El fracaso de la denominada ley ómnibus marcará «un antes y un después» en la relación del mandatario con el sistema político, evaluó en un diálogo con el politólogo Gonzalo Fiore. El analista aseguró que el Gobierno ya comenzó un plan de «castigo» a los gobernadores disidentes.
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Por Sergio Pintado
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Con Milei de gira en Israel, el proyecto de ley con gran parte del programa de Gobierno del presidente libertario acabó siendo descartado por el Congreso, al no contar el oficialismo con los votos suficientes para asegurar la aprobación de sus artículos y a pesar de las modificaciones que se habían consensuado con algunos sectores.
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De hecho, tanto el presidente como algunos dirigentes de su partido, La Libertad Avanza, acusaron a los gobernadores de «destruir la ley» en el Congreso, mandatando a sus legisladores a no cumplir con los acuerdos previos para votar la ley.
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«Claramente hay un fracaso y una falta de preparación del oficialismo, de sus diputados y de su ministro más político (el ministro del Interior Guillermo Francos). Francos se enteró por la televisión que, por el artículo 155 del reglamento, el proyecto volvía a comisión y se caía; lo mismo el jefe de bloque de la Libertad Avanza, Oscar Zago, que desconocía el artículo», apuntó el analista.
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El politólogo consideró que también hay «una gran impericia» por parte de Milei, que «no quiso negociar en ningún momento». «Cuando le fueron desguazando el proyecto sintió que ya no le servía y por eso lo retira», añadió.
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Fiore advirtió incluso que el oficialismo quizás no hubiera logrado siquiera aprobar el proyecto en general si no hubiera sido por el trabajo del diputado opositor Miguel Ángel Pichetto, escindido de la coalición macrista Juntos por el Cambio y líder del nuevo bloque Cambio Federal.
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A pesar de eso, el oficialismo se enfrascó en un enfrentamiento con los gobernadores, especialmente los de las provincias de Córdoba, Martín Llaryiora, y de Santa Fe, Maximiliano Pullaro.
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Para Fiore, apenas fracasó el proyecto de ley en el Congreso el Gobierno de Milei aplicó «una especie de venganza» contra los gobernadores al anunciar la quita de subsidios al transporte en las provincias del interior del país. El analista graficó el impacto de esta medida señalando que el boleto del transporte urbano en Córdoba «pasó de 340 a 1100 pesos, un aumento de aproximadamente el 200%».
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«El castigo a los gobernadores claramente ya comenzó. Hay que ver cómo sigue pero no veo viable que se pueda gobernar cuatro años peleado con los 23 gobernadores y especialmente con los de las provincias productivas», analizó Fiore.
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El analista consideró que es difícil que Milei pueda sostener un gobierno sin un diálogo con gobernadores importantes como los de Córdoba y Santa Fe, con alta participación en el PBI argentino por su relevancia industrial y agroexportadora, respectivamente. Además, sostuvo que tanto Laryiora como Pullaro son jefes provinciales con «buena voluntad de acompañar» al Gobierno nacional.
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Para Fiore, uno de los grandes problemas para Milei es que «el Gobierno dilapidó todo su crédito político» en este enfrentamiento con gobernadores y legisladores. «Pasaron dos meses y pareciera que pasaron años de discusiones».
«El Gobierno quemó los puentes con diputados y gobernadores, dilapidó apenas asumió el crédito que tenía», sintetizó el politólogo.
En ese sentido, puso como ejemplo las publicaciones y likes de Milei en redes sociales como X, que apuestan por la confrontación y vaticinan «que la pelea se va a profundizar». En efecto, Milei se hizo eco de una imagen suya a modo de Terminator con la leyenda «Casta la vista, baby» o un mensaje bíblico en hebreo a modo de amenaza.
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Fiore insistió en que habrá que esperar para ver cómo Milei «logra recomponerse» y «baraja y da de nuevo» para construir mayorías políticas que todavía no pudo conseguir.