraños nos lo recuerden. Los logros que hemos alcanzado son ampliamente reconocidos. En comparación con el encubrimiento del vertido de aguas residuales contaminadas por parte de Japón al mar, atacando a China, uno de los más acérrimos defensores del medio ambiente ecológico del Pacífico, en este momento las tácticas de estos medios occidentales son particularmente despreciables», señalan.
Por el contrario, alerta el artículo, Japón, que se considera que tiene una «cultura del honor», no sólo no se siente culpable por el vertido de agua radioactiva al mar, sino que incluso exige que otros acepten el mayor evento de contaminación ecológica marina en la historia de la humanidad, causado por Japón, diciendo que «no debería haber una reacción excesiva».
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«¿Quién está siendo hipócrita y usando dobles raseros?», se pregunta la nota.
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El Global Times concluye advirtiendo que el sentimiento anti-China que está buscando despertar el Gobierno japonés merece vigilancia, ya que intenta antagonizar a los pueblos de ambos países.
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«No podemos caer en su trampa», alertan. «Es necesario enfatizar que nos oponemos firmemente al vertimiento al mar de agua nuclear contaminada, y a lo que nos oponemos es a la decisión irresponsable tomada por la Compañía de Energía Eléctrica de Tokio (TEPCO) y el Gobierno japonés», apunta el diario.
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«No hay hostilidad hacia el pueblo japonés. De hecho, en este tema nos sumamos a los pueblos de Japón, Corea del Sur, Estados Unidos y todos los demás países que están preocupados por la ecología marina. Los que están en el lado opuesto del mundo son los políticos egoístas de Tokio y Washington, así como los empresarios egoístas de TEPCO», afirman.