- Entre las actividades de Unesco para conmemorar el Día Mundial de la Libertad de Prensa 2024, año en que eligió a Chile como país anfitrión, la Universidad de Chile albergará debates sobre los retos en torno a la libertad de prensa, con énfasis en la violencia digital contra mujeres periodistas. Patricia Peña discutirá estrategias para enfrentar el acoso en redes, mientras que Lina Manrique abordará los impactos psicológicos de la violencia en periodistas. Marta Milena Barrios, en tanto, explorará cómo las emociones afectan al periodismo en contextos de violencia, y Zuliana Lainez enfatizará la importancia de la colaboración internacional para proteger a las comunicadoras.
.
Con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, la Universidad de Chile y la Pontificia Universidad Católica coorganizan el evento «Salvaguardar la libertad de prensa en medio de la inseguridad periodística: Perspectivas desde el mundo académico», un encuentro centrado en los desafíos que enfrentan las mujeres en el periodismo, especialmente en temas de violencia digital y física. La actividad, que se realizará este 4 de mayo, buscará no solo diagnosticar problemas, sino también proponer soluciones concretas para mejorar la seguridad y la integridad de las periodistas a nivel global.
La profesora Patricia Peña, académica de la Facultad de la Comunicación e Imagen de la Universidad de Chile, destaca la gravedad de la situación. «El 73% de las mujeres periodistas han sufrido violencia en línea, lo que incluye amenazas de violencia física y sexual«, indica. Por esta razón, plantea que «es imperativo que los medios desarrollen protocolos robustos para enfrentar y prevenir estos ataques».
La académica chilena argumenta, además, que la solución a esta problemática debe ser multidimensional: «Necesitamos leyes más fuertes, mayor educación y una cooperación internacional efectiva para proteger a nuestras periodistas«.
Desde Colombia, Lina Manrique, de la Universidad Javeriana, comparte resultados de un estudio suyo sobre el impacto de la violencia en las periodistas para dar cuenta de esta realidad. «Más del 60% de las periodistas agredidas han necesitado medicación debido a trastornos como depresión y estrés postraumático«. Explica, asimismo, que «estos ataques no solo son un asalto a su integridad personal, sino también una forma brutal de censura». De esta forma, la comunicadora y académica enfatiza la necesidad de un cambio cultural y estructural dentro de las redacciones: «Es crucial implementar un enfoque más inclusivo y seguro para las mujeres en el periodismo«.
Marta Barrios, académica de la Universidad del Norte, en Colombia, describe cómo el trauma y las emociones modelan el periodismo hecho por mujeres que han sido víctimas de violencia. «En nuestros estudios, encontramos que el miedo y la esperanza aparecen frecuentemente en los reportajes de estas periodistas, influyendo en la cobertura de temas como la corrupción y la búsqueda de justicia«, dice. La periodista colombiana, además, subraya la relevancia de su labor más allá de las noticias: «Estas mujeres no solo son periodistas, son activistas que utilizan sus plataformas para impulsar cambios sociales significativos».
Finalmente, desde Perú, Zuliana Lainez, vicepresidenta de la Federación Internacional de Periodistas (FIP), discute el escenario internacional de la violencia contra periodistas mujeres, destacando la necesidad de una respuesta global. «La violencia digital es ahora uno de los mayores desafíos que enfrentan las periodistas, con ataques que buscan silenciar sus voces«. La comunicadora plantea, en este sentido, que «trabajar en redes internacionales no solo amplía nuestra capacidad de respuesta, sino que también fortalece nuestra voz colectiva contra los agresores».
Las periodistas y académicas latinoamericanas participarán en diversos paneles y charlas organizadas por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en el marco del Día Mundial de la Libertad de Prensa 2024, encuentros que tienen como objetivo generar un espacio de reflexión y una oportunidad para que académicos, periodistas y legisladores colaboren en la creación de un entorno más seguro para las mujeres en el periodismo, fomentando un cambio sistémico que promueva tanto la seguridad como la libertad de prensa.
.