El fuego sagrado de Santiago Motorizado volvió a Chile con nuevas canciones

Diario La Razón conversó con el líder de El Mató a un Policía Motorizado, banda que recientemente publicó “Súper Terror”, su nuevo álbum que sucede a “La síntesis O’konor”. De música, fútbol, la pasión, la ciudad de La Plata y la inspiración, conversamos con Santiago.

por René Arriagada Barrientos (Diario La Razón)

Para comenzar podría extenderme latamente en las composiciones de Santiago Motorizado o Santiago Ariel Barrionuevo, nacido en mayo de 1980 en La Plata. Pero prefiero decir “patudamente” que muchos podemos coincidir en que, más allá de ser una figura clave para entender el rock independiente trasandino de los últimos años, él destaca por su amor y apego a lo popular. Desde su fervor por el fútbol, que trasunta de manera soberbia y visceral en sus redes sociales (hincha de Gimnasia de La Plata y la Selección Argentina) a su reciente homenaje a Cristian Castro, al interpretar de manera magistral “No podrás” del mexicano. Una versión altamente adictiva, que se ha transformado en una especie de hit de invierno para muchos que nos levantamos y acostamos regalándole reproducciones a un video que ya es viral.

Con ese presente, la banda que suma un Latin Grammy 2022 a mejor disco de rock por la banda sonora de la serie Okupas “Unas vacaciones raras” (LP 2021), presentó un nuevo show en Chile. Ahora, para tocar en el Teatro Caupolicán “Súper Terror”, 10 canciones grabadas y mezcladas en los estudios Sonic Ranch de Texas, Estados Unidos, por el también ganador del Grammy, Eduardo Bergallo.

Una “máquina de fabricar hits”, para algunos expertos y para los que disfrutamos de su música, que ahora podremos ampliar el espectro de himnos de una historia que comenzó a gestarse hace cerca de 20 años en La Plata. De eso y más conversamos con su artífice, con quien, en virtud del tiempo, nos centramos mayoritariamente en su nueva creación.

Te vimos en Matucana 100 con el proyecto Santiago Motorizado, con Simón Campusano como telonero. En cuanto a tu trayectoria, ¿cuál es la importancia de mantenerte todos estos años con el sello Laptra Record?

(S) Es un sello que somos nosotros mismos porque básicamente Laptra funciona más como un colectivo artístico, donde conviven un montón de bandas y proyectos que son amigos, que somos amigos, que fuimos conociendo en el camino. Laptra se inició en el año 2004 con la salida de nuestro primer disco, y la verdad es como una familia que fue creciendo y que mantiene ese espíritu de lo independiente, artesanal, comunitario, de entender que el arte siempre es colectivo. Eso lo tenemos claro y nos gusta convivir en esto.

El día que toqué en Matucana compartí con los músicos que me acompañaron. Son músicos del Laptra, son de otras bandas, Pablo, de Las Ligas Menores; Iván, que ahora está tocando en Las Ligas Menores también; Pipe de los Faunos (107 Faunos), y cuando no están ellos, también toca Tom y Chicho de Bestia Bebé. La verdad es que me gusta eso, me gusta compartir mi vida con estas personas que quiero y admiro mucho, y Laptra significa todo eso.

A propósito del disco nuevo, ¿hay un cambio sustancial en comparación a trabajos anteriores?

(S) Sí, la idea era buscar algo nuevo con las canciones, en sus formas y en la producción. Queríamos encontrar nuevas sonoridades y nos fuimos copando con ciertas cosas. Con lo rítmico… Los chicos se coparon con esto que son baterías reales tocadas, pero armadas de tal forma que parecen programadas, electrónicas, y empezamos a construir a partir de eso y la verdad es que nos gustó. Nos gusta experimentar y tratar de llevar nuestros sonidos y canciones a nuevos lugares. Así que contento con la respuesta que tuvo. Nos gusta que se sacuda un poco el repertorio y la esencia de la banda. Y en el medio uno vive esa pequeña aventura experimental que nos divierte.

