Cuando las vacaciones ya están terminando y los panoramas más llamativos quizás ya se han realizado, podemos aprovechar los últimos días en familia disfrutando más en casa y fortalecer los vínculos y conexión con nuestro niños y niñas.
En ese sentido, la educadora de párvulos e investigadora del Instituto de Estudios Avanzados en Educación y CIAE de la U. de Chile, Llery Ponce, entrega algunas recomendaciones de actividades lúdicas, pero sencillas y de grandes beneficios,
para hacer en familia en este último fin de semana de vacaciones:
- Actividades de movimiento: La idea es mover el cuerpo, ya sea al ritmo de una canción o de una actividad de Yoga con un video de Youtube. Podemos jugar a las mímicas con nuestro cuerpo (hacer mímicas de animales, de películas o de superhéroes) o jugar a “Simón Manda” con acciones como saltar 15 veces en un pie o caminar en 4 patas hasta la cocina y de vuelta ¡movernos es la consigna!
- Leer libros o historias virtuales: siempre es un buen momento para leer junto a los niños y niñas con cualquier texto que sea del gusto e interés de los/as menores. Se puede buscar una historia que los niños ya conocen e inventar con ellos y ellas un final diferente, se pueden hacer preguntas respecto a un personaje y conectarlo con sus propias ideas, experiencias y emociones (ej. ¿qué te parece lo que está haciendo X personaje en la historia? ¿conoces a alguien que haya hecho lo mismo? ¿cómo se habrá sentido el personaje con lo que le pasó? etc.). Este tipo de estrategias ayudan a mejorar la compresión de lo que se lee.
- Buscar Apps divertidas y que apoyen el aprendizaje: Hay una App muy recomendada: MiniMath, orientada a los más pequeños/as del hogar. En esta aplicación hay problemas de matemáticas de diversos temas como animales, alimentos, búsquedas, entre otras, donde se proponen tres actividades: mirar, hacer y pensar. La idea es que se les puedan dar desafíos interesantes al anochecer, tal como algunas familias leen un cuento antes de dormir, y que se puedan alternan las actividades que se realizan como parte de la rutina de sueño.
- Cocinar: Una actividad que involucra muchas habilidades y es divertida para todos. La cocina puede llevarnos a hablar de medidas, cantidades y tiempo. Nos lleva a leer con detención una receta y seguir los pasos señalados y nos da la posibilidad de hablar sobre nuestra cultura e historia familiar (por ejemplo, contarnos sobre recetas que se transmiten por generaciones). Una actividad que aborda aprendizajes en diversas áreas y que, además, se finaliza comiendo cosas ricas (¡qué mejor panorama!).
- Jugar a las adivinanzas: Hay muchos sitios en internet donde se pueden buscar adivinanzas que podemos leerles a los niños y niñas y esperar que ellos descubran el acertijo. Además, podemos jugar a adivinanzas con rima en lugares y con objetos cotidianos. Por ejemplo, podemos decir “estoy mirando un objeto que sirva para sentarse y su nombre termina con el sonido ón y comienza con la letra s” o “que termina igual que la palabra canción” (sillón) o “estoy pensando en un objeto con hoyitos y que sirve para sacarle el agua a las verduras” (colador), etc.
- Dejar que los niños propongan “proyectos”: Desde ordenar los juguetes en su dormitorio, según algún criterio (ej. del más grande al más pequeño, por color, por el uso o la forma) hasta hacer un huerto en el balcón. Este tipo de experiencias, si son de interés de los niños y están lideradas por ellos, les ayudan a comprometerse con una tarea, buscar información, ser creativos y resolver problemas.
- Jugar con las sombras: La clásica idea de jugar con una linterna en la oscuridad nos puede llevar a crear un “teatro de sombras”, donde podemos inventar sombras con nuestro cuerpo o con objetos que los niños elijan. Podemos crear una historia o adivinar qué figura se está formando, además, podemos darnos cuenta cómo cambian las sombras si alejamos o acercamos los objetos a la linterna o si ponemos la luz detrás de un pañuelo de color, por ejemplo.
- Construir: Cajas, envases de cartón, cilindros de papel higiénico, papel metálico o papeles de colores, hojas o ramas secas, telas, cinta adhesiva o pegamento… todo puede ser utilizado para crear una pista, un robot, una casa para los juguetes o lo que se desee. La creación de este tipo de objetos, además de ser entretenido y accesible, lleva a los niños a utilizar la creatividad y a ser recursivos con los materiales que se dispone. Además, invita a los niños a seguir jugando con estos elementos creando nuevas historias con su imaginación.
- Buscar formas: Jugar a buscar formas en su entorno puede ayudar a los niños a identificarlas y describirlas. Buscar, por ejemplo, todos los cuadrados que hay en la casa (la ventana, un plato, un espejo, la superficie de una mesa), los círculos (un reloj, un platillo, la superficie de un piso). Podemos también buscar en una revista las formas y hacer un collage o contar cuál es la forma que más se repite en la casa. Además, podemos hablar y describir las formas con precisión, ¿es la ventana un cuadrado?, ¿tiene todos sus lados iguales o es más bien un rectángulo?
- Campamento en el hogar: No siempre hay que “salir” para vivir experiencias que nos conectan, nos hacen sentir en ese lugar seguro y crean recuerdos para toda la vida. Hacer una “casa” con sábanas, cojines, telas, linternas y dormir ahí una noche el fin de semana. Llevar cosas ricas para comer y jugar alguno de los juegos propuestos o simplemente conversar, contarnos historias y cantar puede ser una linda forma de despedir este tiempo y cargar energías para el resto del año.
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