Sr Director:
En las décadas de Tito Livio, Nicolas Maquiavelo, nos dice que cuando los hombres fundan una ciudad, deben hacerlo en lugares estériles para obligarlos a esforzarse y trabajar en conjunto y de forma solidaria. Posteriormente, la economía nos habla de “La Maldición de los recursos naturales” o “Síndrome Holandés”, a aquel proceso donde un territorio depende tanto de los recursos naturales que olvida desarrollar otras áreas, dejándolo debilitado a los vaivenes económicos, sociales y políticos, esto, precisamente, es lo que parece haber pasado con Ñuble. Nos sometimos tanto al desarrollo de la agricultura y la industria forestal hace décadas, que nos hemos olvidado de crecer en todo lo demás, dejándonos confinados a una de las tazas de pobreza mas altas del país (8% extrema, 16% pobreza), a un alto porcentaje de rutas sin asfaltar (sobre el 60%), 25 mil personas sin acceso al agua potable, un 40% de jóvenes que no estudian por razones económicas y un montón de porcentajes, cifras y guarismos que de solo revisar producen depresión, enfermedad que por cierto es altísima en la región. ¿Y esto que tiene que ver con los liderazgos, gobernabilidad y gobernanzas?
El año 2006, Daft, define el liderazgo como “relación de influencia que ocurre entre los líderes y sus seguidores, mediante la cual las dos partes pretenden llegar a cambios y resultados reales que reflejen los propósitos que comparten”. En este sentido la región de Ñuble, desde su fundación hasta ahora, no ha logrado posicionar una visión de futuro desde el liderazgo de los actores políticos. Públicos y notorios han sido los conflictos del Gobernador regional, Oscar Crisóstomo, en la política tanto interna como externa, en su relación con el éxito del gobierno del Presidente Gabriel Boric, con los funcionarios de confianza del gobierno central que no le sean afines, con los gobiernos locales, en especial alcaldes y consejeros regionales. Basta recordar los conflictos públicos que ha tenido con el gobierno central y los problemas con las autoridades locales. Por otra parte, la delegación presidencial ha estado con la anuencia del Gobernador, bajo el liderazgo de Apruebo Dignidad y los resultados han sido catastróficos: Dos delegados en dos años, ambos con muy mala evaluación, hecho que se grafica en el desastre electoral de las constituyentes en Ñuble donde Claudio Ferrada, ex delegado, sacó, apenas, 3,67% de los votos, incluso teniendo todo el apoyo a nivel nacional por su sector. En este punto, la situación es crítica, a dos años, estos tres liderazgos, (gobernador y dos delegados) no han logrado hacer una bajada local que permita avanzar en el necesario desarrollo de Ñuble y que convoque a las fuerzas sociales vivas a trabajar en conjunto. Con sus equipos sólo han logrado sectorizar, alejándose de los lideres locales, amparados por una pobre y descuidada política carente de mirada regional de sus partidos políticos que han hecho vista gorda malas prácticas.
La Gobernabilidad, por su parte, se entiende como la capacidad de coordinación de los distintos sectores del quehacer en el territorio. Y es que, si liderazgo tiene que ver con la capacidad de influir sobre los seguidores, la gobernabilidad tiene que ver con la, coordinación complementación y articulación de las fuerzas vivas. En Ñuble, carecemos completamente de esos elementos. Para muchos de los ñublensinos la renuncia del delegado regional Pradenas, -En estos cargos no se despide a nadie-, era la crónica de una muerte anunciada, por lo mismo que saliera un video con el fin de acelerar el proceso desde, según señaló el diario La Discusión, la Gobernación, da cuenta de actos maliciosos entre dos fuerzas políticas que, según entendidos, en algún momento se unieron para limitar que cercanos a la Senadora Carvajal asumieran la delegación. ¿estamos viendo violencia intrafamiliar en este proceso?
La Gobernanza, por su parte, se define como la capacidad de crear “Instituciones” o Normas, que permitan a los distintos actores participar de los recursos o territorios en igualdad de condiciones, para ello se requiere buscar las formas de eliminar las asimetrías que impiden esta igualdad de acceso a conocimientos y recursos. Renate Mayntz, señaló en algún artículo, que, por elementos culturales, Latinoamérica está muy lejos de lograr procesos de gobernanza reales. Pese a ello debemos propender a ello y sin embargo, pareciera ser que en Ñuble, las diferencias se acrecientan y los ausentes se alejan cada vez más. Sobre todo, en una región donde la economía no logra repuntar, pese a todas las posibilidades existentes, limitándonos a una matriz productiva de dos o tres materias primas, manteniendo al centro político y económico verdaderamente alegres de tener actores mediocres que funcionen en la esfera del “si señor” con los liderazgos y potencias económicas capitalinas.
Una vez más tenemos una oportunidad. Es en este sentido, debemos dejar de pensar en términos de gobierno-oposición, y buscar que el gobierno central del presidente Gabriel Boric, amplié la mirada y no seguir entregando un cargo tan importante a un cupo o cuoteo político. Hoy necesitamos designar un Delegado Presidencial Regional de Ñuble que genere consensos, que se vincule con los alcaldes, y los empresarios locales para que nos permita trabajar con quienes tienen el poder económico en la región, apuntando a desarrollar el objetivo número 17 de los ODS, “alianzas para lograr los objetivos”, tan necesarios en nuestra región. Hoy se necesita de todos y todas, y como oposición estamos convencidos que líderes neófitos y procesos débiles le hacen mal a la región.
Debemos demostrar que, pese a las riquezas de nuestros recursos naturales, Ñuble tiene el carácter y la sabiduría para avanzar y rescatar a ese 11% de desempleados que tanto nos duele, necesitamos un nuevo delegado maduro, responsable, con carácter y sabiduría.
Juan Peña Grandón
Ingeniero Agrónomo