En medio de la escalada en Medio Oriente, han surgido informes denunciando que Israel ha utilizado este elemento químico, prohibido por la comunidad internacional por sus devastadores efectos, en sus operaciones militares contra la Franja de Gaza.
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En el curso de la actual escalada militar del conflicto palestino-israelí, Human Rights Watch ha alegado que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) han detonado municiones con fósforo blanco, alertando que su uso pone en peligro la seguridad de los civiles, dado que causan lesiones graves y duraderas.
Esta acusación fue rechazada por el portavoz de la dependencia militar el Estado israelí, que tildó la denuncia de «inequívocamente falsa, las FDI no han utilizado tales municiones».
El uso de fósforo blanco en la guerra ha sido controvertido durante décadas: plantea cuestiones éticas y legales, provocando debates sobre sus ventajas estratégicas frente a sus daños potenciales, ya que inflige horrendas quemaduras atormentadoras en sus víctimas.
Acá analizamos las complejidades de las municiones de fósforo blanco, explorando su composición y las consideraciones multifacéticas que rodean su despliegue en el campo de batalla.
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¿Qué es el fósforo blanco?
El fósforo blanco, caracterizado químicamente como P4, es un elemento altamente reactivo e inflamable, que se quema espontáneamente al exponerse al aire. Su forma pura es la de un sólido ceroso, de naturaleza translúcida y con una coloración amarillenta pálida distintiva.
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Tiene una densidad aproximada de 1,82 gramos por centímetro cúbico. La estructura molecular de la sustancia química comprende cuatro átomos de fósforo dispuestos en una configuración similar a una pirámide.
Mantiene una forma sólida a temperatura ambiente estándar, pero sufre una transición de fase a alrededor de los 44,1 grados Celsius, convirtiéndose en un estado gaseoso altamente reactivo. El fósforo blanco también es peligroso para los humanos y puede provocar quemaduras graves al entrar en contacto con la piel.
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¿Qué tipos de municiones contienen fósforo blanco?
Las municiones emplean una de las formas primarias del elemento fósforo. El fósforo blanco cumple funciones multifacéticas en las municiones, como crear cortinas de humo, ofrecer iluminación a las tropas en condiciones de poca luz y actuar como un ingrediente vital en municiones incendiarias. En particular, es el componente de combustión principal en las municiones con un cebador explosivo incorporado en su base.
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Las municiones de fósforo blanco que producen humo son algo común en el campo de batalla. Sirven para diversos fines, desde granadas de humo para infantería, hasta lanzagranadas de protección montados en tanques y vehículos blindados, y forman un componente del depósito de municiones para artillería y morteros.
«En primer lugar, es una sustancia venenosa. Y en segundo lugar, deja heridas extremadamente graves. Hay que extinguirla con arena mojada o con una gran cantidad de agua. No hay otras opciones. Los proyectiles de fósforo están diseñados para provocar incendios, prender fuego a las instalaciones y destrozar refugios», explica el experto militar Ígor Nikulin, exmiembro de la Comisión de Armas Químicas y Biológicas de las Naciones Unidas.
Según información pública, el fósforo blanco se puede encontrar en varias categorías de cargas de armas de fuego:
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Bombas: M47A1, AN-M47A2, AN-M47A3, CBU-55/B, CBU-78/B.
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Cohetes: M156, M259, Mk 67 Mod 0, entre otros.
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Proyectiles de artillería: M825/M825A1, M110A1, M110A2, M104.
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Proyectiles de mortero: proyectil de humo de mortero M106 de 4,2 pulgadas, fósforo blanco de humo M68 de 120 milímetros, fósforo blanco de humo M929 de 120 milímetros.
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Diferentes tipos de granadas: M34, No. 77 Mk1, No. 80 Mk1, No. 81 Mk 1, granadas de mano de fósforo blanco, etcétera.
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Composición
La munición de fósforo blanco suele estar alojada en una carcasa, que puede estar fabricada con diversos materiales, incluido el metal. El fósforo blanco puede venir en forma de gel, polvo o sólido, dentro de este recipiente. Otros componentes de este tipo de municiones, además de la sustancia incendiaria, incluyen:
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Proyectil y relleno: La munición estándar consta de un proyectil que encierra la carga útil de fósforo blanco. Esta cubierta suele ser de metal, como acero o aluminio, diseñada para retener el producto químico hasta su aplicación. La carcasa puede tener componentes adicionales para la estabilidad durante el vuelo y el impacto.
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Mecanismo de ignición: En muchas situaciones, se integra un agente ignífugo adicional para garantizar que la detonación se produzca sin obstáculos cuando se dispersa la sustancia. Podría ser una pequeña carga explosiva o un compuesto químico diseñado para ayudar en el encendido.
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Detonador: Si está presente, el detonador es un pequeño dispositivo que se utiliza para activar el componente explosivo de la munición, que puede ayudar a dispersar el fósforo blanco tras el impacto.
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Sistemas de estabilización y despliegue: Dependiendo del diseño particular, la munición puede requerir aletas de estabilización u otras herramientas para dirigir su vuelo. Además, podría incluir un sistema de despliegue, como un paracaídas o un temporizador, para controlar cuándo y cómo se libera el fósforo blanco.
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Espoleta: Algunas municiones de fósforo blanco tienen un mecanismo de espoleta que controla el momento de la explosión. Esto se puede configurar para lograr efectos específicos, como una detonación en el aire o un impacto contra el suelo.
