Esta enfermedad, causada por la bacteria Chlamydophila psittaci, afecta a humanos tras el contacto con secreciones de aves infectadas, y puede generar desde síntomas leves hasta neumonía severa.
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Recientemente, un grupo de investigadores de la Facultad de Ciencias Veterinarias y Pecuarias (FAVET) de la Universidad de Chile detectó que las cotorras argentinas portan una peligrosa bacteria Chlamydophila psittaci (C. psittaci).
Esta bacteria provoca la psitacosis, también conocida como fiebre del loro, una enfermedad zoonótica. Respecto a esto, Tania Grant, veterinaria y académica de la Facultad de Medicina UCSC, señaló que “el principal hospedero son las aves psitácidas (loros), pero también puede afectar a otras especies de aves entre ellas las palomas e incluso a mamíferos”.
“Las aves infectadas no siempre enferman, pero eliminan la bacteria cuando respiran o defecan. Los humanos comúnmente contraen la bacteria al inhalarlas desde las secreciones respiratorias o defecaciones de un ave infectada”, agregó Grant.
El contacto con aves se describe como el principal factor de riesgo para esta enfermedad. Sin embargo, Grant aclaró que “la infección en humanos también puede producirse indirectamente a partir de la exposición a las deposiciones o secreciones respiratorias de aves infectadas. Por lo tanto, las personas que puedan verse expuestas, deben usar mascarillas y guantes para evitar una posible infección”.
Entre el grupo que cuenta más riesgos de contraer la fiebre del loro son personas que por su trabajo tienen contactos con aves como los veterinarios, encargados de tiendas de mascotas, limpiadores de jaulas o trabajadores del sector avícola, especialmente de pavos.
Respecto a esto, la académica enfatizó que “las personas que convivan con este tipo de animales deben tener una buena higiene de manos cada vez que tengan contacto directo con ellas o con su entorno, asegurarse de mantener las jaulas limpias y evitar todo tipo de estrés en las aves, respetar el espacio vital evitando el hacinamiento, alimentarlas correctamente y ubicarlas en lugares aireados”.
“Por lo demás no recomendaría tener aves o ningún otro animal silvestre de mascota por el riesgo de zoonosis, las personas deben evitar comprar o recoger aves desde la vía pública , como ocurre con las cotorras argentinas o las palomas, que están muy relacionadas con esta enfermedad”, añadió Grant.
Síntomas
Los síntomas de esta enfermedad, la veterinaria señaló que “la mayoría de las personas tienen una enfermedad leve que comienza de 5 a 14 días después de la exposición a un ave infectada y puede incluir dolor de cabeza, dolor muscular, tos seca, fiebre y escalofríos y en casos más graves, se puede presentar neumonía”.
En cuanto a su diagnóstico se basa en una combinación de evaluación clínica, historia de exposición, y pruebas de laboratorio serológicas y moleculares como PCR. La experta indicó que “en Chile, la identificación de la psitacosis puede ser realizada en laboratorios de referencia como los del Instituto de Salud Pública (ISP), así como en algunos laboratorios privados y hospitalarios con capacidad para realizar pruebas serológicas y moleculares”.
En el caso de que una persona no consulte o no se realice una prueba diagnóstica para detectar la bacteria, la especialista destacó que “muchas veces se puede confundir la neumonía por otra causa y esto implica que las personas no reciban el tratamiento de antibióticos adecuados , provocando una neumonía que no remita y eventualmente pueda ser mortal. Además, pueden existir diversas complicaciones asociadas a otros sistemas fuera del respiratorio como artritis, encefalitis, miocarditis, hepatitis y septicemia”.
Medidas preventivas
Respecto a la prevención y propagación de la fiebre del loro, la experta expresó que “se deben realizar un conjunto de medidas de vigilancia y control con el enfoque de Una Salud (One Health), dirigidas tanto a la salud pública como a la sanidad animal”.
La psitacosis es una enfermedad de notificación obligatoria en Chile. La veterinaria aclaró que “esto significa que cualquier caso confirmado o sospechoso, tanto en humanos como en animales, debe ser reportado al Ministerio de Salud (MINSAL) y al Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) por parte de médicos y veterinarios, por lo que es necesario compartir la información y la colaboración entre organismos permite una respuesta integrada y efectiva ante posibles brotes”.
“Como frente a cualquier otra enfermedad de zoonosis, es importante la sensibilización y difusión de la población, a través de campañas informativas, especialmente a grupos de mayor exposición, favorece la prevención de la fiebre del loro”, cerró Grant.
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