Un grupo de investigadores de la Universidad de Nueva Gales del Sur de Sídney y sus colaboradores desarrollaron una técnica innovadora para la producción sostenible de amoníaco a escala.
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Con una unidad prototipo a punto de fabricarse, la producción de amoníaco para fertilizantes, en un mercado que tiene una de las mayores huellas de carbono entre los procesos industriales, pronto será posible en las granjas mediante una tecnología de bajo coste, bajo consumo energético y respetuosa con el medio ambiente.
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Hasta ahora, la producción de amoníaco se ha basado en procesos de alto consumo energético que dejan una enorme huella de carbono global, con temperaturas de producción de más de 400°C y presiones superiores a 200 atmósferas que suponen el 2% de la energía mundial y el 1,8% de su CO2.
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En un artículo publicado en la revista Applied Catalysis B: Environmental los autores demuestran que el proceso que desarrollaron permitió la síntesis a gran escala de amoníaco verde al aumentar su eficiencia energética y su tasa de producción, lo que hace económicamente viable al amoníaco respetuoso con el medio ambiente.
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En este trabajo, los científicos desarrollaron un reactor de burbujas de plasma, accionado por pulsos de nanosegundos que interconectan el plasma directamente con el agua. Este reactor puede sondear exhaustivamente los procesos de ionización del gas, los diferentes canales de energía, los correspondientes mecanismos de reacción catalítica del plasma y las especies reactivas en las fases gaseosa y líquida.
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Utilizando el encendido y apagado del plasma con pulsos rápidos, los investigadores pudieron regular el consumo de energía en ciclos y lograron el menor consumo de energía después de la reducción electrocatalítica de nitrato. Esto proporciona una vía prometedora para producir amoníaco verde y renovable a partir de aire y agua, concluyeron.
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La base de esta investigación, publicada hace tres años por el mismo grupo de científicos, ya ha sido licenciada a un socio industrial australiano, PlasmaLeap Technologies, a través del programa de intercambio de conocimientos de la Universidad de Nueva Gales del Sur de Sídney. El prototipo ya se ha ampliado y está listo para su aplicación.