«Cuando hablamos de aborto es importante entender que este es un debate que se da en el marco de la salud pública. Por eso la ministra Orellana comete un grave error al insultar o denostar al cardenal Chomalí, una de las autoridades de la Iglesia Católica. El Estado y la Iglesia se han separado hace más de 200 años. Legítimas son las diferencias o las creencias que pueda tener la ministra con el cardenal. Pero al responderle en estos términos, se puede entender que existe una denostación a las distintas fe por parte del Gobierno, y transformar un debate que es de salud pública, finalmente en una cuestión de creencias religiosas. Es un error por estas dos razones que acabo de explicar. E insisto, veo con preocupación que los dichos de la ministra puedan ser considerados por quienes adhieren a la fe de la Iglesia Católica o de otras iglesias como una falta de respeto a la libertad de oculto, que está consagrada en nuestra actual Constitución», dijo la parlamentaria oficialista.