La ONU tilda de tortura la decisión de ejecutar a un reo con gas nitrógeno en EEUU

La portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (Acnudh) Ravina Shamdasani expresó su preocupación de que los planes de ejecutar a un prisionero en el estado estadounidense de Alabama utilizando gas nitrógeno sean una tortura.

«Estamos alarmados por la inminente ejecución en los Estados Unidos de América de Kenneth Eugene Smith mediante el uso de un método novedoso y no probado, la asfixia con gas nitrógeno, que podría constituir una tortura u otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes según el derecho internacional de los derechos humanos», comentó Shamdasani, citada en un comunicado de Acnudh.

La vocera pidió a las autoridades del estado de Alabama que «detengan la ejecución de Smith, prevista para el período entre el 25 y el 26 de enero, y que se abstengan de tomar medidas de este tipo para realizar otras ejecuciones».
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Smith es una de las dos personas vivas en EEUU que no fueron ejecutadas la primera vez, cuando su ejecución mediante inyección letal en noviembre de 2022 fue interrumpida al no lograr insertarle un catéter en las venas. La nueva fecha de ejecución está programada para el próximo 25 de enero y, si procede, Smith se convertirá en el primer ejecutado en EEUU mediante hipoxia de nitrógeno.
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Los partidarios de este método insisten en que es indoloro, mientras que sus oponentes comparan dicha ejecución con experimentos en humanos. Además de Alabama, solo los estados de Oklahoma y Mississippi permiten este tipo de ejecución. Los expertos consideran que la inhalación de nitrógeno puede provocar sufrimiento al recluso y actualmente no hay datos científicos que disipen estos temores.
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Shamdasani recordó que la «Asociación Americana de Medicina Veterinaria recomienda administrar un sedante incluso a los animales grandes cuando se les aplica la eutanasia de esta manera, mientras que el protocolo de Alabama para la ejecución mediante asfixia con nitrógeno no prevé la sedación de seres humanos antes de la ejecución».
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«En lugar de inventar nuevas formas de aplicar la pena capital, instamos a todos los Estados a que establezcan una moratoria sobre su uso, como paso hacia la abolición universal», concluyó la portavoz.
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Smith, ahora de 58 años, fue contratado por un intermediario del sacerdote Charles Sennett para asesinar el 18 de marzo de 1988 a su esposa, Elizabeth Sennett, y poder así cobrar un seguro para pagar sus deudas.