¿Cómo ha cambiado tu proceso de composición a lo largo de los años?

(S) Hay muchos cambios en la composición y en la escritura. Al principio hubo una búsqueda conceptual, de buscar letras muy breves, que me gustaba y me sigue gustando, me parece válido como recurso. Pero siempre tengo claro que cuando algún recurso ya se usa bastante, es momento de pasar a otro concepto, con los textos, con lo que sea, musicalmente también y las letras fueron variando para algo más personal, más introspectivo. Eso no tiene mucho plan, va sucediendo y me gusta mucho hacer el ejercicio de que, a pesar de tener un disparador muy puntual, que es el motor que me motiva a escribir, a sentarme a escribir algo -algo que tiene que ser muy potente y muy real- después en el texto, cuando lo voy desarrollando, dejo que eso nuevo que se va manifestando, que se va creando, empiece a guiarme y que se vaya para cualquier lado.
Eso también lleva a situaciones sorprendentes, palabras que van apareciendo, que no nacen de un método, sino de la improvisación sobre el papel y ver a dónde me llevan las palabras.

A propósito de palabras, ¿a qué se debe que la palabra fuego siempre esté presente en los discos?

(S) Me parece una palabra muy bella y el fuego me parece algo muy bello. Es algo con lo que convivimos todos los días, pero a la vez no deja de ser extraño y fascinante. No sé cómo titularlo o denominarlo, pero todos nuestros álbumes terminan con una canción que tiene en algún punto la palabra fuego. Y ya quedó así y no podemos cambiar. En un punto es un tributo a Star Wars, que en todas las películas de la saga tienen patrones que se van repitiendo: frases que se dicen en todas las películas, esa intro de las letras que se van en perspectiva, que también es algo que se repite. Esas cositas de saga, me gusta llevarlo, y trasladar algo cinematográfico a nuestros discos también.

¿Por qué grabaron nuevamente en Estados Unidos?

(S) La pasamos muy bien cuando fuimos a grabar “La síntesis O’konor”, fue una experiencia increíble que queríamos repetir. Sonic Ranch es un estudio muy cómodo. A nivel técnico está a la altura de los grandes estudios del mundo, no le falta nada. Pero sobre todo se genera un clima al estar uno en el medio de la nada, literalmente en el medio del desierto tejano. Es un clima único de conexión con ese momento. Uno está concentrado 100 por 100 en la cabeza, no hay más cosas para hacer que estar ahí pensando en lo musical, en darle forma a esas canciones y eso está bueno. Tener en el estudio 24 horas, convivir con eso, vivir ahí, dormir a pasos del estudio. Hay algo ahí muy potente que nos va a costar querer cambiarlo y mientras tengamos los recursos vamos a elegir por esa opción siempre.

EL FÚTBOL Y LA VIDA MISMA

En redes sociales eres abiertamente muy futbolero…

(S) Perdón por eso, perdón por la tontería que pongo en redes.

Pero es muy divertido. Te seguí bastante en la previa de los partidos, por ejemplo, con ese dramatismo típico de los argentinos. ¿Qué hiciste durante la jornada en que salieron campeones del mundo?

(S) Fue algo increíble, fue muy emotivo. Yo hice algo en lo cual me arrepiento, pero bueno, ya está hecho, y es que empecé a tomar… Empezar a beber, básicamente.

Motivos habían igual…

(S) El partido fue temprano, al mediodía. Quizás no es recomendable beber tan temprano y con el estómago no tan preparado. ¿Y qué pasó? el partido se extendió más de lo esperado. Entonces, ya en las últimas copas estás en un estado de desconcentración total. Me arrepiento porque hay que vivir esos momentos que son únicos. Entiendo que me ayudó a relajarme un poquito pero no hay que estar relajado ahí. Hay que estar 100% compenetrado con el sufrimiento que significó ese final. Igual lo sufrí, no es que estaba inconsciente, estaba consciente de todo. Pero pasó algo muy extraño, que fue que cuando llegó el último penal, que tiró Montiel, no venía bien con la cuenta de a cuánto íbamos… no lo quería contar, no lo entendí o no lo pude aceptar.

