Este artículo es parte de NarcoFiles: el nuevo orden criminal, una investigación periodística transnacional sobre el crimen organizado global, sus innovaciones, sus innumerables tentáculos y quienes los combaten. El proyecto, liderado por el Organized Crime and Corruption Reporting Project (OCCRP) con el apoyo del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), se inició con una filtración de correos electrónicos de la Fiscalía General de La Nación de Colombia que fue compartida con InSight Crime y más de 40 medios de comunicación en todo el mundo. Los periodistas examinaron y corroboraron el material junto a cientos de documentos, bases de datos y entrevistas. Lea los demás artículos de la serie aquí.
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por Anastasia Austin
Grupos criminales israelíes han estado abasteciendo a un creciente mercado de turistas en busca de sexo y drogas en las principales ciudades colombianas, expandiéndose en ocasiones hacia el tráfico transnacional de drogas y alertando a las autoridades de ambos países, según expedientes hackeados de la Fiscalía General de la Nación.
Los archivos, la mayoría de los cuales datan de 2018 a 2022, incluyen registros de escuchas telefónicas, informes de arrestos e incautaciones y correspondencia entre funcionarios israelíes y colombianos, que intercambiaron información y expresaron su creciente preocupación por las operaciones de las bandas israelíes en Colombia.
«Se ha logrado identificar…un incremento significativo de ciudadanos de origen Israelí asentados en Colombia, quienes bajo su liderazgo y en complicidad con ciudadanos colombianos vienen realizando diferentes conductas delictivas en el territorio nacional colombiano» lee un memorando de entendimiento sin firmar entre la Fiscalía General de la Nación de Colombia y Policía Nacional de Israel del 3 de mayo de 2018.
Los documentos sugieren que las autoridades colombianas e israelíes mantuvieron una estrecha relación contra la delincuencia en los años posteriores al intercambio del memorando de entendimiento, aunque no está claro si el documento llegó a firmarse. Las autoridades israelíes no respondieron a las solicitudes de comentarios, y la Fiscalía General de Colombia se negó a comentar sobre el documento.
Las bandas israelíes en Colombia sirven en gran medida a los turistas y operan principalmente en las grandes ciudades. Aunque la mayoría de estos grupos tienen vínculos limitados o inexistentes con los principales actores criminales colombianos, los documentos dan cuenta de cooperación ocasional a alto nivel en el tráfico transnacional de cocaína.
Los archivos, junto con la investigación adicional de InSight Crime, permiten echar un vistazo al poco estudiado fenómeno del crimen organizado israelí en Colombia. También ofrecen un relato de primera mano sobre el funcionamiento de la relación entre los cuerpos de seguridad israelíes y colombianos antes de que las recientes tensiones entre los dos países rompieran con la tradicional cooperación en la lucha contra el crimen.
Economías criminales centradas en los turistas
Las operaciones israelíes de tráfico de drogas al detal y de trata de personas son relativamente pequeñas en comparación con las redes más establecidas en Colombia, pero los grupos israelíes sirven a un pequeño mercado en expansión que consiste en mochileros israelíes.
El número de viajeros israelíes que llegan a Colombia creció de manera constante en la década de los 2010 y adquirió fuerza en los últimos años. En 2021, 6.420 israelíes visitaron Colombia, mientras que en 2022, esa cifra aumentó a 18.741, y 2023 va camino de batir ese récord, con 13.734 israelíes que han visitado el país hasta junio.
Los viajes al extranjero son habituales entre los jóvenes israelíes tras cumplir con el servicio militar obligatorio, según estudios académicos que relacionan estos viajes con una mayor participación en el consumo de drogas y comportamientos sexuales riesgosos.
«Como rito de iniciación, estos viajes son una forma de desconectar de las exigencias sociales y representan un desafío a los valores y normas establecidos», señala un artículo publicado en la revista Israel Journal of Health Policy Research.
Los grupos criminales israelíes en Colombia abastecen el apetito de los mochileros. De las cuatro redes israelíes que aparecen en los archivos hackeados, tres estaban implicadas en el tráfico de drogas al detal, dos de las cuales se dedicaban también a la explotación sexual de menores y a actividades conexas de lavado de dinero en centros turísticos.
Una de estas redes estaba dirigida por Assi Ben Moosh y sus socios, que presuntamente establecieron amplias redes de trata de personas y tráfico de drogas en Santa Marta, Medellín, Cartagena y Bogotá, para clientes extranjeros, especialmente exmilitares israelíes.
Después de que las autoridades deportaran a Ben Moosh, sus socios continuaron con sus operaciones, organizando fiestas en lujosas casas de Medellín y sus alrededores para vender drogas, según los documentos obtenidos.
InSight Crime intentó ponerse en contacto con Ben Moosh a través de sus abogados en Israel, pero al momento de esta publicación no recibimos respuesta.
Otras dos redes delictivas, cuyas prácticas eran similares a las de Ben Moosh, parecen haber operado al menos hasta el otoño de 2021, según los documentos hackeados.
