Columna de Alfredo Jalife-Rahme | EEUU, bajo el doble riesgo del cierre del estrecho de Ormuz por Irán y la desdolarización por China

El despliegue aparatoso de la Armada de EEUU para proteger a Israel constituye una clásica «fuga hacia adelante», cuando Biden enfrenta dos ominosos escenarios simultáneos: el cierre del estrecho de Ormuz por Irán —ante un ataque de Israel— y la desdolarización de China, que forma parte del anhelo de la icónica cumbre de los BRICS en Johannesburgo.
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En espera del inminente anuncio del líder de la guerrilla chiíta libanesa, Hassan Nasralla, quien decidirá si abre el frente norte contra Israel dependiendo del desarrollo de la barbárica invasión del Estado hebreo a Gaza, los frentes que ha abierto el presidente israelí, Benjamín Netanyahu, en lo que queda de la «antigua Palestina» —que ni la revista monárquica globalista The Economist puede ocultar— tanto en Gaza como en Cisjordania mediante los supremacistas colonos jefaturados por el ministro de seguridad Itamar Ben Gvir y el ministro de hacienda Bezalel Smotrich, no han desestabilizado hasta ahora el precio del barril del petróleo.
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El precio del crudo se puede disparar con la expansión de la guerra de Israel contra Irán, más que con sus cuatro fronteras conocidas, además del hasta ahora muy simbólico ingreso de la guerrilla de los hutíes de Ansarolá, de Yemen.
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La «guerra regional» de Israel, dotada entre 80 y 400 bombas nucleares clandestinas, contra un Irán carente de bombas nucleares incendiaría a los países que se encuentran en el condensado triángulo marítimo del mar Mediterráneo Oriental, el mar Rojo y el Golfo Pérsico.

La guerra de Israel contra Irán es la obsesión de los neoconservadores straussianos de Estados Unidos, en su mayoría jázaros, y del propio Netanyahu.

A propósito, la Administración de Joe Biden está dominada por el cuarteto jázaro de Jake Sullivan, consejero de Seguridad Nacional; Antony Blinken, secretario del Departamento de Estado; Victoria Nuland, subsecretaria de Estado, y Janet Yellen, secretaria del Tesoro.
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Independientemente del jaque a Irán por la poderosa Armada de Estados Unidos con el pretexto de «proteger» a Israel, lo que más teme Washington es el disparo del precio del barril del petróleo, que enterraría las aspiraciones reeleccionistas del presidente Biden por sus efectos inflacionarios, lo cual ha sido detectado por Irán desde el inicio de las hostilidades en Gaza.
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Por lo pronto, la acumulación de varios fuegos en las fronteras de Israel se puede fusionar en un ‘súperfuego’ con Irán, lo cual es susceptible de incendiar el Golfo Pérsico, donde la quinta flota de Estados Unidos mantiene su base en Bahréin y cuenta con dos bases aéreas en Arabia Saudí y en Al Udeid, en Catar.
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En realidad, Washington cuenta con pletóricas bases navales, aéreas y terrestres del lado occidental del Golfo Pérsico que tienen en jaque el extenso lado oriental de Irán.
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Se corre el riesgo del cierre del super estratégico estrecho de Ormuz, donde atraviesa la quinta parte del flujo del petróleo global, sin contar el concomitante cierre del también súper estratégico estrecho de Bab el-Mandeb (Puerta de las Lágrimas), donde podría participar más efectivamente la guerrilla de los hutíes de Ansarolá de Yemen.
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La «guerra regional» del eje EEUU/Israel contra Irán dispararía el precio del barril a unos 250 dólares, según Bank of America, y a 157 dólares de acuerdo al Banco Mundial.
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Ante la probable cortina de humo de la guerra de Israel contra Hamás, cuando el comediante jázaro Volodímir Zelenski está a punto de ser arrojado debajo del autobús en la fase ‘post-Ucrania‘, se insinúa la guerra del eje EEUU/Israel contra Irán y, más que nada, contra los BRICS (Brasil, Rusia, la India, China y Sudáfrica) y su desdolarizaciónya que Irán constituye el nodo geoeconómico tanto con la terrestre Ruta de la Seda de China como con el Corredor Internacional de Transporte Norte-Sur con Rusia y la India.
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La guerra del eje EEUU/Israel contra Irán es de facto la «guerra global» de Estados Unidos contra Rusia y China, como ha confesado el líder de la minoría republicana del Senado, Mitch McConnell, de 81 años, no se diga el pugnaz senador Lindsey Graham.
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Por lo pronto, el supremo líder de Irán, ayatolá Jameneí, exhortó a los 57 países de la Organización para la Cooperación Islámica, que cuenta con 1.800 millones de feligreses (¡25% de la población mundial!), a boicotear las exportaciones de petróleo y otras materias primas a Israel. debido a sus «atrocidades en Gaza«.
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La desdolarización, promovida por la icónica cumbre de los BRICS en Johannesburgo, se puede acelerar en una guerra regional del eje EEUU/Israel contra Irán, más que en las «guerras limitadas» en la antigua Palestina y en las cuatro fronteras de Israel, cuando la «guerra regional» contra Irán puede detonar la súper burbuja del dólar estadounidense, que se perfilaba con antelación al incendio medioriental y que se exacerbó en la fase ‘post-Ucrania’ con la doble inflación provocada por los hidrocarburos y los alimentos, que han golpeado a la Unión Europea y a Estados Unidos.
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El economista chino Andy Xie, del SCMP, con sede en Hong Kong (una de las principales plazas financieras del mundo), advierte que la escalada de la guerra en el Medio Oriente puede ser la gota que derrame el vaso de la burbuja del dólar estadounidense, pues «conforme se incrementan los precios del petróleo y se amplía el déficit presupuestal de EEUU, las tasas de interés de los bonos del Tesoro se acrecentarán», lo que es posible que «haga explotar las burbujas de la Bolsa de Valores y de los bienes raíces en EEUU«.
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Asimismo, juzga que los «efectos de la guerra y la inflación pueden hacer caer en caída libre los mercados financieros de EU, obligando a China a desacoplarse completamente del dólar que se colapsaría entonces».
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En síntesis: en un escenario del cierre de los estrechos de Ormuz y Bab el-Mandeb, Irán puede detonar el precio del barril del petróleo; y no hay que perder de vista que China, que cuenta con las mayores reservas de divisas y oro —con 3,4 billones de dólares, casi cinco veces las reservas de EEUU, y sin contar las reservas de Hong Kong y Taiwán—, puede enterrar al dólar y acelerar la desdolarización a cambio de la yuanización de los BRICS.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE LA RAZÓN

Alfredo Jalife-Rahme– Analista de geopolítica y globalización. Columnista y comentarista en varios periódicos, radios y televisiones internacionales. Profesor de posgrado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en Geopolítica y Globalización. Autor de varios libros. Nombrado por la Red Voltaire de Francia como ‘El principal geopolitólogo de Latinoamérica’.