Mientras africanos se ven obligados a trabajar en las plantaciones de cacao en condiciones de esclavitud, Occidente obtiene enormes beneficios, señala el portal libanés ‘Al Mayadeen’. Eso es posible gracias a que la industria europea del chocolate está vinculada al trabajo infantil en África a través de la cadena de suministro del grano de cacao.
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Europa, que no produce cacao en grano, es el mayor exportador de chocolate del mundo, mientras que países como Ecuador, Costa de Marfil, Ghana e Indonesia no figuran en la clasificación mundial de proveedores de chocolate, destaca el medio.
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El cacao es el principal cultivo de exportación de muchos países africanos. De hecho, África es el mayor productor de cacao, con más del 70% de la producción mundial.
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Por otro lado, el consumo medio mundial de cacao es de 0,9 kg per cápita al año, y los países con mayor índice se encuentran principalmente en Europa. Suiza encabeza la lista (11,6 kg por persona al año), Reino Unido, Bélgica, Francia, Alemania, Países Bajos y Estados Unidos se sitúan en un nivel de consumo elevado.
«Esto se debe a la explotación de la población de los países africanos productores de cacao. Las raíces del problema se remontan a la época colonial, cuando las potencias europeas obligaron a los africanos a cultivar cacao para la exportación. Lo mismo ocurre todavía hoy: los productores de cacao de África viven a menudo en la pobreza y trabajan en condiciones inhumanas», explica Al Mayadeen.
Según el medio, los niños de entre 5 y 16 años se ven obligados a trabajar más de 12 horas al día en condiciones de semiesclavitud y peligro, no reciben educación, suelen sufrir abusos físicos, y sus ingresos no superan los 0,5 dólares al día. De acuerdo con un informe de 2021 de Food Empowerment Project, solo en Ghana y Costa de Marfil en las plantaciones de cacao trabajan unos 2,1 millones de niños.
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Durante años, continua el portal libanés, la industria del chocolate ha ignorado las denuncias de explotación laboral infantil y se ha negado a revelar de dónde proceden sus granos de cacao. Solo últimamente, los mayores proveedores de chocolate del mundo han admitido que utilizan mano de obra esclava en sus cadenas de suministro debido a la presión de los consumidores.
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Sin embargo, «la industria está dando prioridad a las relaciones públicas activas sobre sus ‘logros’ en la lucha contra el trabajo infantil esclavo en lugar de poner fin realmente a estos abusos», considera Al Mayadeen.
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Un informe publicado por Fior Markets valora el mercado mundial del cacao en 138.800 millones de dólares en 2021 y pronostica que alcance los 200.400 millones de dólares en 2028.
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De ese modo, señala el medio, las empresas chocolateras de la UE «ganan mucho dinero» vendiendo chocolate, mientras que los cacaocultores africanos, en cambio, suelen obtener «muy poco por su cosecha». Eso hace que el chocolate resulte ser «dulce en Europa», pero, al mismo tiempo, «amargo en África».
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Por lo tanto, «la dulce vida de los europeos es a costa del sufrimiento de los africanos», incluidos los niños, y en Occidente disfrutan un chocolate rico y beneficioso que «sabe a esclavitud» con la aprobación tácita de gobiernos y empresas de todo el continente, concluye el portal.