Los cuerpos humanos «de repuesto» podrían revolucionar la medicina

Si los científicos logran encontrar la solución para todos los retos, se podrá crear «una fuente potencialmente ilimitada de cuerpos humanos».

Actualmente, la medicina de investigación atraviesa una crisis de oferta y demanda, ya que tanto pacientes como científicos necesitan más órganos de cuerpos humanos. Según un artículo escrito por tres científicos de la Universidad de Stanford, publicado en MIT Technology Review, podría existir una solución de este reto, y no implica una mayor explotación de especies vivas.

Cuello de botella crítico

De acuerdo con los autores de la nota, solamente en EE.UU. la escasez de órganos afecta a más de 100.000 pacientes que esperan actualmente un trasplante de órgano sólido. Este problema perjudica también a la aprobación de nuevos fármacos; menos del 15 % de los que ingresan a costosos ensayos clínicos logran ser aprobados. Además, en la mayoría de los casos, las pruebas de laboratorio suponen el uso de animales, por lo que no se puede replicar con fidelidad aspectos clave de la fisiología humana, planteando dilemas éticos.

Ante tal situación, el grupo de científicos sugirió la creación los así llamados «cuerpos de repuesto», tanto humanos como no humanos, que podrían «revolucionar» la investigación médica y el desarrollo de fármacos, reduciendo la necesidad de llevar a cabo pruebas en otros seres vivos y llenando así el vacío de trasplantes de órganos.

¿Qué son los ‘bodyoids’?

Según se destaca en el artículo, los recientes avances en biotecnología ya ofrecen métodos para producir en laboratorios cuerpos humanos sin conciencia ni sensibilidad (o sea, sin los componentes neuronales que se encargan de esto), pero con plena funcionalidad biológica.

Los ‘bodyoids’ son estructuras corporales humanas completas derivadas de células madre, diseñadas para no desarrollar un sistema nervioso central, y la posibilidad de crearlos se basa en tres principios: el uso de células madre pluripotentes, el desarrollo de embriones sintéticos sin fecundación sexual y los logros en tecnología de úteros artificiales, que permiten el desarrollo de fetos fuera del cuerpo.

De ahí, como resultado, se podrá tener «una fuente potencialmente ilimitada de cuerpos humanos», desarrollada totalmente fuera de un cuerpo humano a partir de células madre, que carecen de sensibilidad o de la capacidad de sentir dolor.

¿Cuán viable es?

Los científicos consideran que es posible teóricamente ponerlo en práctica. Así, algunas investigaciones recientes indicaron que embriones generados a partir de células madre provocaron respuestas similares a embarazos breves en monos.

No obstante, todavía hay muchos obstáculos, tanto técnicos como éticos, para lograrlo. Los autores indican que no se sabe si los modelos embrionarios creados artificialmente podrían desarrollarse hasta convertirse en cuerpos completos y viables, ni si podrían madurar sin haber formado nunca un cerebro o, al menos, partes cerebrales asociadas con la consciencia, ni si seguirían sirviendo como modelos precisos para personas vivas sin esas funciones cerebrales.

A esto se suma la cuestión sobre si esto resultará realmente práctico, tomando en cuenta el tiempo necesario para la investigación, así como inversiones considerables.

Tampoco se pueden omitir consideraciones éticas, por ejemplo, la cuestión del consentimiento: las células utilizadas para crear ‘bodyoids’ tendrían que provenir de alguien, por lo que los investigadores tendrían que asegurarse de que esa persona consintiera este uso particular.

Además, se preguntaron si tendríamos que considerarlos seres humanos solamente porque se parecen a nosotros. Aunque los ‘bodyoids’ no serían considerados legalmente seres vivos, como los así llamados «cadáveres animados», podrían igualmente despertar objeciones sociales.

Usos médicos

Si todas estas preguntas hallan respuestas, los ‘bodyoids’, subrayan los investigadores, permitirían cultivar órganos incluso directamente a partir del propio paciente al clonar esencialmente su material biológico para garantizar que los tejidos trasplantados sean compatibles inmunológicamente.

Asimismo, al recurrir a tales cuerpos, los médicos podrían evaluar, de forma personalizada, la eficiencia de diferentes tratamientos farmacológicos, lo que aumentaría la precisión en ensayos clínicos y reduciría drásticamente la experimentación con animales.

Por otra parte, se podría imaginar el uso de ‘bodyoids’ animales en otros campos, por ejemplo en la agricultura, como sustituto de especies animales sintientes.

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