Un grupo de investigadores realizó un experimento entre los alumnos de una escuela que revela que los niños que dedican cinco minutos a practicar la atención plena antes de abrir un libro, tienen más posibilidades de mejorar su capacidad de lectura. Además, afirman que esta técnica también influye positivamente en la salud de los estudiantes.
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El estudio, realizado durante el año escolar 2017-18, incluyó cinco clases de Artes del Lenguaje Inglés (ELA) de séptimo grado de la misma escuela del estado de Nueva York, donde el 70% de los estudiantes son afroamericanos y el 88% vive por debajo del nivel de pobreza. La demografía de la escuela es relevante, señalaron los investigadores, porque sigue habiendo disparidades raciales y socioeconómicas en los resultados de lectura.
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Para medir los efectos de los ejercicios de atención plena, los investigadores utilizaron AIMSWeb Maze, una evaluación de la comprensión lectora basada en el currículo, en la que los alumnos leen un pasaje durante un periodo determinado y luego llegan a una sección del pasaje en la que falta una palabra. Los alumnos eligen una de las tres palabras para rellenar el espacio en blanco. Esta evaluación mide la comprensión y la fluidez de la lectura, habilidades esenciales para construir el significado a partir del texto.
La atención plena, o el mindfulness, es una actividad o estado mental consistente en estar atento de manera consciente e intencional a lo que se hace en el momento presente, sin juzgar, apegarse o rechazar en alguna forma la experiencia. En esta práctica, uno se enfoca en su respiración o en las sensaciones de su cuerpo. Si su mente divaga, como si aparecieran pensamientos sobre las cosas que necesita hacer, se intenta devolver la mente al momento actual.
Al final del curso escolar, los alumnos que probaron las técnicas de atención plena leían correctamente una media de 4,41 palabras más durante un ejercicio de lectura cronometrado.
«Esta es una medida de las habilidades reales que los estudiantes utilizan para dar sentido al texto que leen, en lugar de simplemente una calificación que obtendrían en el semestre», explica el autor principal, Josh Felver, psicólogo de la Universidad de Cornell.
Como indica el estudio, la comprensión lectora es vital para muchas otras materias académicas. Si los niños pueden mejorar su comprensión de palabras y frases, deberían empezar a obtener mejores resultados en todos los ámbitos.
Los investigadores señalan que las prácticas de atención plena también pueden ayudar a regular la atención y reducir el estrés.
«Los estudiantes de distritos escolares situados en comunidades económicamente desfavorecidas suelen experimentar altos niveles de estrés, lo que puede afectar a su salud, por lo que los ejercicios de atención plena como los utilizados en este estudio pueden ofrecer otros beneficios relacionados con la salud, además de mejorar su rendimiento en lectura», destaca Felver.
El equipo desea que en futuros estudios se analice la eficacia de la atención plena cuando se compara directamente con otras formas de mejorar las habilidades lectoras, y cómo las distintas estrategias de atención plena (y el tiempo dedicado a la preparación) pueden cambiar los resultados.
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La investigación acaba de
publicarse en
School Psychology.