El informe Encuentro de Dirigentes: Diálogo Trasandino de la Fundación Clubes entrega una mirada profunda acerca de la realidad de los clubes de barrio en Chile y destaca la importancia del deporte como agente de cambio e integración social. A partir de ahí, podemos reflexionar sobre la vida de barrio, y cómo al fortalecer el rol de los clubes locales podemos potenciarlos. Involucrar a los gobiernos locales y fomentar el desarrollo deportivo como herramienta en la gestión del tejido social, bien puede ser un camino de cambio e integración.
Si entendemos la vida de barrio como el acontecer de la comunidad[2] que nos proporciona sentido de pertenencia y conexión con un otro distinto, es crucial reconocer a los clubes deportivos como pilares fundamentales en este entramado colectivo. El fortalecimiento de estos clubes locales, entonces, genera una sinergia invaluable para cohesionar la comunidad.
Para maximizar el impacto de estos clubes en los barrios, es vital que los gobiernos locales reconozcan y apuntalen su labor. Esto implica, por ejemplo, la implementación de políticas municipales que promuevan la creación, el fortalecimiento y la accesibilidad de estos espacios. La inversión en infraestructura deportiva adecuada, la entrega de recursos financieros y humanos junto a la promoción de programas inclusivos, son algunas de las medidas claves para garantizar que estos espacios cumplan su función social.
De igual manera, es clave que los gobiernos fomenten la participación activa de la comunidad en la gestión y toma de decisiones de los clubes deportivos. La democracia directa y participativa no solo fortalece la legitimidad de las acciones emprendidas, sino que también empodera a la ciudadanía y promueve un sentido de corresponsabilidad en el cuidado y mantenimiento de los espacios. Cuando las personas se involucran en la vida de sus clubes deportivos se afianza el tejido social y se genera un sentido de pertenencia y compromiso con el bien común.
El deporte no solo beneficia a quienes participan directamente en él, además, tiene un impacto positivo en toda la sociedad. Los clubes deportivos ejercen como agentes de integración social en el que se incluyen a personas de diversos orígenes y condiciones socioeconómicas.
En síntesis, el deporte comunitario es una herramienta poderosa para construir vínculos y oportunidades que promuevan el bienestar y el desarrollo de sus habitantes. Los clubes deportivos locales apoyados por los gobiernos locales y de la mano de la comunidad, pueden desempeñar un papel crucial en la creación de un entorno más seguro, accesible y tolerante. Es nuestra responsabilidad trabajar en conjunto para fortalecer estos espacios y garantizar que sean motores de cambio en nuestra convivencia y vida de barrio.
[2] Visión desde la teología de la liberación.
Juan Rojo – Cursó estudios de Psicología en la Universidad Arcis. Es Árbitro Profesional de Fútbol. Fue director de la Revista 95 Tesis de la Pastoral Juvenil de la Iglesia Evangélica Luterana de Chile y Secretario Nacional de la Misma Institución. Actualmente cursa Licenciatura en Historia en la Universidad Gabriela Mistral. Militante de Convergencia Social.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE LA RAZÓN