Chile se debate entre la Constitución de Pinochet y una carta magna «aún más radical»

Este 17 de diciembre, los chilenos deberán aprobar o rechazar el nuevo proyecto constitucional mediante plebiscito, sobre el cual surgen más dudas que respuestas en torno al cumplimiento de las demandas del estallido social de 2019. 
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Por Álvaro Rosli
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Tras el amplio triunfo del rechazo, en el plebiscito de septiembre de 2022, a la propuesta de carta magna emanada de la Convención Constituyente, la ciudadanía chilena volverá a pronunciarse sobre el futuro orden constitucional del país sudamericano.
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El electorado decidirá si aprueba la nueva Constitución Política o si, al vencer la opción del rechazo, mantiene la carta magna vigente, heredada de la dictadura cívico-militar del general Augusto Pinochet (1973-1990).
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La nueva propuesta constitucional fue redactada mayoritariamente por los sectores más conservadores de la política chilena, asociados al Partido Republicano de José Antonio Kast, luego de que la derecha obtuviese 33 de los 50 escaños del Consejo Constitucional en las elecciones de consejeros de mayo. Este triunfo le dio poder de veto y de aprobar normas sin que fuera necesario contar con los votos de la centroizquierda en el órgano.
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«Estamos frente a un escenario electoral muy complejo, con una clase política totalmente polarizada, donde estamos plebiscitando un texto que es aún más radical que la Constitución que tenemos actualmente«, acusó en conversación la politóloga chilena Javiera Arce.
Arce consideró que la derecha chilena logró colocar al plebiscito del 17 de diciembre como una instancia para «aprobar o rechazar la gestión del presidente Boric», algo que calificó como «perverso y peligroso para el escenario en que nos encontramos», ante una ciudadanía en extremo apática hacia el actual proceso constitucional y carente de «ánimo electoral».
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El escrutinio de este domingo 17 finalizará el proceso constituyente iniciado en noviembre de 2019, al fragor del estallido social. El acuerdo político alcanzado en el país llevó a la instalación de la Convención Constitucional en 2021 y que elaboró el borrador de una carta magna finalmente rechazada en el plebiscito de 2022.
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El sociólogo chileno Mauricio Guzmán consideró que en la propuesta constitucional de 2022 hubo un «desvío de las demandas reales sobre acceso a beneficios socioeconómicos, salud, educación» hacia postulados «humanistas» que no «codificaron aquel grito del estallido social» de 2019.
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Era «una demanda de mejoras sustanciales materiales, no lingüísticas o ideológicas», añadió el entrevistado.
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Asimismo, Guzmán indicó que este 17 de diciembre se plebiscitará «un proyecto constitucional redactado por la ultraderecha chilena, que profundiza aquellas dimensiones de la vida que nos llevaron al estallido del 2019 y que aseguran fenómenos de desigualdad aún mayores».
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Incertidumbre

Las últimas encuestas, previas a la veda electoral que rige sobre las consultoras durante 15 días previos al plebiscito, asumen que alrededor de un 55% de los votantes rechazarán la propuesta de nueva constitución.
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Sin embargo, la obligatoriedad de la elección acrecienta la incertidumbre respecto al comportamiento de los 15 millones de votantes habilitados. Ante ellos, la derecha que defendió la carta fundamental pinochetista ahora apoya la nueva propuesta constitucional; mientras que los sectores de izquierda prevén que la nueva normativa podría ser más dañina que la Constitución vigente.

«El marco normativo que se está intentando aprobar, por parte de la derecha extrema y también de la derecha tradicional, está generando un problema gravísimo en términos de la aplicabilidad de normas que son aún más trascendentales y que no se adecúan, en casi nada, al marco institucional que tenemos», destacó Arce.

Para la politóloga, la única vía para encauzar las demandas sociales que motivaron el proceso constituyente es a través del Congreso, tratando «de construir mayorías».
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«Eso es muy complejo porque tenemos un Gobierno que no tiene claridad para poder dar la batalla ideológica sobre esta derecha que ya asumió completamente las demandas de la izquierda», agregó la Arce.
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Para Guzmán, al finalizar el proceso constituyente sin darle vía a las demandas sociales, «se va a acumular la cuenta y puede que haya otro estallido. No estoy diciendo el próximo año o en dos años más. Pero es muy probable que gane la derecha en las próximas elecciones y a la derecha sí se le va a cobrar la cuenta. Eso creo yo», enfatizó.
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Si se rechaza la propuesta constitucional, «nos quedamos con la Constitución de Pinochet, pero este proceso de desmantelamiento neoliberal sigue su curso. Esto no se frena», concluyó Guzmán.