Los brasileños que se autodeclaran «pardos» (mestizos) en el censo oficial superaron por primera vez en la historia a los que se consideran blancos, según reveló el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
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Según los datos del censo oficial de 2022 elaborado por este organismo, «cerca de 92,1 millones de personas se declaran «pardas», el equivalente al 45,3% de la población del país; desde 1991, ese contingente no superaba a la población blanca, que llegó a 88,2 millones [43,5%]».
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Otros 20,6 millones se declararon negros (10,2%), mientras que 1,7 millones de brasileños se consideran indígenas (0,8%) y 850.100 se ven «amarillos» (de origen asiático), el 0,4%.
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En comparación con el último censo (de 2010), la población negra aumentó un 42,3% y su proporción en el total pasó del 7,6% al 10,2%. La población mestiza avanzó un 11,9% y su proporción en el total pasó de 43,1% a 45,3%.
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Los brasileños que se consideran indígenas aumentaron un 89%, un aumento muy drástico que el IBGE atribuye a cambios en la metodología que permitieron identificar a más personas; pasaron de ser el 0,5 al 0,8% de los brasileños.
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Por otro lado, la población «amarilla» disminuyó drásticamente, un 59,2% menos, pasando del 1,1% al 0,4% del total.
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Esto se explica porque el censo de 2022 adoptó un nuevo procedimiento para evitar equívocos y que se identificasen como «amarillos» personas que en realidad son indígenas o mestizas. Los censadores advertían que se considera de color o raza amarilla a las personas de origen oriental, sobre todo de China, Japón y Corea, y se pedía al entrevistado que confirmase su elección.