Un grupo de astrónomos descubren dos de las galaxias más antiguas del universo, pero anómalamente brillantes

Un grupo de astrónomos halló dos galaxias, a las que observamos en el estado en que se encontraban 300 millones de años después del Big Bang, durante los primeros momentos de la existencia del universo. El hallazgo apunta a la necesidad de desarrollar nuevas teorías que describan el proceso de formación de las galaxias en las primeras etapas.
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Los investigadores que trabajan sobre las imágenes del telescopio James Webb declaran que el descubrimiento de las galaxias JADES-GS-z14-0 y JADES-GS-z14-1 demuestra que en el universo había un gran número de galaxias muy brillantes y activas 300 millones de años después del Big Bang.

«Su revelación indica que el brillo inesperado de las galaxias en el Universo primitivo no puede interpretarse como consecuencia de la actividad inusual de los agujeros negros supermasivos en aquella época», escriben.

A esta conclusión ha llegado un grupo de astrónomos dirigido por Christopher Wilmer, de la Universidad Estatal de Arizona, al estudiar los datos e imágenes obtenidos por el telescopio espacial James Webb en el marco del programa JADES. Este proyecto tiene por objetivo encontrar y estudiar la estructura de las galaxias más distantes del universo que existieron en las primeras épocas del universo.
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Como señalan los autores, inicialmente dudaron de que ambas galaxias existieran en las primeras épocas posteriores al Big Bang debido a su luminosidad inusualmente alta. El estudio posterior de la estructura de su espectro de emisión confirmó la distancia récord de JADES-GS-z14-0 y JADES-GS-z14-1, y también indicó que el papel clave en la producción de este resplandor lo desempeñan estrellas ordinarias y no agujeros negros supermasivos.
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Esto último fue una gran sorpresa para los astrónomos, ya que en el pasado creían que el brillo anómalo de las galaxias antiguas descubiertas por el Hubble y el James Webb podía explicarse por un nivel inusualmente alto de actividad de los agujeros negros supermasivos en su centro. El descubrimiento indica que no siempre es así y sugiere la presencia en las galaxias antiguas de un número anormalmente elevado de estrellas jóvenes y brillantes. Para explicar su existencia, los astrónomos tendrán que desarrollar nuevas teorías, resumieron los científicos.

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