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Efectos de las municiones de fósforo blanco en los seres humanos
El despliegue de municiones de fósforo blanco causa una serie de daños devastadores, dejando graves efectos tanto en los seres humanos como en el medio ambiente. Estos resultados surgen de su propiedad única de encenderse al contacto con el aire, generando un calor intenso y un compuesto químico reactivo.
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Los efectos en los humanos incluyen:
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1. Quemaduras: Uno de los peligros más importantes de la exposición al fósforo blanco son las quemaduras térmicas o químicas, de mucha gravedad. Cuando se enciende el fósforo, produce un calor intenso, provocando estas lesiones, profundas y dolorosas. Las heridas pueden ser particularmente difíciles de tratar, ya que el fósforo blanco puede volver a encenderse al entrar en contacto con el aire.
2. Inhalación tóxica: Respirar los vapores o el humo de esta sustancia química puede provocar problemas en vías respiratorias y daños pulmonares. La sustancia libera ácido fosfórico, que puede irritar el sistema respiratorio y provocar complicaciones.
3. Toxicidad sistémica: El fósforo blanco puede absorberse a través de la piel y las membranas mucosas. Puede provocar efectos sistémicos, afectando a diversos órganos y sistemas del cuerpo. Esto puede derivar en graves complicaciones de salud.
4. Efectos para la salud a largo plazo: La exposición crónica al fósforo blanco puede provocar problemas de salud a largo plazo, incluidos problemas respiratorios y un mayor riesgo de ciertos cánceres.
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Efectos sobre el medio ambiente:
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1. Contaminación del suelo y del agua: El fósforo blanco puede contaminar el suelo y el agua cuando se utilizan esas municiones. Esto puede tener efectos duraderos en el ecosistema, impactando la vida vegetal y animal.
2. Contaminación del aire: La combustión de fósforo blanco libera gases tóxicos, incluidos ácido fosfórico y fosfina. Estos pueden contribuir a la contaminación del aire, afectando potencialmente la salud humana y ambiental.
3. Residuos persistentes: El fósforo blanco puede persistir en el medio ambiente durante periodos prolongados, especialmente en el suelo y los sedimentos. Esto puede seguir representando una amenaza tanto para la vida silvestre como para los humanos con el tiempo.
4. Contaminación de la cadena alimentaria: El fósforo blanco puede ingresar a la cadena alimentaria a través de plantas o animales que han estado expuestos a suelo o agua contaminados. Esto puede provocar una exposición indirecta para los seres humanos y la vida silvestre.
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¿Quién prohíbe y quién utiliza estas municiones?
La escalada del conflicto palestino-israelí se produjo después de que Hamás lanzara un ataque contra Israel el pasado sábado 7 de octubre. En respuesta a la inesperada hostilidad del movimiento rebelde palestino, el Gobierno israelí declaró oficialmente el estado de guerra.
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Con ello, autorizó acciones militares sustanciales para contrarrestar la amenaza a sus ciudades del sur e intensificó los ataques aéreos en la Franja de Gaza, lo que provocó una reacción de varios grupos de derechos humanos, así como líderes del mundo, como el presidente de Colombia, Gustavo Petro, y el expresidente de Uruguay José Mujica.
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Según el derecho internacional, el fósforo blanco está prohibido para usos específicos debido a sus efectos graves e indiscriminados sobre los combatientes y la población civil, junto con su potencial para causar daños o pérdidas devastadoras.
«El hecho es que arde a una temperatura elevada, unos 1.300 grados, y es absorbido por el cuerpo humano. Es decir, en primer lugar es una sustancia tóxica y, en segundo lugar, deja heridas sin cicatrizar. Por eso estas armas se consideran bárbaras y extremadamente indiscriminadas. Y es precisamente el Protocolo de Ginebra de 1977 el que prohíbe su uso si los civiles pueden sufrir», afirmó Nikulin.
En consecuencia, existen marcos legales internacionales que abordan el uso de fósforo blanco, incluyendo el Protocolo sobre prohibiciones o restricciones del uso de armas incendiarias (Ginebra, 10 de octubre de 1980), conocido como el Protocolo III, y la Convención sobre la prohibición del desarrollo, la producción, el almacenamiento y el uso de armas químicas y sobre su destrucción, comúnmente conocida como Convención sobre Armas Químicas (CAQ), un tratado para su control que entró en vigor el 29 de abril de 1997.
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Estados Unidos no firmó inicialmente los Protocolos adicionales I y II de 1977 en los Convenios de Ginebra. Estos protocolos tenían como objetivo brindar protección adicional a las víctimas de conflictos armados, incluidas reglas sobre el uso de ciertos tipos de armas y el tratamiento de civiles y no combatientes.
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«Si van a utilizarlas, ¿por qué firmarían? No van a retirar estos proyectiles y bombas de sus arsenales. Siguen usándolas, así que, por supuesto, no firmarán. Como regla general, Estados Unidos firma un acuerdo si los oponentes empiezan a adelantarse de alguna manera. Cuando empecemos a adelantarnos en misiles, bombas, entonces firmarán», argumentó Nikulin, respondiendo a por qué Washington no ratificó ciertos protocolos adicionales al acuerdo por el Convenio de Ginebra de 1977.
El experto también señaló que las Fuerzas Armadas de Ucrania desplegaron municiones de fósforo «en el territorio de la República Popular de Donetsk tanto antes como durante este conflicto, en la región de Zaporpzhie, en la región de Jersón. Ucrania mantiene las mismas opiniones bárbaras sobre las formas de combatir que Estados Unidos.»