Socios colombianos en el tráfico transnacional de drogas
Los israelíes, al igual que otros intermediarios extranjeros, también se están moviendo hacia arriba en la cadena de suministro de cocaína para aprovechar la fuerte demanda local y el floreciente mercado europeo de consumo de drogas.
Según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) de 2023, tanto el mercado de consumo de cocaína de Israel como su papel como país de tránsito hacia Europa parecen aumentar.
Las incautaciones de cocaína en Israel comenzaron a aumentar en 2018, y en 2020 el país incautó más cocaína que ningún otro en Medio Oriente. También registró la segunda tasa más alta de tratamiento por consumo indebido de cocaína de la región, lo que sugiere la existencia de un sólido mercado de consumo interno.
Israel sigue siendo un país de tránsito de cocaína de menor importancia, pues todavía no ha incautado más de una tonelada de la droga en un año.
Pero la reputación de Israel como lo que la ONUDD denomina punto de tránsito «lejano o inusual», así como su avanzada infraestructura de transporte, pueden resultar atractivas para los traficantes que buscan rutas de tránsito alternativas hacia Europa, cuyos principales puertos son objeto de un creciente control antinarcóticos.
Las autoridades siguieron la pista de al menos dos redes colombo-israelíes implicadas en el tráfico transnacional de drogas desde Colombia a Europa e Israel, según los expedientes de la Fiscalía.
Una de ellas estaba liderada por un traficante llamado Pedro Silgado. Casi 12 meses de transcripciones dejan claro que Silgado dirigía una red colombiana de transporte de cocaína desde la prisión de La Picota, en Bogotá, y respondía ante financiadores israelíes. La red enviaba cocaína líquida desde Cartagena a Israel.
Los medios de comunicación israelíes han informado de operaciones similares. Pero los financiadores israelíes de Silgado estaban ansiosos por venir a Colombia, según revelan las grabaciones telefónicas, lo que sugiere que pretendían establecer una presencia más fuerte en la etapa previa de la cadena de suministro de cocaína.
Silgado murió de cáncer en 2020. Los intentos de contactar a su abogado fueron infructuosos.
Las autoridades israelíes también detectaron otra red transnacional dirigida por ciudadanos israelíes. La red presuntamente vendía drogas importadas de Israel y, al mismo tiempo, enviaba cargamentos en la otra dirección a Europa e Israel.
Estrechos lazos bilaterales
La relación entre Israel y Colombia en materia de seguridad se remonta a décadas atrás, cuando las fuerzas armadas colombianas empezaron a comprar armas a Israel en la década de 1980.
La alianza se fortaleció considerablemente en la década de 2010, cuando el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, visitó Colombia por primera vez y soldados israelíes entrenaron a sus homólogos colombianos para luchar contra el mayor actor armado no estatal del país, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
En los últimos cinco años, y en particular desde la desmovilización de las FARC tras la firma del acuerdo de paz en 2016, la relación en materia de seguridad entre ambos países pasó de centrarse en la guerrilla a enfocarse en los intermediarios del narcotráfico transnacional.
El memorando de entendimiento de mayo de 2018 esboza planes para crear una unidad especial compuesta por policías judiciales colombianos para investigar las redes criminales israelíes presentes en Colombia o que trabajan con redes criminales colombianas.
El documento también estipulaba la creación de una nueva base de datos y sistemas de alertas tempranas, intercambio de información y cooperación en relación con las redes israelíes que operan en Colombia o trabajan en coordinación con el crimen organizado colombiano.
La correspondencia entre funcionarios colombianos e israelíes contenida en los archivos sugiere una estrecha relación de trabajo bajo el mandato del expresidente Iván Duque, quien ocupó el cargo entre 2018 y 2022. Pero el sucesor de Duque, Gustavo Petro, ha sido un acérrimo crítico de Israel durante años.
En octubre, Petro planteó la posibilidad de cortar los lazos diplomáticos con Israel por acusaciones de que este país violó el derecho internacional al tomar represalias luego de un ataque terrorista perpetrado por el grupo militar palestino Hamás. Israel respondió a los comentarios de Petro suspendiendo las exportaciones militares a Colombia.
En las últimas semanas, las tensiones diplomáticas han persistido, aunque expertos dijeron a InSight Crime que es poco probable que se produzca una ruptura permanente.
“Yo creo que ni a Israel ni a Colombia les conviene eh echar por traste su relación, ni en defensa, ni su relación en otras áreas comerciales, porque ha crecido bastante,” dijo Sergio Guzmán, un analista político, a InSight Crime.
Aunque no está claro cómo queda el acuerdo de intercambio de inteligencia entre ambas partes, los expertos afirman que es poco probable que los daños sean permanentes.
«En el peor de los casos, las relaciones bilaterales entre Tel Aviv y Bogotá podrían ser tensas hasta que Colombia tenga elecciones y un nuevo presidente llegue al poder», dijo a InSight Crime Wilder Alejandro Sánchez, presidente de Second Floor Strategies, una consultora de geopolítica y seguridad.