| Por Gral. César Bobadilla Pinilla | «El recuerdo del Teniente Merino y su accionar valiente y decidido sobreviven en cada unidad policial»

Hernán Merino Correa nació en Antofagasta el 17 de julio de 1936 y luego de rendir rigurosos exámenes, ingresa a la Escuela de Carabineros el 16 de marzo de 1956 motivado por su profunda admiración a la Institución y por el ejemplo de su padre, el Mayor de Carabineros don Carlos Merino Charpentier.

Recién egresado como Subteniente, es destinado a la entonces 13° Comisaría de Nuñoa y en 1960 fue trasladado hasta nuestra Región del Biobío en Santa Bárbara como Jefe de Tenencia, plasmando su heroísmo ya en esa época, socorriendo a los afectados del terremoto registrado en mayo de ese año, lo cual lo hizo merecedor de una felicitación especial del Presidente de la República, por su infatigable trabajo.

Pero no solo ese hito marcaría su paso por nuestra Región, pocos meses después en la misma comuna, un camión cayó al río Mininco y el caudal se llevó a una mujer y a su hijo de solo meses de edad, el Teniente Merino inició su búsqueda encontrándolos a varios kilómetros del lugar aferrados a un tronco, por lo que ingresó al torrentoso río en su cabalgadura, logrando subirlos a ambos a su caballo, para luego alcanzar la orilla casi una cuadra más abajo al ser arrastrado por la corriente.

De este modo, la carrera del Teniente Merino se iba marcando de actos heroicos y fue así como el 9 de febrero de 1965 es destinado a la Tenencia Cochrane. En el mes de octubre una comisión mixta entre Chile y Argentina efectuaba trabajos respecto a los límites entre ambas naciones en particular en la zona fronteriza denominada “Laguna del Desierto”, desplazándose Merino hasta la aparatada localidad de Villa O’Higgins, con el fin de reforzar el destacamento, con el objeto de precaver incidentes. Para ello, instala una avanzada temporal donde toma conocimiento del desplazamiento de tropas argentinas hacia la frontera,  enviando un mensajero a caballo para informar a sus mandos esta situación y solicitando refuerzos para la avanzada. En ese mensaje, el joven Teniente ya anunciaba su determinación de defender hasta con su vida la soberanía de la zona.

El 6 de noviembre de 1965 muere el Teniente de Carabineros Hernán Merino Correa, en la zona de Laguna del Desierto, mientras defendía la soberanía nacional.

La mañana del 6 de noviembre, luego de un comunicado conjunto de ambos países con el objeto de evitar cualquier fricción en la región- su superior, el Mayor Miguel Torres Fernández, recibe la orden de replegarse hacia el norte, por lo que  despacha a gran parte del personal quedando solo con el Teniente Merino y dos Carabineros – el Sargento 2° Miguel Manríquez Contreras y el Cabo Víctor Menar Duran. A las 16.30 horas el Mayor Torres advierte la presencia de gendarmes argentinos armados, se acerca a ellos con la intención de conversar pero no recibe respuesta. Ante esto, el Teniente Merino en defensa de su superior, tomó un arma y ordenó al Sargento 2do Manríquez hacer lo propio. Ambos Carabineros pidieron no disparar,  ellos no tenían intención de hacerlo. El Teniente Merino alcanza a su superior, y para protegerlo le dice “yo lo apoyo, mi mayor”  fue en ese instante en que un disparo salió de entre el bosque lesionando al Teniente Merino, quien resulta herido de muerte, fiel a su juramento de servicio, relegando sus propios intereses a bienes superiores de patriotismo y libertad, ejemplo eterno de entrega del deber ser, al defender nuestra soberanía y ejemplo de vocación y valentía para toda la Institución de Carabineros de Chile.

El sentimiento de patriotismo y unidad de todos los chilenos, quedaron ampliamente demostrados  cuando los restos del Teniente Hernán Merino Correa fueron velados en una capilla ardiente ubicada primero en la Escuela de Carabineros, y luego, trasladados hasta la Catedral  Metropolitana de Santiago, ceremonia engalanada con la presencia multitudinaria de chilenos que estuvieron presente para reconocerlo y despedirlo, como un verdadero hijo de esta patria.

El recuerdo del Teniente Merino y su accionar valiente y decidido sobreviven en cada unidad policial, y ha servido para plasmar en las generaciones de Carabineros, una característica doctrina institucional, y en calles, plazas de ciudades y en escuelas, el nombre del Teniente Merino recuerda a los ciudadanos y a las generaciones futuras que en el siglo XX, existió un Carabinero que murió en defensa del territorio patrio.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE LA RAZÓN

Gral. César Bobadilla Pinilla – Jefe de Zona de Carabineros Biobío