Físicos rusos sintetizaron un isótopo hasta ahora desconocido del 116.º elemento de la tabla de Mendeléyev: el livermorio-288. Se trata de un paso importante hacia el descubrimiento de un elemento de número atómico 120, el unbinilio. Esto abre nuevos horizontes de investigación en física nuclear.
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En la naturaleza no existen elementos estables con un número atómico (que corresponde al número de protones en el núcleo) superior a 92, es decir, más pesados que el uranio. Todos los elementos transuránicos tienen una vida corta. Los físicos los observan en reactores nucleares, y los elementos superpesados a partir del 100 solo pueden obtenerse en aceleradores bombardeando los núcleos objetivos con iones pesados.
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Desde 2019, en el Instituto Central de Investigaciones Nucleares en Dubná, región de Moscú, funciona el ciclotrón DC-280. La intensidad de los haces acelerados de calcio-48 producidos en esta instalación es de 60 billones de iones por segundo, lo que supone un orden de magnitud superior a la alcanzada en otros aceleradores operativos de este tipo en el mundo.
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Gracias a ese acelerador, los científicos tienen previsto estudiar las propiedades químicas de los elementos transuránicos descubiertos anteriormente, así como sintetizar otros nuevos: el 119 y el 120. De momento, se les ha dado los nombres provisionales de ununennium (Uue) y unbinylium (Ubn), de las combinaciones latinas «uno-uno-nueve» y «uno-dos-cero».
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Después de algunos intentos sin éxito, se puso en marcha un nuevo experimento en Dubná. Esta vez se disparó un haz de núcleos de cromo-54 contra blancos de uranio-238. El resultado fue algo inesperado. En lugar de unbinilio, los físicos obtuvieron un isótopo hasta entonces desconocido del 116.º elemento de la tabla periódica de Mendeléyev: el livermorio-288. Su vida útil era de menos de un milisegundo. A pesar de la corta duración del suceso y de que la síntesis del nuevo isótopo no era el objetivo inmediato del experimento, los científicos lo consideran un logro importante.
«La observación de la formación del livermorio, aunque siga siendo la única, es un resultado muy bueno. Una vez analizado, habrá menos incertidumbre: será posible estimar la sección transversal e ir al experimento del elemento 120 con los ojos abiertos», afirma para Sputnik el secretario científico del Instituto Central de Investigaciones Nucleares, Alexandr Kárpov, doctor en ciencias físicas y matemáticas.
En el experimento actual, que durará un mes más, los científicos planean adquirir experiencia en el trabajo con un haz de núcleos de cromo y determinar experimentalmente la sección transversal de fusión de elementos superpesados en reacción con ellos, es decir, estimar la probabilidad de su fusión.
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«El elemento 116 se sintetizó mediante la fusión de núcleos de calcio y curio. La sección transversal de esa reacción es conocida. Y ahora hay un experimento para sintetizar isótopos del elemento 116, pero en la reacción cromo – uranio. Hemos cambiado el blanco y el núcleo del proyectil, pero el elemento es el mismo. Haciendo este experimento, podemos comparar las secciones transversales, y esto es sumamente importante para preparar la síntesis del elemento 120«, concluyó el científico.
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