Las mujeres denunciaron que fueron obligadas a realizar servidumbre doméstica a través de un rígido sistema de control psicológico.
Teena, Anne Marie y Mónica, tres mujeres que fueron obligadas a realizar trabajos extenuantes durante décadas como asistentes numerarias en la organización católica Opus Dei, ofrecieron públicamente sus dolorosos testimonios de esclavitud moderna a Financial Times. Ellas y muchas otras más fueron reclutadas desde niñas con la premisa de recibir educación.
Entregar su vida a la organización
Según reveló la investigación, publicada el pasado sábado, estas mujeres, que provenían de entornos rurales y de la clase trabajadora, se desempeñaron como empleadas domésticas no remuneradas para el Opus Dei de 1977 a 2020 en Europa, Estados Unidos, África y América Latina. Las mujeres denunciaron que fueron obligadas a realizar servidumbre doméstica a través de un rígido sistema de control psicológico.
La investigación expuso que, cuando finalmente consiguieron abandonar el Opus Dei, estas personas no tenían nada a su nombre y solo algunas pudieron recibir contribuciones mínimas de la seguridad social.
Las asistentes numerarias fueron obligadas a «dedicar su vida al trabajo manual o a las tareas domésticas en los Centros del Opus Dei«. Estas mujeres debían ir a misa todos los días, cocinar y limpiar. Según testimonios, todo el trabajo lo realizaban de forma gratuita. Una vez a la semana descansaban tres horas y, una vez al mes se les permitía salir durante el día, siempre y cuando regresaran a preparar la cena. A ellas no se les permitía mirar televisión y los únicos descansos que podían hacer eran para dormir, comer o rezar.
«El día que llegué aquí, mi vida cambió para siempre«, comentó Anne Marie. «Fue devastador lo que me pasó a mí y a otros aquí. Yo era una niña, ¿sabes?», agregó. En entrevista a 40 miembros antiguos y actuales del Opus Dei de todo el mundo, la mayoría confirmó haber sido testigo de un trato de explotación hacia las numerarias asistentes.
El Opus Dei
El monseñor Josemaría Escrivá fundó el Opus Dei en España en 1928 después de una visión. Su propósito era ayudar a los creyentes católicos comunes a encontrar la santidad en la vida cotidiana, participando en actividades terrenales ordinarias. Traducido del latín, Opus Dei significa «obra de Dios».
Hoy en día, el Opus Dei cuenta con 95.000 miembros en todo el mundo y unas 4.000 numerarias asistentes. Entre los miembros de alto perfil del Opus Dei, se incluyen el exgobernador del Banco Central de Kenia, y Guillermo Lasso, expresidente de Ecuador. Dentro de la Iglesia, miembros del Opus Dei han estado a cargo de la Oficina de Prensa del Vaticano y de su banco.
Las disculpas
«Las experiencias de todos son válidas, y si algunas personas han resultado heridas mientras estaban en el Opus Dei, lo sentimos mucho. Nos gustaría pedir disculpas y, en su caso, poder modificar y reparar de la mejor manera posible», expuso un portavoz de la oficina central del Opus Dei en Roma (Italia).
El Opus Dei afirmó que las numerarias asistentes ya no tienen condiciones de vida ni de trato inferiores a las de otros miembros. «Somos conscientes de que, en el pasado, en algunos países, algunas de estas manifestaciones pueden haber ocurrido«, subrayó el portavoz. La organización dice que ahora cuenta con directrices para «evitar de forma proactiva cualquier tipo de asimetría en el trato, el estilo de vida y los aspectos materiales entre los miembros del Opus Dei», remarcó.
Aclaraciones adicionales
Por su parte, la Oficina de Información del Opus Dei emitió un comunicado de prensa expresando «el deseo de aprender de los errores cometidos«. «Está claro que hay dolor en estos testimonios y también está claro que no siempre hemos sido lo suficientemente sensibles para escuchar en el momento, especialmente cuando algunas personas necesitaban más apoyo. En estos casos, el Opus Dei no se cansará nunca de pedir perdón y de intentar ayudar a cada una de estas mujeres según sus necesidades», expresaron en la nota publicada.
Del mismo modo, señalaron que lo anterior «no significa que se acepten todas las acusaciones de los medios» y destacaron la necesidad de «hacer algunas aclaraciones adicionales» al contenido del artículo de Financial Times.
En esa dirección, subrayaron que «la vocación de asistente numeraria está siendo seguida por miles de mujeres en todo el mundo con libertad, amor y compromiso, y tiene la misma dignidad que cualquier otra opción de vida. También enfatizaron en que las «personas son miembros del Opus Dei por voluntad propia y con total libertad, desde la mayoría de edad, tras un largo proceso de incorporación» que evita «cualquier tipo de reclutamiento desinformado o forzado».
Asimismo, informaron que las escuelas de restauración y escuelas de hostelería mencionadas en el informe son iniciativas socioeducativas sin ánimo de lucro, aprobadas y supervisadas por todas las autoridades estatales competentes de los países en los que estaban o están establecidas.
También aclararon que, dado que el Opus Dei es una organización global, muchos de sus miembros pueden, si lo desean, «vivir durante un tiempo en otro país donde haya una necesidad o una oportunidad«. Recalcaron que esto es «una decisión libre, y muchas personas se ofrecen a mudarse por iniciativa propia porque lo ven como una experiencia enriquecedora desde el punto de vista cultural, vocacional, espiritual y profesional».