Joel Olmos, alcalde de La Cisterna: «No me imagino a un militar decomisando un carro de sopaipillas»

  • «La demanda de militares en la calle tiene que ver con delitos violentos relacionados al enfrentamiento del crimen organizado y control de armas, que no están asociadas a la presencia militar en el espacio público» indicó el edil, respecto al rol que tendrían las Fuerzas Armadas en el resguardo de infraestructura crítica en espacios públicos como la estación intermodal La Cisterna, iniciativa planteada durante la primera sesión del Cosena convocada por el Presidente Boric.

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El alcalde del municipio comunitario de La Cisterna, Joel Olmos, se pronunció sobre la posibilidad de que personal de las Fuerzas Armadas sean destinadas a proteger infraestructura crítica en distintos puntos del país, especialmente en espacios públicos con altas tasas de incivilidades y comisión de delitos.

La idea fue planteada durante la primera reunión del Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), realizada el pasado 5 de febrero, y convocada por el Presidente de la República, Gabriel Boric.

En la instancia, la ministra del Interior y Seguridad Pública, Carolina Tohá, planteó que «hemos analizado la posibilidad de complementar la presencia policial con el resguardo de perímetros de la infraestructura crítica para que las Fuerzas Armadas tengan una protección disuasiva adicional», reconociendo como algunos ejemplos «la estación Intermodal de La Cisterna, Estación Central y terminales de buses».

Consultado al respecto, el alcalde Olmos manifestó que «sucede que se evalúa de manera positiva el efecto que esto ha tenido en el control fronterizo, y también en la macrozona sur, pero esto tiene que ver esencialmente con el control del orden público».

Agregó que «es un tema complejo de abordar, porque tiene que ver con cómo se enfrenta la delincuencia. Por ejemplo, la experiencia de la intermodal es que Carabineros, junto al municipio, retiramos en una semana 25 carros de comercio ambulante. La presentación de los militares en el Cosena también planteaba la duda de que no es lo mismo resguardar infraestructura crítica que tener un control del orden público. No me imagino a un militar decomisando un carro de sopaipillas».

La autoridad comunal también reflexionó la diferencia de fuerzas en casos de comisión de delitos «comunes», ya que «los militares tienen armas de guerra, entonces ¿qué pasaría en una situación de enfrentamiento entre un carterista y un militar?», añadió.

Olmos llamó a revisar esta iniciativa en detalle, y a poner un «marco de acción para estudiar las atribuciones, dado que la política más efectiva en el control contra la delincuencia ha tenido que ver con lo tecnológico, con el reforzamiento de la capacidad policial, su equipamiento, su estructura, y el de los equipos especiales de fiscalía para la persecución».

Finalizó proponiendo que las Fuerzas Armadas podrían abocarse a combatir «delitos violentos asociados al enfrentamiento del crimen organizado», utilizando su «inteligencia policial, perseguir el patrimonio del narcotráfico y hacer un efectivo control de armas, siendo -todas- situaciones que no están asociadas a la presencia militar en el espacio público».