Los mayores fabricantes estadounidenses de vehículos eléctricos se ven obligados a reducir sus planes de producción y abandonar sus ambiciosas ampliaciones por falta de demanda, destaca el medio ‘Financial Times’. A su vez, el mercado chino está cobrando un impulso significativo, superando a su rival tradicional.
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Los fabricantes estadounidenses de vehículos eléctricos se enfrentan a serios desafíos para dominar el mercado mundial, procede de la publicación del medio estadounidense. Su negocio se parece más a una lucha por vender sus productos porque sus propuestas son inferiores, mientras que los rivales cercanos de China se imponen, indicó el director general de Umicore, Mathias Miedreich.
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Umicore, el fabricante global de materiales catódicos para baterías de vehículos eléctricos, coopera con empresas de renombre como Volkswagen y BMW. No obstante, en opinión de Miedreich, los automóviles chinos «simplemente son buenos» y «la gente los compra».
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En cuanto a los de EEUU, el director general comentó que las empresas «parecen tener dificultades» para sacar ofertas más competitivas. Hizo hincapié en la ralentización de la escala de los planes de expansión de las plantas de vehículos eléctricos debido a la debilidad de la demanda.
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Según los datos de la Asociación de Automóviles de Pasajeros de China, las ventas de los eléctricos, incluidos los híbridos enchufables, en este país asiático aumentaron un 36% hasta alcanzar los 7,7 millones en 2023 y representaron más de un tercio de los 21,7 millones de vehículos nuevos vendidos en aquel año.
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En cuanto a la situación del mercado estadounidense, su pequeño tamaño es una consideración importante. Como consecuencia, el importante aumento de las ventas en un 58%, hasta 1,5 millones en 2023, acabó representando solo el 9,6% del total.
«El fabricante de automóviles chino BYD, respaldado por Berkshire Hathaway de Warren Buffett, también ha superado a Tesla de Elon Musk como el mayor productor mundial de vehículos eléctricos, lo que subraya el éxito de los fabricantes eléctricos del país», destaca el artículo.
Aunque, como señala la publicación, la debilidad de la demanda puede explicarse por factores culturales de EEUU, cuando los ciudadanos optan por vehículos más grandes capaces de recorrer distancias importantes, la falta de interés ya ha afectado a los propios fabricantes. Así, la empresa Ford se ha visto obligada a recortar la producción de su camión eléctrico F-150 Lightning y a reducir su planta de baterías en Michigan, mientras que General Motors y Tesla han suspendido algunos de sus planes para ampliar la producción de vehículos eléctricos.
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Sin embargo, incluso después de encontrar una solución a esta dificultad, será difícil atraer a nuevos clientes, «porque desde el punto de vista del producto, el mercado ya ha hecho sus elecciones«, declaró Miedreich, agregando que los chinos ya tienen «al fin y al cabo lo que el mercado necesita».
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Ante este panorama, el artículo aborda el evidente escepticismo sobre la Ley de Reducción de la Inflación de EEUU, promovida por el presidente Joe Biden, contra el cambio climático, que debería acelerar la demanda de vehículos eléctricos en ese país.
«La estimulación del mercado final a través de los 7.500 dólares [de desgravación fiscal] probablemente no ha sido suficiente, porque lo que se ha olvidado es que se siguen necesitando buenos productos», subrayó el jefe de Umicore.