Desarrollan una red neuronal que puede detectar la ubicación de una fotografía

Tres estudiantes de la Universidad de Stanford crearon una red neuronal, llamada Pigeon, que es capaz de localizar con bastante alta precisión la geoposición de las fotografías que analiza. Aparte de ser divertido, este logro puede aplicarse por los servicios de inteligencia con fines de vigilancia.
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Conocida como Predicting Image Geolocations (Predicción de geolocalización de imagen, o Pigeon, por el acrónimo en inglés), esta inteligencia artificial se ha entrenado con Google Street View y puede determinar sin esfuerzo dónde se tomaron las fotografías analizadas.
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Los desarrolladores afirman que su inteligencia artificial puede adivinar correctamente el país en el que se tomó una foto en un 95% de las veces y normalmente con una sorprendente diferencia de 40 kilómetros respecto a la ubicación real.
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El colectivo opina que la tecnología tiene todo tipo de aplicaciones potenciales. Podría identificar carreteras o tendidos eléctricos que necesitan reparaciones, ayudar a vigilar la biodiversidad o utilizarse como herramienta pedagógica. Uno de los involucrados, Michal Skreta, cree que a la gente común y corriente también le resultará útil.

«Te gusta este destino en Italia; ¿a qué lugar del mundo podrías ir si quieres ver algo parecido?», explica a NPR.

No todas las fotos resultaron fáciles de asociar. Por ejemplo, el programa vinculó erróneamente una tomada en la cordillera frontal de Wyoming con un lugar de la cordillera frontal de Colorado, a más de 100 kilómetros de distancia.
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Y asumió que una foto del cañón del río Snake, en Idaho, era de la garganta de Kawarau, en Nueva Zelanda (para ser justos, los dos paisajes son muy parecidos).
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El analista político Jay Stanley, de la Unión Americana de Libertades Civiles, estudioso de la tecnología, cree que, a pesar de estos tropiezos, el programa muestra claramente el poder potencial de la IA.
«El hecho de que esto se hiciera como un proyecto estudiantil nos hace preguntarnos qué podría hacer, por ejemplo, Google», asegura.
De hecho, esa empresa de comunicaciones ya dispone de una función conocida como estimación de ubicación, que utiliza IA para adivinar de dónde proviene una foto. Actualmente, solo utiliza un catálogo de aproximadamente un millón de puntos de referencia, en lugar de los 220.000 millones de imágenes de Street View que Google ha recopilado.
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Como muchas otras aplicaciones de IA, es probable que este nuevo poder sea un arma de doble filo: también podría servir para sacar a la luz información que las personas nunca tuvieron intención de compartir.

«Desde el punto de vista de la privacidad, la ubicación puede ser una información muy delicada», afirma Stanley.

Los estudiantes de Stanford son conscientes de los riesgos de su desarrollo. Han escrito un artículo sobre su técnica, del que son coautores junto con su profesora, Chelsea Finn, pero se han abstenido de hacer público su modelo completo, precisamente por estas preocupaciones.