Sr. Director:
Me llama la atención que algunos restaurantes de alto nivel en Santiago sirven solamente agua mineral sin gas importada desde Italia. En mi humilde opinión, es una práctica que no tiene sentido; tenemos en Chile las mejores aguas embotelladas, incluso aguas embotelladas que se colectan de la lluvia y se exportan a Europa. ¿Es necesario seguir contaminando el planeta con una botella cuya huella de carbono es altísima, afectando además a quienes venden agua embotellada chilena? La calidad de un restaurante se mide no solo por su comida, sino además cómo aporta a la economía de su propio país y a la sustentabilidad de nuestro mundo.