Esperar algo tanto tiempo genera un momento de duda, de creer que esto está pasando. Hay días que me levanto y digo… ¿somos campeones? No lo puedo creer, es tan inverosímil. Estábamos con muchos amigos acá en mi casa, en este mismo espacio donde estoy sentado, y pusimos un proyector. Éramos un montón, cerca de 20 o 30, y después llegaron más amigos. Fue un momento de felicidad extrema y (tras el triunfo) salimos caminando por calle Corrientes. Estamos lejos del Obelisco pero fuimos caminando porque era imposible salir con el auto y fue una caminata muy alegre, que te cruzabas con toda la gente feliz, un momento único. Llegamos al Obelisco de noche, estuvimos un rato, ya muy cansados porque caminamos un montón y todos bebimos unas copas de más. Pero fue un día inolvidable y la verdad es que lo recuerdo con mucho cariño.

Se sabe que eres hincha de Gimnasia. ¿Qué canción te hace pensar en tu club?

(S)Hay muchas, no sé. Ahora pienso en las canciones de la cancha, pero no sé. Si fuese una canción mía, que es más fácil, creo que elegiría El Tesoro porque me parece que encaja bien con ese amor extraño, de dolor, alegrías y sufrimiento, como todo en el fútbol.

Hace poco vivieron un buen momento…

(S) ¿Con el clásico con Estudiantes?  Sí, claro, es que fue muy sufrido eso. Tenemos un grupo de gimnasia en WhatsApp, con todos los hinchas amigos de todas partes. Y el día del clásico están todos entusiasmados, es el partido importante del año obviamente. Y para mí era sufrimiento porque veníamos de una racha muy negativa. Llegaba el clásico y decía, no, otra vez, esto ya lo viví. Además en mi juventud viví otra racha que en los años 90 era positiva para Gimnasia. Y sufrir esto tanto tiempo la verdad es que me costó, pero se rompió y lo disfrutamos mucho. Fue un día de alegría total.

¿Qué es lo que tú crees que tiene La Plata en general como ciudad que la hace especial?

(S) Creo que es una ciudad que se nutre mucho de la juventud que viene de todas partes del país, incluso desde Latinoamérica, a estudiar en la Universidad de La Plata. Está la Facultad de Bellas Artes, que también es un punto de encuentro de un montón de chicos que se empiezan a interesar por las artes visuales en este caso, pero también está la facultad de música, y eso se va mezclando también. Los que dibujan también quieren ir a hacer música. Lo más importante es esa cosa juvenil que se vive durante el año, que después se pierde en el verano, cuando cada uno vuelve a su ciudad o a su pueblo a visitar a sus familias. Y los platenses también se van un poco de vacaciones porque es una ciudad muy calurosa. Ahí la ciudad se transforma en una especie de cementerio, es raro.

Después hay algo de la potencia de lo periférico, porque está muy cerca de Buenos Aires, tiene las riquezas de la gran ciudad cercana, pero a la vez vive otro ritmo.

¿Algún recuerdo de tus años mozos en La Plata?

(S) Miles, miles. Yo viví toda mi vida en La Plata. Tengo recuerdos muy lindos de salir a dar vueltas, porque como es una ciudad chica, uno podía ir a diferentes lugares que no estaban en una misma cuadra. Lugares lejanos donde pasar el tiempo, donde ver una banda. Lejano dentro del contexto de la ciudad, pero que uno podía recorrer a pie con amigos por la calle, recorriendo la noche en una ciudad que estaba diseñada previamente, de manera muy ágil con las diagonales, como para atravesarla más rápidamente. Recuerdos hermosos de juventud con mis compañeros de Laptra, dando vueltas, recorriendo, perdiendo el tiempo y divirtiéndonos.