Investigación revela que vinchucas silvestres también se alimentan de sangre humana y pueden transmitir el Chagas

  • Carezza Botto, una de las científicas de la Universidad de Chile detrás de este estudio publicado en la revista Parasites & Vectors, explica que la mayor preocupación a la fecha había estado asociada a la especie de vinchuca que habita dentro de los domicilios (Triatoma infestans). El hallazgo, en este sentido, significa que “aumenta la probabilidad de transmisión del parásito que provoca la enfermedad de Chagas”. La investigación determinó la presencia de sangre humana en vinchucas silvestres en 19 áreas de la zona norte-centro de Chile.

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Un estudio encabezado por la Universidad de Chile reveló que las vinchucas silvestres, insectos vectores que poseen el parásito Trypanosoma cruzi, agente causante de la enfermedad de Chagas en humanos, también integran a su dieta la sangre humana. La investigación, publicada en la revista Parasites & Vectors, identificó la presencia de sangre de 16 especies de mamíferos (incluidos humanos), 14 de aves y 7 de reptiles en la dieta de los triatominos selváticos. Los humanos formaron parte de la dieta de todas las especies de triatominos analizadas y se detectaron en 19 sitios, que representan el 12,19% de las secuencias.

La académica del Departamento de Ciencias Ecológicas de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile, Carezza Botto, una de las investigadoras que lideró el estudio, explica que estos resultados significan que “las vinchucas que habitan en ambientes silvestres (por ejemplo, laderas de cerros pedregosos y lugares con chaguales) o en el peridomicilio (por ejemplo, pircas) están entrando en contacto con el humano, lo cual aumenta la probabilidad de transmisión del parásito que provoca la enfermedad de Chagas”.

Lo importante es detectar dónde la vinchuca y el humano entran en contacto. Una posibilidad es que las vinchucas silvestres se estén acercando a las viviendas debido a la megasequía ocurrida en la última década, que ha disminuido la disponibilidad de vertebrados nativos como fuente de alimentación para estas vinchucas. La segunda posibilidad, no excluyente con la anterior, es que nosotros estemos construyendo viviendas en áreas donde las vinchucas silvestres siempre han estado presentes. Esto último pone énfasis en la necesidad de incluir la detección de vectores de importancia sanitaria dentro de la evaluación de riesgo al momento de instalar construcciones en áreas silvestres de las zonas áridas, semiáridas y mediterráneas de Chile, desde la costa a la precordillera (hasta 3.000 msnm aprox.)”, plantea la académica.

La profesora Botto añade que, “además de lo anterior, hay ciertas labores o actividades recreativas que realizan las personas que aumenta su probabilidad de contacto con la vinchuca. Por ejemplo, personas que habitan en áreas rurales dentro de la zona endémica de las vinchucas silvestres, y personas asociadas a la minería, agricultura y ecoturismo están en ese grupo de mayor riesgo. También campistas y personas que hacen caminatas en áreas silvestres tendrían una mayor probabilidad de encuentro”.

Se sabía, pero no a esta magnitud

La académica de la Universidad de Chile señala que se sabía que las vinchucas entraban en contacto con humanos y que estos se encontraban dentro de la dieta, “pues las vinchucas silvestres ocasionalmente entran a las viviendas rurales de construcción precaria y también a casas de buena construcción». Sin embargo, precisa, «no se había realizado un estudio a gran escala como el publicado en el trabajo de San Juan y col. (2023), donde se evaluó la presencia de humano en más de 30 poblaciones de vinchucas silvestres a lo largo de la zona norte-centro de Chile, utilizando como herramienta de detección la secuenciación de próxima generación (NGS por sus siglas en inglés)”.

“Históricamente, la mayor preocupación había estado vinculada a la vinchuca que habitaba dentro de los domicilios (Triatoma infestans), que actualmente se encuentra controlada en estos, y que en los últimos 20 años se ha detectado también habitando en el ambiente silvestre. Como se muestra en la publicación antes mencionada, las tres especies de vinchucas silvestres estudiadas incluyen en su dieta a humanos, pero la importancia relativa de los distintos grupos de vertebrados detectados en sus dietas varía dependiendo de la especie de vinchuca examinada y la ubicación geográfica de las poblaciones de insectos vectores”, detalla.

Cómo puede prevenir la población

La profesora Botto asegura que, “desde el punto de vista de la prevención, lo más importante es saber reconocer a las vinchucas silvestres, saber en qué tipo de hábitat se encuentran, y saber cómo evitar el ingreso de estos insectos a las viviendas. Una vez que uno ha entrado en contacto con una vinchuca, es crucial llevar el ejemplar a un centro de salud o a la SEREMI de Salud y tomarse una muestra de sangre para evaluar si el parásito se transmitió”.

“Como grupo de investigación, nos hemos focalizado en hacer disponible información de vinchucas silvestres a la comunidad en general, a través de la preparación de material gráfico realizado por la Bióloga Ambiental Natalia Ugas (@relictia.cl). Junto a lo anterior, alumnos/as del Laboratorio de Ecología de Interacciones (Camila Cortés, Catalina Sierra y Juan Pablo Valenzuela), encargados de la difusión a las regiones endémicas, dan charlas a las comunidades afectadas”, comenta la académica.

Por último, la investigadora de la Universidad de Chile destaca que “todo este trabajo de investigación y los avances logrados no serían posible sin el apoyo de los colaboradores asociados al Laboratorio de Ecología de Interacciones, incluyendo -entre muchos otros- a los investigadores Nicol Quiroga y Esteban San Juan, y a los estudiantes de doctorado Raúl Araya-Donoso Antonella Bacigalupo. Toda la investigación presentada ha sido financiada por varios proyectos ANID-FONDECYT-1221045”.