- En un documento dirigido a su partido, la DC, vicepresidente del Senado señaló que el partido republicano «impuso su tesis de mantener sustancialmente la Constitución de Pinochet, maquillándola con cierta retórica inconducente, y el correspondiente tufillo ultramontano de un catolicismo conservador, consolidando su objetivo estratégico de constituirse en la nueva derecha de Chile, dejando a la derecha tradicional de Chile Vamos en el callejón sin salida de la sumisión».
- Huenchumilla apoyó, además, la declaración de los constitucionalistas DC: «éste es un proyecto de Constitución partisano, programático, contradictorio, populista, ineficiente e ineficaz».
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El senador y vicepresidente del Senado, Francisco Huenchumilla, formuló hoy un llamado a votar en contra del texto constitucional que se plebiscitará en diciembre, manifestando sus críticas al proceso y al documento final a través de un documento, difundido en el día de hoy, ad portas de la realización de la Junta Nacional del PDC.
En el documento, el parlamentario criticó a quienes lideraron el segundo proceso constitucional, que a su juicio «no logró superar los ripios que sepultaron el primero de los procesos (…) salvo, probablemente, por el empleo de las normas de señorito y buenas maneras aprendidas en el Manual de Carreño, propias de nuestra clase alta, y de los siúticos que abundan por esos alrededores».
El legislador acusó que la derecha –y sobre todo los Republicanos– se «creyeron el cuento» de que su mandato era «plasmar su propia visión e ideas, acerca de cómo organizar el Estado y distribuir el poder».
A juicio del parlamentario, los sectores conservadores «olvidaron que, por esencia, una Constitución tiene por objeto –si es que quieren obtener gobernabilidad y estabilidad– el establecer unas reglas del juego para la sociedad que hagan sentido al conjunto de sus miembros, donde una mayoría circunstancial no aplaste a las minorías, y donde éstas sientan que dichas reglas permiten a todas y todos participar en igualdad de condiciones en la vida democrática del país».
Crítica a Republicanos y análisis de la derecha
El parlamentario acusó a Republicanos de «mantener sustancialmente la Constitución de Pinochet, maquillándola con cierta retórica inconducente, y el correspondiente tufillo ultramontano de un catolicismo conservador».
Sin embargo, recalcó que dicho sector logró su cometido, «dejando a la derecha tradicional de Chile Vamos en el callejón sin salida de la sumisión (…) también arrastró a Demócratas y Amarillos, dejándolos sin otra alternativa que no sea formar parte de la derecha», planteó.
El parlamentario adelantó que, en este escenario, el Partido Republicano «se apresta al asalto final de conquistar el gobierno del Estado, a través de los procesos electorales de 2024 y 2025, bajo su conducción hegemónica; relegando a Chile Vamos a un rol secundario de acompañante, y a Demócratas y Amarillos a simples comparsas», aseveró.
En este sentido, el legislador criticó que la derecha «habrá cometido el error histórico de dejar pasar la oportunidad, para lograr un consenso sobre las reglas del juego, en una Carta Fundamental que le haga sentido al conjunto del país para lograr estabilidad y gobernabilidad».
Propuesta: «Profundiza» los problemas
A continuación, el senador criticó que la propuesta «no resuelve la división de los chilenos que nos acompaña por más de 40 años». Recalcó que en Chile «estamos divididos por las reglas del juego que impuso Pinochet en la dictadura» y que el actual proyecto «mantiene la situación que es el paradigma de la Constitución de Pinochet».
«Los republicanos, y la derecha, piensan que todo lo determina el mercado; por eso, en estos últimos 40 años, han hecho de la salud, de la educación y de las pensiones un negocio, favoreciendo a los grandes grupos económicos (…) ahora, el texto de este proyecto establece un estado social y democrático de derecho (así, con minúsculas) que es enrevesado, contradictorio, ineficiente e ineficaz», se lee en el documento del senador.
El senador ejemplificó con «ciertos rasgos conservadores presentes en el texto, como el establecimiento de que los más ricos y pudientes del país no paguen contribuciones de bienes raíces –porque hoy el 77% de los propietarios en Chile no paga contribuciones–, el retroceso con respecto a los derechos de las mujeres, o la objeción de conciencia de las instituciones».
Huenchumilla consideró que en la propuesta «, persiste la invisibilidad, una vez más, de la relación de los pueblos originarios con el Estado. Ésta sólo queda con una mención en papel, que es completamente carente de contenido real».
El senador, finalmente, adscribió a la declaración de los constitucionalistas DC: «éste es un proyecto de Constitución partisano, programático, contradictorio, populista, ineficiente e ineficaz», concluyó.